“El fin del amor” representa el debut de Lali Espósito como productora ejecutiva de una ficción, pero también el reencuentro de grandes amigos que integran el reparto. Sin dudas que uno de los más esperados fue el de la protagonista con Cande Vetrano, quienes se conocen desde hace tiempo y vieron cómo crecieron exponencialmente sus carreras en los últimos años.
Hoy la vida las encuentra paradas desde otro lugar profesional, muy lejos de esas pequeñas que marcaron a toda una generación con las producciones juveniles que protagonizaron.
“El reencuentro con Lali fue increíble: me generó mucha emoción. Por suerte tenemos escenas muy lindas en donde pudimos conectar como en los viejos tiempos. Es una compañera alucinante que es empática con el otro, me encantó volver a trabajar”, afirmó Vetrano en diálogo con GENTE.
Al ser consultada sobre la posibilidad de que Lali le haya dado algún tip desde el lado de la producción dijo que no recordaba nada en especial, pero sí advirtió un gesto que la cantante tuvo cuando estaba iniciando el proyecto: “Cuando hice el casting se lo mande y le pregunté qué onda. Y me tiró así (guiña el ojo)… ¡y quedé! Así que bastante bien”.
Cande Vetrano, el contrapunto de Lali Espósito en “El fin del amor”
Lali Espósito se puso en la piel de una atrevida filósofa de la cultura pop que, tras enfrentarse con su propia crianza judía ortodoxa en Buenos Aires, deja a su novio con el objetivo de rebelarse contra el concepto tradicional del romance. Pero su hermana en la ficción, tiene una concepción totalmente distinta.
“Mi personaje es Debi Tenembaum. Ella hace muchos años que vive en Boston y viene a Buenos Aires para casarse en el templo. Es un personaje que quiere volver a sus raíces. No sé si específicamente a la vida ortodoxa, pero sí al judaísmo. No se replantea todo tanto y es muy feliz a su manera. Me encantó interpretarla”, contó.
Por su parte, se sinceró a la hora de sufrir ante el final de una relación: “Quién no sufrió! Somos melancólicos. Terminar algo, así sea un alfajor, a mi me da tristeza. Así que imaginate. Me siento interpeladísima”.
