Adiós a Ricardo Bofill, el arquitecto maestro del postmodernismo español
El arquitecto barcelonés ha fallecido a los 82 años y deja un legado de obras mundialmente admiradas
El mundo de la arquitectura despide hoy con tristeza al catalán Ricardo Bofill, uno de los arquitectos más internacionales de España, que ha fallecido a los 82 años. Su aparición en la escena marcó un quiebre con la arquitectura racionalista de la primera mitad del siglo XX en este país. Su lenguaje irrumpió con un estilo pop que llamó rápidamente la atención por su radicalidad.
Sus creaciones se consideraron mucho más que construcciones: fueron una propuesta de modos de habitar. En este artículo hacemos un repaso de la trayectoria y el estilo del arquitecto y destacamos las mejores obras.
Su espacio de trabajo: el mundo
Su camino en la arquitectura comenzó apenas terminó su adolescencia. Desde el principio, su ímpetu y personalidad fueron muy claros. “A mí me gusta inventar arquitecturas, lenguajes, vocabularios y a la vez estar en los temas que miran hacia el futuro. Esto es lo que me motiva a seguir haciendo arquitectura todos los días durante diez horas, el futuro”, decía en sus primeras entrevistas.
Semejante voluntad tenía una razón de ser. Sus ganas de disrupción le venían heredadas. Su padre, también arquitecto, lo había criado con una visión abierta al mundo y a su tiempo. Él mismo definía a su familia como burguesa, liberal y culta. Reconocía, tanto en su madre como en su padre, un espíritu principalmente “europeo”.
Esta posición frente a las cosas tomó una forma más concreta mientras se formaba en la Escola Virtèlia y luego en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, de donde fue expulsado el 1957 por sus actividades políticas relacionadas mayormente a ideas contraculturales. Su formación terminó en la Escuela de Arquitectura de Ginebra, Suiza.
Una forma de habitar
Su actitud inquieta y su gran curiosidad hicieron que estuviera siempre dispuesto a trabajar con investigadores, escritores, matemáticos e, incluso, filósofos. Junto a ellos creó en 1963 el Ricardo Bofill Taller de Arquitectura (RBTA). No era solo un espacio para crear casas y edificios, era una usina de ideas utópicas: planteaba crear un tipo de ciudad y una manera de habitar que afectaría al espíritu humano.
Por entonces, Bofill se declaraba conectado con los movimientos contraculturales que circulaban en EE.UU y quería adoptar todas aquellas ideas. Con esta misma filosofía abrió su despacho en París durante la siguiente década y encaró cada uno de sus proyectos.
Aún en la actualidad, con la colaboración de sus hijos Ricardo E. Bofill y Pablo Bofill, y sus socios Peter Hodgkinson y Jean-Pierre Carniaux, Bofill se encargaba de defender este modo de trabajar. Lo hacía desde una antigua fábrica de cemento reconvertida a las afueras de Barcelona. RBTA continúa, y seguramente continuará, aplicando su humanismo proyectado hacia el futuro y su inteligencia cultural en lugares muy distintos del planeta.
La filosofía Bofill
- Desde el principio se ha propuesto trabajar con grupos multidisciplinares internacionales. Actualmente Ricardo Bofill Taller de Arquitectura cuenta con arquitectos, urbanistas, interioristas, diseñadores gráficos e industriales de más de 20 nacionalidades.
- Concibió sus más grandes edificaciones como centros urbanos que generan relaciones entre el entorno y sus habitantes.
- Ha sido un defensor del modelo de ciudad mediterránea sostenible con un espacio público bien definido y trazado, con calles proporcionadas y plazas. Se ha basado en este modelo incluso para sus propuestas para la Place de l’Europe de Luxemburgo y el ambicioso proyecto para la ampliación de la ciudad de Moscú.
- La investigación también ha representado un valor para él. Ha emprendido proyectos que indagaban en las posibilidades de la utilización del vidrio y el acero en oficinas, sedes sociales y equipamientos culturales.
- Ha puesto especial atención a las viviendas sociales. Este aspecto de su carrera pudo desarrollarse particularmente en París.
Las mejores obras de Ricardo Bofill
Junto a Taller de Arquitectura, el arquitecto lideró la creación de más de 1.000 obras arquitectónicas en 40 países. Sus proyectos pueden encontrarse en Japón, España, Francia, Italia, Rusia, Marruecos, Irak, Estados Unidos y Suecia.
A continuación repasamos algunas de sus impresionantes y referentes obras en el mundo de la arquitectura española e internacional.
Walden 7 - Sant Just Desvern, (Barcelona) España
(1975)
Uno de los proyectos más queridos del arquitecto, Walden 7 se levanta como una increíble lección de cómo la arquitectura puede ennoblecer los contextos suburbanos y participar en la creación de comunidad al interior de los complejos.
Ubicado cerca de Barcelona, en medio de un predio de terrenos suburbanos que anteriormente fueron ocupados por una fábrica de cemento, Walden 7 se erige como un fuerte urbano color terracota, con una complejidad estructural interna como externa.
En el interior se encuentran 446 apartamentos unidos entre ellos por un sistema de puentes y balcones que estimula el sentido de comunidad del complejo. Destaca también la paleta de colores formada por tonos de rojo, azul y amarillo.
Un magnífico ejemplo de cómo los proyectos de vivienda social pueden resolver no solo necesidades de vivienda, sino de tejido social.
Hotel W - Barcelona, España
(2010)
Con su particular forma de vela mayor izada, el Hotel W ubicado en Barcelona inaugura la nueva entrada al puerto de la ciudad de manera contundente. Con un diálogo directo con el contexto marítimo que lo circunda, el edificio propone formas ondulantes y una estructura que busca mimetizarse con el azul del mar.
Para el proyecto, la búsqueda del equipo se centró en crear un hito que enmarcara al plan de renovación urbana de la costa de Barcelona. No se escatimó en ideas y se logró una estructura esbelta y monumental formada por una fachada de vidrio plateado que multiplica los reflejos del edificio en función de la luz ambiente. De igual modo, el color de la estructura es un acierto al homogeneizar el panorama marítimo que da escenario al hotel.
A diferencia de sus proyectos de vivienda social o institucional, este hotel de lujo en Barcelona nos recuerda que los edificios monumentales pueden contextualizarse, incrementando las bondades del paisaje natural.
La muralla roja - Calpe, España
(1973)
Quizá uno de los complejos más paradigmáticos construidos por el arquitecto. La Muralla Roja es un monumental edificio ubicado en la ciudad española de Calpe, en Alicante, que se erige al borde de un acantilado con un potente color rosa simulando un fuerte.
En La Muralla roja, Bofill hace un homenaje a la tradición arquitectónica árabe al emplear estructuras similares a las kasbah, fortificaciones propias de países como Marruecos. De igual modo, la compleja estructura interna guarda resonancias con el artista neerlandés M. C Escher, conocido por sus obras litográficas las cuales representan espacios utópicos sin orden lógico.
Icono de la arquitectura moderna, su popularidad ha sido tal que ha sido fuente de inspiración en series televisivas como El Juego del Calamar.
La Fábrica - Sant Just Desvern, (Barcelona) España
(1973)
Residencia de Bofill y sede de Taller de Arquitectura, La Fábrica es un proyecto que, en muchas maneras, puede ser leído como el manifiesto material del estudio fundado por el arquitecto. En él convergen por igual tanto las ideas del movimiento romántico como las del brutalismo, en lo que el propio arquitecto definió como un espacio “doméstico, monumental, brutalista y conceptual”.
Además de su interesante concepto, La Fábrica guarda una historia particular al ser un complejo que data del primer período de industrialización de Cataluña. Aún con las contradicciones y ambigüedades relacionadas con el espacio, al remodelar y restaurar este antiguo edificio Bofill demostró que un arquitecto hábil puede resignificar los espacios, separando su función de su forma.
Hoy, La Fábrica continúa siendo la sede del importante Taller de Arquitectura que vio nacer los proyectos más emblemáticos de Bofill.
Les Espaces d’Abraxas - Noisy-le-Grand, (París), Francia
(1982)
Complejo referencial del Valle del Marne, un departamento francés cercano a París, Les Espaces d’Abraxas se levanta monumentalmente combinando un estilo clásico francés, con referencias mediterráneas dentro de un espacio que Bofill consideraba barroco.
Para este proyecto, el arquitecto buscaba crear un nuevo monumento urbano en la región que sirviera como punto de encuentro para las personas. Lo consiguió a través de los tres complejos que integran el espacio: Le Palacio, Le Théâtre y L’Arc.
Le Théâtre, es el primer elemento que destaca del complejo al funcionar como un semicírculo que rodea la plaza, la cual es atravesada al interior por L’Arc, una estructura modesta que sirve como pantalla y que es continuada por el imponente complejo Le Palacio.
Haciendo uso de la teatralidad como concepto y de estilos disímiles, Les Espaces d’Abraxas, se erige como una lección para crear espacios que dialogan entre ellos.
Shiseido - Tokyo, Japón
(2001)
Ubicado en el prestigioso distrito de Ginza, esta obra arquitectónica tuvo como objetivo convertirse en la sede de la empresa Shiseido, una firma de cosméticos fundada en 1871 en Japón. Con una forma esbelta y una fachada de estuco rojizo que la convierte en un complejo distintivo en la línea urbana de Ginza, este edificio se ha convertido en una referencia para entender cómo traducir narrativas de marca a valores arquitectónicos.
Al interior, el edificio está dividido en las diversas ramas de negocio de Shiseido, cada una con un concepto diferente que participa en la coherencia final de la estructura. Entre ellas destacan el área de Galería, la Plaza, el Salón Shiseido, el Salón de Belleza y una zona de nuevos restaurantes. Ante todo, el edificio busca servir como homenaje no solo a la longeva empresa de cosméticos, sino también a la historia del distrito Ginza.
Con el edificio Shiseido, Bofill enseña a traducir la historia de una empresa y un distrito emblemático de Japón, en una estructura que funciona como homenaje al pasado y expectativa del futuro.
A través de un amplio legado arquitectónico, el cual ayudó a repensar la manera en la que entendemos e interactuamos con los espacios, la obra de Ricardo Bofill perdura en su ya legendario Taller de Arquitectura y en sus más de 1.000 obras presentes en todo el mundo.
Su apuesta por la experimentación y la radicalidad le sobrevive en cada uno de los espacios que intervino a lo largo de su vida.
Artículo redactado por @denisetempone y @karenmercado
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