El último libro que se ha publicado en castellano de Dan Brown, "Ángeles y demonios" es en realidad una novela que escribió el autor justo antes de El Código Da Vinci. La verdadera continuación de ésta última aparecerá dentro de poco en una importante editorial española, que le ha quitado los derechos a Umbriel, el pequeño sello de una modesta casa llamada Urano, dedicada a titulos esotéricos y libros de autoayuda, que publicó esta obra, cuando nadie la quería en nuestro idioma. Será un titulo que continuará las especulaciones del profesor Langdon sobre la simbología masónica y sus conspiraciones, ya no en Roma, como "Ángeles y demonios", sino en Washington. Pero ¿quiénes eran realmente los Illuminati?, ¿ángeles o demonios? ¿Qué verdad hay, históricamente, en lo que escribe Dan Brown sobre este grupo y su defensa de la ciencia, frente a la religión?
Estudio de José de Segovia
escrito en Madrid el 04 de Agosto de 2005
Lectura de 11 minutos o 2224 palabras.
A principios de los años ochenta del siglo pasado se hicieron populares en todo el mundo una serie de libros, como El nombre de la rosa de Umberto Eco o Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, que lograron convertir obras de ficción de fondo histórico en best-sellers de calidad, que tuvieron una gran repercusión mediática. En los noventa otra serie de grandes éxitos intentó seguir su camino con otras narraciones sobre diferentes escenarios del mundo antiguo, que ocasionalmente tenían algunos deslices históricos, como las series de Alexandros o el Egipto de Christian Jacq. El cambio de siglo vino así marcado por la consolidación de la novela histórica como un género literario dominante en las principales listas de ventas. Esa proliferación de titulos y editoriales especializadas se ha colapsado en la actualidad por la explosión del fenómeno de El Código Da Vinci y todas las obras que han crecido a la sombra del libro de Dan Brown, como La hermandad de la Sábana Santa, El último merovingio, El enigma de los cuatro o El club Dante.
Nadie pretende que una obra de ficción haya de sujetarse estrictamente a un contexto histórico, pero la manipulación de la Historia que hacen autores como Dan Brown, confunde la narración con la invención de un pasado, que pasa de ser un escenario cartón de piedra a un mundo imaginario, en que la verdad ya no existe. Algo muy típico de nuestra sociedad postmoderna, que critica la realidad institucional, para crear luego una historia que presenta con la misma validez que la Historia que podemos constatar con hechos verificables, por los documentos que nos han llegado de la antigüedad. Se ejerce la sospecha sobre todo aquello que es conocido y demostrable históricamente en la religión, para defender una realidad esotérica, para la que no hay más fundamento que una tradición ocultista, que cada uno interpreta según le parece.Como en el caso de El Código Da Vinci, personajes históricos y misteriosas sociedades secretas aparecen implicados en ángeles y demonios, en una trama de tipo policiaco, que carece no sólo del más mínimo rigor histórico y calidad literaria, sino que nuevamente falsea la Historia a propósito, para hacerla cuadrar con el argumento de una novela, que el autor pretende basar en hechos reales. Pero nada más lejos de la verdad.
¿REALIDAD O FICCIÓN?
Nos encontramos aquí una nueva conspiración de una sociedad secreta, que conocemos con el nombre de los Illuminati. Se nos dice que esta secta nace en Italia el siglo XVII, para vengarse de la iglesia católica, por su oposición a la ciencia en el caso contra Galileo. La realidad, como es habitual en las obras de Dan Brown, es bastante diferente. Los Illuminati nacen un siglo después, concretamente en 1776, en el Estado alemán de Baviera. No son un grupo de científicos, sino el círculo de un ilustrado llamado Weishaupt. No luchan contra el poder de Roma en particular, sino contra todo el Antiguo Régimen. En realidad no son parte de la masonería, mucho menos ′satanistas′, sino una sociedad revolucionaria, que desea acabar violentamente con las monarquías europeas. Los Illuminati de hecho desaparecieron después de nueve años, a pesar de que personajes como Churchill, los consideraran antecesores del comunismo.
Las especulaciones de Brown sobre la física tampoco tienen parangón. Confundir el Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) con la sede de los Illuminati es algo tan peregrino como sus especulaciones sobre la antimateria. Pero está claro que al autor de El Código Da Vinci no le falta imaginación. Se presenta así a la ciencia como una actividad perseguida en los Estados Unidos. Según esta novela, los estudiantes y profesores de Teología de Harvard, no tienen nada mejor que hacer que manifestarse ante la Facultad de Biología, para protestar por los experimentos de ingeniería genética que se hacen durante el programa de licenciatura. Los europeos sin embargo parece que confundimos la física con el budismo, porque ′la antimateria es al yin lo que el yang a la materia′. Aunque otros, como el padre de la protagonista, utilizan el acelerador de partículas del CERN para recrear ′el punto de energía comprimida del cual surgió el universo′, ni más ni menos que el origen del Big Bang.
La alianza de la física nuclear además, con un grupo de asesinos del Islam, es como mínimo pintoresca. Los Hassassin existieron, pero desaparecieron a finales del siglo XIII por la presión de la dinastía egipcia de los mamelucos. Era un grupo formado en Persia en torno al año 1090 por un líder radical chiita que quería acabar con el dominio de los turcos selyúcidas, que eran de confesión suníta. Su lucha tiene que ver por lo tanto con las diferentes facciones del Islam. Ya que aunque es cierto que atacaron a los cruzados, puesto que asesinaron al rey Conrado de Jerusalén en 1192, también intentaron matar a Saladino. Así que su actividad está más relacionada con las rivalidades entre musulmanes que con la lucha contra los cristianos.
¿RAZÓN O REVOLUCIÓN?
La pretensión de los Illuminati en la novela de Dan Brown es que la ciencia es enemiga de toda religión. Pero en el Estado del sur de Alemania, donde nacen los Illuminati un siglo después que aparece en el libro, no hay más religión que la romana. Había entonces una fuerte alianza entre el poder civil y religioso, ya que la Reforma apenas tenía influencia en esta zona. Los jesuitas dominaban el catolicismo y controlaban férreamente la educación, para evitar la entrada de ideas protestantes en la mayoría de las escuelas bávaras. Esta situación provocó que las élites intelectuales desarrollaran un gran interés por las ideas ilustradas y un profundo resentimiento contra la fe católica, que consideraban un lastre para el buen desarrollo de la sociedad.
Adam Weishaupt (1748-1830) había sido educado por los jesuitas, pero había entrado en contacto con las ideas racionalistas por influencia de su abuelo, el barón de Ickstatt, un librepensador que tenía una enorme biblioteca con las grandes obras de los filósofos franceses. Después de estudiar Derecho, llegó a ser profesor de la Universidad de Ingolstadt en 1772, donde llegó a ocupar la cátedra de Derecho Canónico, siendo el primer laico que ocupaba ese puesto en Alemania. La oposición de sus colegas y algunos miembros del gobierno bávaro a sus ideas ilustradas le lleva a buscar apoyo en la masonería. Decepcionado, crea su propia orden en 1776 bajo el nombre inicial de los Perfectibilistas. La organización tenía entonces sólo cinco miembros, por lo que sus sueños de derrocar todos los gobiernos mediante revoluciones, para instaurar una república democrática universal, no parecían muy realistas.
Los Illuminati adoptan así, no sólo un nuevo nombre, sino una estructura jerárquica, tan rígida como la de los jesuitas. Su pensamiento se inspira en las cábalas numéricas de ese pitagorismo que tanto le gusta a Brown. Por ese conocimiento matemático se pretende conseguir una limpieza de espíritu, por medio de unos rituales de iniciación, supuestamente basados en antiguos cultos como el de Mitra. Es ahí donde se hace evidente la influencia de la masonería, ya que Weishaupt se une al barón de Knigge, un masón que hace los estatutos y grados de la nueva orden. Sus logias se extienden entonces por toda Europa, ante la oposición de la masonería, que ve a estos grupos como peligrosos agentes revolucionarios. Pero ambos líderes se enfrentan, lo que acompañado de una serie de edictos contra las sociedades secretas, condena a los Illuminati a la desaparición, tras el arresto de uno de sus cabecillas en 1786 y el exilio de Weishaupt, que acaba volviendo al catolicismo antes de morir en 1830.
¿CIENCIA O RELIGIÓN?
El protestantismo tiene sin embargo una relación muy diferente con la Historia de la ciencia. Es bien sabido que la Reforma impulsó todo un movimiento intelectual que llevó a un florecimiento de la investigación científica que pone las bases de la llamada ciencia moderna. El problema de los Illuminati es el enfrentamiento de una iglesia como la de Roma ante los avances de los conocimientos científicos de hombres como Galileo (1564-1642), que era un creyente sincero, para el que los cielos declaraban la gloria de Dios, pero que se veía incapaz de sostener una cosmología milenaria, ante las evidencias de sus descubrimientos. No se trata por lo tanto de un conflicto entre ciencia y fe, sino entre Roma y la ciencia.Basta para ello ver algunos ejemplos históricos de la época. En un país como Inglaterra, entre los diez científicos que constituyeron el núcleo de lo que después sería la Royal Society, siete eran estrictos puritanos, siendo el 62% de sus miembros en 1663 de origen puritano, aunque éstos eran una clara minoría entre la población británica. En la actual Bélgica durante el siglo XVI, el número de científicos protestantes era mucho mayor que el de católicos-romanos, aunque estos no eran más que una pequeña minoría en el país. En la Academia de Ciencias de París de 1666 a 1883, los protestantes superan también con creces a los católico-romanos. ¿Por qué?
La respuesta está en la Biblia. El Dios que se ha revelado por medio de la Escritura, en la que se basa la fe del cristianismo evangélico, por encima de cualquier otra tradición, es un Dios que sale a nuestro encuentro. Nos ha creado con un propósito, que es conocer la verdad. Esta no está en un conjunto de sentencias, resultado de la tradición dogmática del magisterio vivo de la Iglesia, sino en una Persona: Jesucristo. La fe en él y la obra del Espíritu Santo, transforma la vida del creyente produciendo un nuevo nacimiento. La luz no está sin embargo ahora dentro de nosotros mismos, en una subjetividad mística, a la que llegamos por medio de la introspección, sino en la Palabra eterna revelada por Dios en la Escritura. Para el cristiano, no hay contradicción por lo tanto entre el Libro de Dios y el Libro de la Naturaleza. Al contrario, como decía Calvino, es por las gafas de la fe que podemos leer ambos libros.
La verdad no está por eso en otra iluminación que aquella que la razón descubre por la luz del Espíritu Santo. La Biblia es una ′lámpara que alumbra nuestro camino, mostrándonos la senda a seguir′ (Salmo 119:105), pero lo hace por medio de ′la renovación de nuestro entendimiento′ (Romanos 12:2). La mente cristiana no se ocupa por lo tanto sólo de asuntos ′religiosos′. A pesar de la actitud anti-intelectual de algunos círculos evangélicos, la Biblia nos enseña que el conocimiento es indispensable para la vida cristiana. Si no usamos la cabeza que Dios nos ha dado, no le damos el culto al Creador que se merece. Es por eso que el cristiano debe amar a Dios ′con toda su mente′ (Lucas 10:27), para adorarle ′en espíritu y en verdad′ (Juan 4:24). Es por eso que no necesitamos menos, sino más ciencia, para poder glorificar mejor a Dios, que es el Creador de todas las cosas.
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Estudio escrito en Madrid por José de Segovia el Hasta el día de hoy esta página ha tenido 4 comentarios.
José de Segovia tiene 629 artículos
joan comentó lo siguiente: "Que alguien me conteste. Podemos decir que los Los Iluminatis, pertenecen a una de esas sociedades secretas, que bien poco se sabe de ellas y que se ha convertido en tema literario y de novelas de los que las tema se desarrolla según la imaginacion y poder de inventiva del autor, solo con la idea de vender?" (2018-02-17 17:36:40)
¿Responder a joan?
Octavio comentó lo siguiente: "Ser cristiano no significa suicidarse intelectualmente,siempre cuando la gloria sea para Jesucristo.soli deo gloria" (2018-02-17 17:37:08)
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Octavio comentó lo siguiente: "Buenísimo,bendiciones pastor" (2018-02-17 17:37:08)
¿Responder a Octavio?
hernan comentó lo siguiente: "exelente explicasion. aclaro en este comentario que cuando pedimos una informasion. no nos interesa en lo mas minimo los ideales del el escritor.y dejen a las personas razonar por voluntad propia. gracias" (2018-02-17 17:37:08)
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