La espiritualidad de David Bowie

Albert Goldman ha pasado a la historia como uno de los periodistas más respetados y odiados al mismo tiempo. Dedicaba años a entrevistar a cientos de personas que habían conocido a la celebridad que él estaba investigando y el resultado era siempre descorazonador en sus monumentakes biografías de Lenny Bruce, Elvis Presley o John Lennon. Los detalles ocultos de nuestras vidas son siempre horribles, porque eso es lo que somos. Lo que pasa es que cuando alguien hace ese descubrimiento sin permiso, las reacciones pueden ser un poco tensas. Las noticias se convierten para muchos en una ofensa personal especialmente cuando están relacionadas con aquellas personas a las que damos una categoría más elevada. Bono de U2, por ejemplo, se mostraba así en su canción “God Part II”, cuando cantaba eso de "No creas en Goldman / Su estilo es como una maldición / El karma instantáneo lo atrapara / Si no lo hago yo primero”.

El documental de James Hale sobre David Bowie podría considerarse también el episodio piloto de la más reciente serie "Hits, Hype & Hustle: An Insider ′s Guide to the Music Business" (BBC, 2018). Los agentes John Giddings, Alan Edwards, Emma Banks, la galardonada cazatalentos que presenta el primero de los tres episodios, explican una buena cantidad de los secretos de su profesión. Secretos que les han servido también a ellos a hacer estrellas, usando como materia prima a simples seres humanos. La descripción te permite entender, con todo lujo de detalles visuales, lo que no es otra cosa que una fábrica de espiritualidad: “donde los cantantes son dioses, las guitarras hachas y las canciones son himnos”. Ziggy Stardust era literalmente un dios en la argumentación de David Bowie. Ziggy Stardust era un mesías estrella del rock and roll que había sido enviado a salvar la Tierra y era adorado por un grupo de seguidores hasta que él voluntariamente les entrega su vida.

La necesidad de un hombre estrella

“Hay un hombre estrella esperando en el cielo y le gustaría venir a conocernos”, cantaba él, a coro con sus hordas de adolescentes, maquilladas con brillantina y rayos de vivos colores. El extraterrestre Ziggy Stardust señalaba y miraba entonces fijamente a la cámara al decir “tuve que llamar a alguien, ¡así que te escogí a ti!”. Teniendo en cuenta el interés que tenía David Bowie por la ambigüedad, no es sorprendente que se cansara pronto de ese personaje. La idea de “Jesus Christ Superstar” estaba detrás del concepto de Ziggy Stardust pero también detrás del personaje de Lazarus, en el que David Bowie trabajaba cuando le arrebató la vida un cáncer de hígado en 2016. Lazarus es el apellido de una de sus escritoras de referencia pero también el nombre del amigo de Jesús, que fue devuelto a la vida entre vendajes mortuorios según el relato de la Biblia.

David Bowie dedicó los últimos días de su vida a desarrollar las ideas detrás de la canción, el vídeoclip y una obra de teatro en Broadway con el título de "Lazarus". Johan Renck trabajó directamente con David Bowie aquel año, como director del videoclip en el que el personaje se mueve torpemente cubierto de vendas. El director tiene claro de donde procedía la idea de David Bowie: “tenía que ver con el aspecto bíblico, no con su enfermedad”. El nombre de Lazarus no aparece en la novela de Walter S. Tevis que él protagonizará luego en los cines como "The Man Who Fell To Earth" (Nicolas Roeg, 1976). David Bowie lo introdujo en su secuela de Broadway en 2015 y es el bíblico Lázaro de hecho, el que es añadido como referencia para describir la llegada a la Tierra del protagonista en la reciente serie "The Man Who Fell To Earth" (CBS, 2022).

No se puede subestimar que Jesús era probablemente la persona más popular entre los más jóvenes en 1969. No sólo entre los hippies que buscaban la paz. Jesús también era tendencia en una comunidad de artistas que buscaba el desconcierto por medio de la provocación como Factory, del artista andrógino y católico Andy Warhol. The Velvet Underground, que tanto apreciaba David Bowie, publicó ese mismo año una apasionada oración a la persona de Jesús. Lou Reed aseguraba tener como único dios al rock pero esa sobria canción que tituló literalmente “Jesus”, sigue los patrones de la clásica oración del pecador, fue incluida en el primer single del disco "What Goes On" (MGM, 1969) y fue un éxito comercial especialmente en el Reino Unido donde ganó una certificación de Disco de Oro. David Bowie utilizó poco después su relación con el productor Tony Zanetta, para conseguir una entrevista con Lou Reed en New York en 1971. La revista TIME dedicó entonces su portada a “The Jesus Revolution” del 21 de junio de 1971 y Broadway estrenaba la obra "Jesus Christ Superstar" de Andrew Lloyd Webber el 12 de octubre de 1971. La fiebre por la figura de Jesús no podía pasar desapercibida para alguien como David Bowie.

La siempre sorprendente impopularidad de la salud mental

David Bowie todavía no tenía la atención que buscaba de los medios de comunicación, cuando su amiga Dana Gillespie actuó interpretando el papel de María Magdalena en la obra "Jesus Christ Superstar" sobre los escenarios del Palace Theatre de Londres en 1972. David Bowie la eligió no en vano precisamente a ella para la canción “It ain’t Easy”, en su particular ópera rock donde poco después presentará a Ziggy Stardust como salvador del mundo. El resultado fue francamente impactante sí, pero ¡no nos precipitemos! Profundicemos todavía un poco más en este periodo oscuro previo a Ziggy Stardust, donde la futura estrella todavía no era conocida y su creador se encontraba completamente perdido. David Bowie tendrá entonces otro singular encuentro con Jesús, del que sí hablará en el futuro directamente y con el que acabará añadiendo un grado mayor de complejidad y diferenciación a su propia obra.

El rockabilly Vince Taylor había nacido en el extrarradio de Londres y asaltó las listas de éxito de toda Europa con “Cadillac” (Parlophone, 1959). Tenía un enorme talento que le permitió compartir el escenario con Chuck Berry, The Who o The Rolling Stones pero con el éxito desarrolló también una poco saludable adicción a sustancias como el LSD. Vince Taylor se hacía acompañar de un banda a la que llamó Playboys y a la que a menudo no podía pagar debido a su adicción cuando se cruzó con Bowie. David Bowie asegura que un día le encontró en la parada de metro Tottenham Court Road, en Londres. Vince Taylor sacó entonces un mapa del mundo de su bolsillo y lo extendió sobre el suelo a la vista del resto de los viajeros, mientras señalaba los diferentes emplazamientos exactos donde los alienígenas guardaban sus armas.

Vince Taylor tenía sus propios contratos y no iba a desaparecer fácilmente de los escenarios sólo por haber perdido la salud mental. David Bowie recordaba haberlo visto subir al escenario durante la década de los sesenta con un albornoz blanco identificándose a sí mismo como Jesús. Vince Taylor tenía una familia acomodada pero pasó el resto de su vida trabajando como técnico en un aeropuerto de Suiza hasta que murió en 1991. Hay quienes sugieren que en vida Vince Taylor pasó también por una comunidad religiosa y ciertamente no es una idea disparatada. Muchos grupos religiosos animan todavía hoy a sus feligreses a imitar a Jesús para conseguir así también hacer lo que hizo él. Podemos citar como ejemplos dramáticos a David Koresh y su comunidad en Waco. Charles Manson de hecho aparecía en la portada de la revista Rolling Stone el 15 de junio de 1970, donde el periodista se preguntaba "¿Es Manson el Hijo del Hombre?”. “¿Jesús? ¿Qué Jesús?”, decía Charles Manson en la CNN en 1994, “¡Hay todo tipo de Jesús ahí afuera! ¡son todos una creación de la mente!”.

La confusión en el supermercado de religiones

Había surgido una auténtica maratón para suplantar a Cristo, equivalente al tamaño de las entonces recientes referencias a su nombre. No es que ese interés fuese precisamente nuevo. El propio Jesús había previsto que "vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo y a muchos engañarán". La obra titulada “Jesus Christ: Lust for Glory” ocupaba en 1970 los carteles de los teatros del Reino Unido y fue la chispa que encendió el interés de los Monty Python antes de empezar a darle forma a lo que acabaremos conociendo como “La vida de Brian”. "The Gospel According to St. Brian" fue el título del primer guión y estaba listo en la Navidad de 1976. Sorprende que una idea que es tan propia de una persona que sufre de salud mental esté todavía hoy tan generalizada. El consenso académico entiende ahora, gracias a las fuentes externas a la Biblia, que la persona histórica de Jesús tenía unos atributos muy específicos y singulares, que sencillamente no son tan fáciles de reproducir a demanda. Jesús literalmente ha dividido la historia en dos partes. El consenso popular, sin embargo, debido a la desinformación, es muy diferente. Muchos aficionados te llegarán a defender que Jesús puede ser cualquier hijo de vecino. Jesús para ellos no es más que una proyección de lo que cada uno quiere ser - que es justo lo que decía Charles Manson, cuando David Bowie creó Ziggy Stardust.

Aquel que quiera sostener que la fe no es más que el resultado natural de una profunda búsqueda espiritual, debería prestar más atención a casos como el de David Bowie. El director Brett Morgen reserva en su documental “Moonage Daydream” (HBO, 2022) un importante espacio para la espiritualidad de David Bowie. Muchos la han pasado por alto distraídos por los llamativos colores de su vestuario pero su búsqueda espiritual estaba explícita especialmente en sus entrevistas. Su profundo interés en el cristianismo, el misticismo, la kábala o el ocultismo se sucedieron el uno al otro durante toda su vida. “Soy un coleccionista”, aseguraba en televisión todavía disfrazado de Ziggy Stardust, “Siempre parezco estar coleccionando personalidades (...) Mis esfuerzos para tener una base espiritual han sido muy fuertes toda mi vida quizás a través de la fusión (...) Yo creo en una forma de energía pero no me gustaría ponerle nombre (...) Yo era budista el martes y el viernes ateo.”

La búsqueda por sí misma sólo ayuda a plantear preguntas todavía más complejas y eso lo sabía el propio David Bowie: “Aprendí del budismo que nada permanece y para mi todo lo que queda es la búsqueda (...) La pregunta esencial es ¿cuál es mi relación con el universo? Muchos artistas en realidad sólo se lo preguntan en sus últimos minutos…”. A diferencia de la oración afectada por la culpa que había escrito Lou Reed, la oración de David Bowie parece preocupada primeramente en evaluar los costes "Señor, Señor, mi oración vuela / ¿Encaja mi oración en tu esquema de cosas?", cantaba él en "Station to Station" (1976). El propio Dalai Lama se lo dijo después de haberle analizado: "Tú no quieres el budismo, deberías seguir en la música". El artista gráfico español Nari Espinosa, al más puro estilo de Andy Warhol, vendió una pegatina por 1500€ en 2019: la pegatina incluía a David Bowie maquillado como Ziggy Stardust, cubriendo el rostro de un Jesús medieval en su categoría de Todopoderoso. Hay todavía muchas otras variaciones gráficas disponibles en Internet que apuntan en definitiva a la misma forma de espiritualidad sobreactuada que le ha sobrevivido.

David Bowie había aprendido una variación del budismo muy particular que le enseñó su propio hermanastro mayor. Terry Burns sufría esquizofrenia e introdujo a la futura estrella en todo el universo del poeta beat Jack Kerouac. Su mensaje sincretista y conciliador fue bastante apropiado para la joven audiencia que tenía entonces pero treinta años después el enfoque parecía tener los pies más en la Tierra y tenía los rasgos inquietantes propios de la realidad: "A finales del siglo XIX, Friedrich Nietsche había proclamado que Dios estaba muerto y que el hombre lo había matado.”, decía David Bowie ya en 2002. “Eso creó una arrogancia entre los hombres que les llevó a creer que ellos mismos eran Dios. El hombre sin embargo sólo fue capaz de producir desastres en su papel de Dios. Eso nos guiaba a una terrorífica confusión: ya que si no podíamos ocupar el lugar de Dios, ¿cómo podríamos llenar el espacio que hemos creado en nosotros mismos?" Cuando el famoso periodista Anthony DeCurtis le preguntó poco después si creía en la existencia de Dios, David Bowie contestó que "esa pregunta no puede responderse": "Yo no soy del todo ateo y eso me preocupa... Siempre termino convenciéndome de que: ′Bueno, ya casi he conseguido ser ateo, sólo necesito un par de meses más′". En su testamento, finalmente, David Bowie pedía ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas en Bali "siguiendo los ritos budistas".

El trabajo en equipo en la creación de Ziggy Stardust

Frente al difícil reto de ser tú mismo, siempre te queda la alternativa de crear tu propio personaje. La ventaja de que tu personaje además resida en Marte, es que es muy improbable que puedan descubrir alguna anomalía en el relato. La clave entonces será esforzarse en encontrarle a ese personaje atributos humanos específicos con los que tu audiencia objetivo sí pueda identificarse. Con suerte habrás hecho bien tu trabajo y tú mismo no serás para ellos más que un extraño. David Bowie tenía un héroe, un viaje y un desenlace fatal que no tenían mucho que ver con él mismo y eran de gran ayuda. Sabemos que toda esa argumentación creativa nunca es suficiente, ¡claro! Lo que David Bowie realmente quería conseguir, según las propias palabras que le escribió al emprendedor John Bloom, era ser tan famoso como The Beatles.

La modelo Angie Barnett conoció a David Bowie en Londres en 1969 y se casó con él al año siguiente en una ceremonia familiar en el registro civil de Beckenham Lane. La gente se hace bastante lío con las inclinaciones sexuales de las celebridades. David Bowie tuvo experiencias heterosexuales y homosexuales pero su interés estaba realmente en el voyeurismo según el registro de "Please Kill Me: The Uncensored Oral History of Punk" (Grove Press, 2006). Angie Barnett fue una de las personas más influyentes en el desarrollo de Ziggy Stardust. La estilista Suzi Ronson era amiga de los dos y asegura ahora que "Angie Burnett era la fuerza motriz detrás de David Bowie. Fue muy influyente en su vestuario y le obligaba a ser valiente. Se cortaba el cabello si creía que eso podía molestarle." "Angie Burnett siempre le motivaba y le animaba convirtiéndose para él en una fuerza positiva que iba más allá del vestuario", asegura también su amiga Dana Gillespie.

El coreógrafo Lindsay Kemp asegura que fue entonces cuando le enseñó a bailar: “Traté de enseñar a David Bowie a tener control sobre su propio cuerpo y asombrar al público”. A diferencia del grupo de discípulos que elige Jesús en la Biblia, los Spiders from Mars que acompañarán a David Bowie se irán añadiendo por sí mismos. Unos músicos llamaban a otros y eso incluía también a Mick Ronson. David Bowie había grabado algunas de las canciones como si necesitaran el permiso para existir y sin éxito con el nombre de “Arnold Corns” (B&C, 1971) . Mick Ronson, con su formación clásica y su habilidad para los arreglos, fue clave para que estas mismas canciones se volvieran a grabar completamente desatadas y elevadas a la categoría de clásicos que luego conoceremos bajo el nombre de "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars" (RCA, 1972).

El verdadero alcance de la simulación

La mayor parte de las veces necesitamos dar un cambio drástico, para conseguir un resultado drásticamente diferente. Angie Barnett lo entendía cuando obligaba a disfrazarse a todos los músicos del grupo, adelantándose así un año al nacimiento del glam rock. Una buena historia y un elemento sorpresa seguían siendo insuficientes sin un presupuesto y una inteligencia de mercado. “David era genial pero no habría llegado muy lejos si no hubiese conocido a Tony”, asegura Suzi Ronson. “Tony Defries tenía un plan maestro e hizo que todo empezara a ocurrir realmente”. “¿Quieres ser Elvis Presley?” Yo puedo hacer eso. ¿Quieres hacerlo de verdad, David? ¡Se puede hacer! ¡Se puede hacer!”, le aseguraba el empresario sin dejar de fumar un enorme puro. Peter Dogget asegura en su biografía "The Man Who Sold the World" (Harper, 2013) que si hoy conocemos a David Bowie es gracias a su manager Tony Defries, un empresario especializado en derecho al que no querrías tener como enemigo.

La estrategia de Tony Defries se basó claro en la clásica simulación de la prosperidad económica. El astuto manager sabía que la audiencia del Reino Unido seguiría a David Bowie si él conseguía conquistar primero el mercado de Estados Unidos de América. Tony abrió por eso en New York una oficina y se dedicó a pagar sistemáticamente todo tipo de excesos propios de famosos como por ejemplo guardaespaldas, limusinas o clubs de fans, que es justamente el método que había seguido veinte años antes Colonel Tom Parker, el inquebrantable manager de Elvis Presley. David Bowie era sin duda un esforzado trabajador como lo había sido Elvis Presley. Además su nombre no volverá a ser el mismo después de que quince millones de personas fuesen expuestas a su espectáculo, durante los tres minutos de su aparición en el programa de televisión "Top of The Pops" el 14 de abril de 1972.

La mentira es peligrosa también para el que la inventa, ya que con el tiempo fácilmente puede llegar a creérsela él mismo. Que todo es mentira es un axioma que probablemente nadie podría firmar con más propiedad que el artista. “¿Es todo un disfraz humano?”, se pregunta David Bowie en “Dead Man Walking” (1997). La inteligencia era sin duda otra de las virtudes de David Bowie. Jayne County es una cantante transgenero con la que había colaborado durante su estancia en la Factory de Andy Warhol. Cuando el fotógrafo Leee Black Childers, miembro de la misma comunidad de artistas, le preguntó por qué no le daba crédito a unos versos que usaba de ella, David Bowie le respondió con una verdad absoluta: "lo importante no es robar, sino saber a quién robar". David Bowie interrumpió el tratamiento contra el cáncer en octubre de 2015, justo cuando había entendido que no lograría curarse. Fue en este momento que se dirigió a Brooklyn, para grabar su nueva canción “Lazarus”. El single se publicará también como parte de “Blackstar”, dos días antes de su muerte en un apartamento de New York el 10 de enero de 2016.

Las relaciones personales como el objetivo de la vida

“La vida es incierta; la muerte es segura”, dice un popular refrán budista. El Buda confrontó a sus discípulos cuando lamentaban su propia muerte, añadiendo que “es natural que todo lo que ha nacido también muera”. David Bowie debió sentir al final de su vida poco consuelo en estas enseñanzas, especialmente al ser contrastadas con las enseñanzas de Jesús. El registro de la Biblia asegura literalmente que cuando su amigo Lázaro murió, “Jesús lloró”. Necesitamos algo de las relaciones personales que es sencillamente insustituible. Cristo no viene según el relato de la Biblia a exponer la estupidez de las masas, que es la conclusión de los relatos de “Jesus Christ Superstar” o “Ziggy Stardust”. El objetivo de Jesús es más bien hacer posible una relación personal, tal y como se deduce claramente de la oración que él mismo hace poco antes de ser apresado.

Jesús oraba así, según el relato de su discípulo Juan: "Yo te he glorificado en la tierra, he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorificame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. (...) Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.”

Todos sabemos que no es lo mismo buscar que decir que estás buscando. No es lo mismo decir que vas a ir, a qué finalmente hayas ido. Para entender mejor la diferencia quizás se puede usar como ejemplo la supuesta búsqueda de una toalla, que puede haber hecho tu pareja antes de meterse en la ducha. La voluntad es realmente nuestro problema. Dios por eso se asegura de que, si nos acercamos a él sea voluntariamente. Tenemos que hacerlo voluntariamente, según el Libro de Isaías, para “comprar sin dinero”. Comprar sin dinero es una expresión aparentemente absurda en la Biblia que nos enseña dos verdades absolutas: primero que lo que necesitamos no es gratis y segundo que no hay nada que podamos ofrecer nosotros a cambio. Puedes buscar sin querer encontrar, puedes ir sin querer llegar y con mucha más razón puedes gastar sin ganar nada; en las relaciones personales lo que importa realmente es aquello que quieres en el fondo.

“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”, exclamaba el profeta Isaías, alrededor del año 750 antes de Cristo. El Libro de Isaías es una sorprendente serie de giños que dejan entrever mucho de lo que realmente ocurrirá luego con Jesús - si bien aquí el prometido Cristo toma el nombre de su más honorable antepasado, el rey David: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones.”