Los Planetas: El rollo mesiánico del Sur

La muerte ya sabemos que siempre llega en un mal momento para la mayor parte de las personas, pero para barcelonés Aleix Vergés, apodado Dj Sideral, habí­a sido especialmente inoportuna. El 19 de mayo de 2006, con apenas 32 años, preparaba las maletas para salir al dí­a siguiente en dirección al Paí­s Vasco - donde pretendí­a acabar su soñado primer disco en solitario ′Canciones siderales′.

La canción ′Tendrá que haber un camino′ es una muy profunda reflexión sobre el deseo de vida más allá de la vida, y el digno homenaje que le rendirí­an el grupo Los Planetas y el cantaor flamenco Enrique Morente. Las desgracias nunca vienen solas. Juan Ramón Rodrí­guez Cervilla, conocido como J(ota) y cantante de Los Planetas, estaba todaví­a lamentando esa muerte, cuando le avisaron del infarto cerebral del otro homenajeador granadino, Enrique Morente.

El entierro de Enrique Morente

Enrique Morente habí­a sido ateo hasta su último aliento pero como no podí­a ser de otra forma, durante la ceremonia de su propio entierro el 15 de diciembre de 2010, el pastor evangélico Juan José Cortés le dedicó una oración de despedida. Entre los asistentes estaban por supuesto otros músicos granadinos como J(ota), de Los Planetas, o Antonio Arias, de Lagartija Nick.

Lagartija Nick habí­a sido el grupo de acompañamiento que Enrique Morente habí­a utilizado 14 años antes para la grabación de su disco ′Omega′ -una opera rock donde reinterpretaba clásicos de Leonard Cohen, Jeff Buckley y sobre todo, del poeta granadino Federico Garcí­a Lorca.

Escuchando ′Omega′ no es fácil escapar de la omnipresencia de los textos religiosos que caracterizaban especialmente la primera época de Lorca. Según su biógrafo Eutimio Martí­n, Lorca ′reconvierte la figura de Cristo en paladí­n de los desheredados y a la Iglesia en deformadora del mensaje evangélico′. El régimen franquista tení­a mucho que temer cuando Lorca fue fusilado en Granada el 18 de agosto de 1936 pero los de Enrique Morente eran otros tiempos.

Enrique Morente habí­a hecho ya en 1991 una aproximación muy particular a la religión grabando ′Misa Flamenca′. La Misa Flamenca es quizás una equivalencia flamenca al ′Requiem′, una oración por los muertos muy popular en la música clásica, y por la formación religiosa de la que habí­a participado Enrique era previsible que la grabase. Lo que no era tan previsible era que en su obra estuviese tan desplazada la persona de Cristo y tan crecida la pena y la decadencia del ser humano que la protagoniza.

Enrique Morente murió en Madrid y más de 5.000 de sus seres queridos viajaron para recoger el cadáver. Aproximadamente a las 1:30 de la madrugada de ese mismo dí­a, aprovechando las sombras y la ausencia de la familia, publicitada hasta por la tele, un grupo de personas entró en su domicilio particular de Granada para despojarlo de lo que habí­a dejado atrás.

La misión de Los Evangelistas

Músicos de Los Planetas y Lagartija Nick comienzan entonces un proyecto común de homenaje al difunto Enrique Morente. Ya que tradicionalmente no hay para un andaluz nada más sagrado que el Evangelio, o al menos eso se dice coloquialmente claro, los jóvenes músicos deciden darle un nuevo giro profano a la tradición considerando a la música de Enrique como el ′Evangelio′ y a su misión, como la de ′Los Evangelistas′: ¡ellos darí­an a conocer la música de Enrique Morente!

Y es así­, con esa base, que el 7 de marzo de 2012, Los Evangelistas se presentaron ante 500 personas utilizando una sala habitual de Enrique en Madrid, la del Colegio Mayor San Juan Evangelista, alias ′El Johnny′. Parecí­a inevitable empezar el concierto con ′Gloria′, la canción que abrí­a su ′Misa Flamenca′: ′Señor, Al que por el amor forzado entiendo / De mi mal hiciste enmienda / Nos libre de tu ira y nos defienda / Mira padre amoroso / Cuando tenaz es esta mundana vida y el engañoso contrario con mil lazos nos obliga / Y el dulce con que cubre su enemiga / Por donde se acontece que nos prenda / Tu blanda piedad a esta tienda / Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios′.

Tanta terminologí­a religiosa no podí­a pasar desapercibida por los periodistas y no son pocas las veces en que han pedido explicaciones a los músicos. La mayor parte de ellos han tratado de salir del paso asegurando que se trata de una estrategia puramente estética; excepto Jota que, como siempre, ha aportado un matiz más personal: ′Es una celebración de la espiritualidad desde el punto de vista de la laicidad. Si la religión católica no te ofrece esa tranquilidad espiritual, hay que buscarla en otro lado... La música por ejemplo.′

La creación de Los Planetas

Jota jugaba al ajedrez la primera vez que se encontró con Florent. Ambos estudiaban en la facultad pero lo que les unió no fueron los estudios sino la música de minorí­as a la que los dos eran aficionados en Granada. Desde entonces no han dejado de interpretarla juntos, en diferentes grupos como Subterraneos, Los Planetas o Los Evangelistas. Con apenas conocimientos de música bautizaron su primer grupo en honor al poeta americano Jack Kerouac y en 1994 grabaron ′Super 8′: ′Sólo enséñame para que pueda ver / Porque en mi vida he fracasado una y otra vez′ -cantaba Jota entre otras muchas frases a medio camino entre el ritualismo y la angustia.

Eric Jiménez asegura en su reciente autobiografí­a que lo único que le parecí­a interesante cuando era un niño era la música de la Semana Santa. ′¿Por qué hay tanta virgen en las proyecciones?′ -le preguntaban recientemente a Florent. Florent teme que la música que hace con Jota pueda parecer oscura o mí­stica pero Jota, por su lado, parece tener clara una dirección completamente opuesta cuando asegura tener la intención de seguir escribiendo canciones tristes. Cuando le preguntan, Jota asegura que la canción que más le hubiera gustado haber escrito es ′God Only Knows′.

En la canción ′God Only knows′ se describe la contemplación del amante desde el punto de vista de la vida después de la muerte y, como en la canción ′Corrientes circulares en el tiempo′, se introduce la idea de Dios como ser todopoderoso. Fue en 1966 una de las primeras canciones de pop en atreverse a incluir la palabra ′Dios′ en su tí­tulo y sus autores, los componentes del grupo californiano The Beach Boys, eran conscientes del riesgo que corrí­an al hacerlo. Ser considerados religiosos era lo último que cualquier grupo de pop podí­a desear para su carrera y podí­a haber arruinado incluso la credibilidad de un grupo como el suyo.

El primer single de ′Encuentros con Entidades′, que ellos definí­an como una ′espiral musical′, es una de mis canciones favoritas y creo que cualquier persona que haya sufrido algún desamor puede encontrar en ella algo con lo que identificarse: ′Me quedé dormido un momento / y los valles se cambiaron por desiertos / por obra y gracia de el que controla el firmamento / el que decide que ande perdido en corrientes circulares en el tiempo / El que transforma los diamantes en quejidos y lamentos / el que se encarga de que salgas y que yo me quede dentro.′

Las drogas, el amor o la espiritualidad son los temas principales en las canciones de Jota, temas a los que parecen querer agarrarse y que sin embargo parecen esquivarles continuamente. Es por eso que el objetivo es siempre ′algo nuevo, algo aun por descubrir′. Los Planetas están cautivados por la idea de la huida y del viaje donde el desconocido espacio no es un lí­mite sino un universo lleno de posibilidades: ′Estoy seguro, tiene que haber algo / que me ayude a soportarlo / En las farmacias del espacio / en un laboratorio mágico′

Jota está fascinado con la posibilidad de que haya en Dios una posibilidad de transcendencia, entendiendo eso sí­ que Dios puede adoptar cualquier forma de espiritualidad. ′Yo le estoy pidiendo a Dios / que me alivie esta fatiga / que elimine este dolor′ -canta en ′ ¡Dios existe! El rollo mesianico de los planetas′.

Quizás Florent y Jota hayan podido resolver sus diferencias centrándose en sus respectivos proyectos independientes como Los Pilotos y Grupo de Expertos Solynieve. Por lo que se refiere a la música de Los Planetas, la colaboración con Enrique Morente parece haber supuesto un antes y un después del que Jota parece no querer bajarse bajo ningún concepto.

En la canción ′Los Poetas′, del último disco ′Una Opera Egipcia′, Jota hace una aproximación al Sura 26 del Corán, donde se menciona a Noe, Abraham y Moisés, para destacar la idea del Dios único y común a todos los hombres: ′Solo hay un señor de oriente y occidente / de lo que hay entre ambos puntos en los cielos / y la tierra y entre ambos de todo lo hay, el amo único′.

Al Cristo de los gitanos

Cientos de turistas han viajado al sur de España atraí­dos por la ′saeta′, una de sus formas musicales más originales -Miles Davis quizás haya sido el más célebre de entre todos ellos. Los estudiosos barajan las llamadas a la oración de los musulmanes como un posible origen de la saeta, pero según el poeta sevillano Antonio Machado la saeta se convierte para los cristianos en una forma de intimidar a los infieles.

La saeta de Antonio Machado, sin embargo, parece estar cubierta de un deseo de superación y un brillo especial cuando dice aquello de ′ ¡Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos / siempre con sangre en las manos / siempre por desenclavar! / ¡Oh, no eres tú mi cantar! / ¡No puedo cantar, ni quiero / a ese Jesús del madero / sino al que anduvo en el mar!′. Los gitanos siempre han tenido una relación con la religión especialmente vinculada a la tradición de sus mayores y siempre muy relacionada con una música y un baile especialmente complejos que no cualquiera podí­a llegar a interpretar.

El 16 de enero de 1966, sin embargo, siete gitanos regresaron de Francia bautizando adultos y enseñando un Evangelio más reacio a estas formas artí­sticas. Era el inicio de la Iglesia Evangelica Filadelfia ahora popularmente denominadas ′Aleluya′ -a menudo más cercana a la magia que a la fe- y de las que acabarí­an participado temporalmente muchos músicos gitanos como Peret, Lole o Manzanita. Al recuerdo de estos músicos han quedado ligadas historias que en la mayor parte de los casos han sido accidentadas, como es en el caso de Manzanita, que con el tiempo declaraba sentirse frustrado al verse obligado a dejar el mundo del espectáculo y verse obligado, en cambio, a vender ropa de cama de forma ambulante.

Es necesario añadir en este apartado un disco excepcionalmente valioso por su música y su contenido. El disco de Juan Peña Fernández ′El Lebrijano′, titulado ′La Palabra de Dios a un Gitano′, recogí­a en 1972 enseñanzas textuales de Cristo como aquella de: ′No todo aquel que dice Señor Señor / entrará en el reino de los cielos / sino aquel que hace / la voluntad de mi padre / que esta en los cielos′.

Los aficionados al flamenco que visitan el soleado barrio de Triana, junto al rí­o Guadalquivir, difí­cilmente pueden escapar a la realidad de que el edificio que preside y da sombra a la entrada al barrio habí­a sido utilizada como prisión por el Tribunal de la Inquisición de Sevilla. Juan Peña Fernández ′El Lebrijano′, preocupado también por la persecución que sufrí­a el pueblo gitano al que pertenecí­a, no podí­a menos que dedicar una de sus canciones a ′La Casa de la Inquisición′.

El castillo de la Inquisición

Para entender la cultura del sur de España es imprescindible conocer su historia y que durante más de siete siglos estas tierras pertenecí­an realmente a los árabes. La última ciudad sometida el gobierno de los Reyes Católicos fue Granada pero todaví­a a dí­a de hoy basta recorrer algunas de sus calles para advertir que los nombres, el color de la piel de sus habitantes y hasta las torres de sus iglesias católicas delatan un pasado infiel.

En 1492 los Reyes Católicos permitieron quedarse con sus propiedades solamente a aquellos musulmanes y judí­os que se convirtiesen al cristianismo por lo que, durante los años que les siguieron, facilitaron que en Andalucí­a se respirase aire a cristiano nuevo y fingido. Esa atmósfera, en la que muchos se veí­an obligados a pasar gato por liebre, explica también la exagerada virulencia con la que se arremetió pocos años después también contra los protestantes.

El noble sevillano Rodrigo de Valer, después de haber llegado al desencanto de los placeres de la carne, se entregó no se sabe cómo a la predicación de los descubrimientos que hací­a en las Sagradas Escrituras en ′plazas, calles y gradas′, convirtiéndose así­ durante 1540 en una de las primeras ví­ctimas protestantes del Tribunal de la Inquisición en Sevilla. El Tribunal de la Inquisición hací­a bien en temer la traducción de las Sagradas Escrituras ya que en ellas se desvelaban secretos que a la Iglesia Católica le interesaba seguir manteniendo como secretos; por lo que después de tratar de intimidarlo, resolvió darle por loco, expropiarle sus posesiones y encerrarlo de por vida a 100 kilómetros de Sevilla.

En realidad era demasiado tarde, ya que esa forma de locura incendiaba entonces toda la Pení­nsula Ibérica. Fueron también dos monjes del sur llamados Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina quienes, huyendo, pudieron traducir y difundir desde Europa una versión en castellano con tal éxito que todaví­a a dí­a de hoy sigue siendo una de las traducciones más leí­das no sólo en España sino también en toda Latinoamérica.

Es significativo, sin embargo, que en su acercamiento a la espiritualidad, a diferencia de los anglosajones, todaví­a a dí­a de hoy los andaluces pueden pasar de la vida de San Juan de la Cruz a Jack Kerouac o del Corán a Franz Kafka,′ sin necesidad de pasar nunca por la Biblia. El granadino Jose Ignacio Lapido, de 091, que se educó en los Salesianos y ha sido un precedente en el acercamiento del pop a ′Dios como abstracción′, añadí­a a su lista incluso la propaganda de los Testigos de Jehová -omitiendo igualmente la mencionada fuente original perseguida: la Biblia.

Himno a Cristo como a un Dios

El filósofo José Ortega y Gasset escribí­a en su artí­culo ′Dios a la vista′: ′En la órbita de la Tierra hay perihelio y afelio: un tiempo de máxima aproximación al Sol y un tiempo de máximo alejamiento. Un espectador astral que viese a la Tierra en el momento en que huye del Sol, pensarí­a que el planeta no habí­a de volver nunca junto a él, sino que cada dí­a, eviternamente, se alejarí­a más. Pero si espera un poco verá que la Tierra, imponiendo una suave inflexión a su vuelo, encorva su ruta, volviendo pronto junto al Sol, como la paloma al palomar y el boomerang a la mano que lo lanzó. Algo parecido acontece en la órbita de la historia con la mente respecto a Dios′

Entre los años 112 y 113 el boomerang acababa de lanzarse. El abogado Plinio el Joven escribí­a unas cartas al emperador Trajano, nacido en Sevilla, donde pedí­a consejo sobre cómo debí­a tratar a los cristianos, que se negaban a adorar a ningún otro dios distinto a Cristo. Le preguntaba si debí­a castigarlos o si bien debí­a perdonarlos, porque ambas cosas las habí­a practicado sin estar del todo seguro.

Leer la descripción que hace de aquellos cristianos primitivos, que se reuní­an para cantarle a Cristo como a un dios, me recuerda lo subversiva que es realmente la simplicidad del culto a Cristo: ′Toda su culpa o error -escribí­a el mencionado abogado romano- habí­a consistido en la costumbre de reunirse un dí­a fijo antes de salir el sol y cantar a coros sucesivos un himno a Cristo como a un dios, y en comprometerse bajo juramento no ya a perpetuar cualquier delito, sino a no cometer hurtos, fechorí­as o adulterios, a no faltar a nada prometido, ni a negarse, a hacer un préstamo del depósito′.

La Biblia revela a un Dios único y todopoderoso que es capaz de ocultarse tanto de aquellos que le ignoran como de aquellos que le buscan en medio del supermercado de los dioses. El apóstol Pablo predicaba en medio de uno de esos supermercados, el Areópago de Atenas, precisamente ′al Dios no conocido′. Jesús confirmaba estas enseñanzas a sus discí­pulos cuando les enseñaba que para nadie es posible salvarse a sí­ mismo, pero que ′lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios′.

Eso quiere decir que en la búsqueda de Dios dependemos totalmente de que él quiera encontrarnos a nosotros. La presuposición religiosa de que podemos encontrar a Dios simplemente leyendo determinados textos, o siguiendo determinadas prácticas, es una presuposición falsa que podemos felicitar a Jota por no haber hecho suya.

Necesitamos partir como Jota del desengaño de haber sido perdidos por nuestros amantes y de que el hastí­o de lo conocido es un sentimiento más que razonable. Y es partiendo de esa base que se hace especialmente valiosa la promesa de que el Todopoderoso no nos busca de forma caprichosa sino que de hecho lo ha planeado desde antes de la fundación del mundo y, lo que es más importante, la promesa de que se asegura de no perdernos.