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Andalucía se rebela contra el cierre de Airbus en Puerto Real
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CRISIS DEL SECTOR AERONÁUTICO

Andalucía se rebela contra el cierre de Airbus en Puerto Real

Junta, empresarios y sindicatos exigen al Gobierno que haga valer su peso como accionista y cliente del gigante europeo para evitar el desmantelamiento de la planta gaditana

Foto: Un trabajador de Airbus ante una barricada. (EFE)
Un trabajador de Airbus ante una barricada. (EFE)

El Rey y el presidente del Gobierno asistieron el jueves a la inauguración del nuevo Campus Futura de Airbus en Getafe (Madrid), que ha supuesto una inversión en torno a los 400 millones de euros. La seguridad del evento se blindó para evitar que el acto se viera empañado por la concentración que a pocos metros protagonizaban una parte de los trabajadores contra el cierre de la planta de Puerto Real, que cuenta con una plantilla directa cercana a los 400 empleados.

El gigante aeronáutico europeo, en el que España participa con un 4,1% del accionariado frente al 11% de Francia y el 10,9% de Alemania, aún no ha tomado la decisión definitiva (o al menos no la ha comunicado públicamente) sobre el cierre de esa factoría gaditana, aunque extraoficialmente se lo ha comunicado a todas las partes implicadas, incluyendo administraciones públicas y trabajadores.

El propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, señaló la pasada semana en una visita a Cádiz que la empresa le había "explicado las razones que motivan ese cierre" mientras que la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, la andaluza María Jesús Montero, insistía en una entrevista en el Diario de Cádiz que lo "importante es que no se pierdan puestos de trabajo".

Foto: Resultados de Airbus

Frente a ese desconcierto, los trabajadores tomaron el jueves los accesos a la capital gaditana y protagonizaron imágenes de barricadas y de bloqueo de la ciudad que desde hace años no se veían en la zona, recordando las históricas protestas de los astilleros públicos. Más de 800 personas acudieron a esta marcha, que se anunció como la primera de las movilizaciones que amenazan la paz social de la bahía gaditana. A esta protesta también asistieron los alcaldes de Cádiz y Puerto Real, José María González 'Kichi' (UP) y Elena Amaya (PSOE), respectivamente.

Mientras, en el Parlamento de Andalucía, la oposición acusaba al presidente regional de tibio y de no defender los intereses de la región, lo que ha motivado un endurecimiento del discurso de la Junta. El propio Moreno salió del pleno al patio de la cámara autonómica para fotografiarse con los representantes sindicales de Airbus apoyando sus reivindicaciones mientras en su web mostraba su "rechazo frontal a que un posible cierre de las plantas que la compañía Airbus tiene en la Bahía de Cádiz se traduzca en una pérdida de empleo, por lo que presionará al Gobierno de España para que salve la factoría que la empresa tiene en la localidad de Puerto Real”.

placeholder El presidente de la Junta con trabajadores de Airbus en el Parlamento de Andalucía. (EP)
El presidente de la Junta con trabajadores de Airbus en el Parlamento de Andalucía. (EP)

Así se lo explicó también al alcalde de Cádiz, con quien mantuvo una reunión por videoconferencia para tratar la situación de las plantas que la compañía aeronáutica tiene actualmente en la Bahía de Cádiz, tanto en Puerto Real como en el Puerto de Santa María. Un encuentro en el que también participó el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco (Cs).

Ese mismo día, el Parlamento andaluz aprobó una Proposición No de Ley en la que insta al Gobierno central y autonómico a "defender y a exigir a la empresa Airbus el mantenimiento de todos los empleos directos e indirectos, la carga de trabajo de todas las plantas existentes que la empresa tiene en Andalucía y evitar la deslocalización de cualesquiera de esas plantas". La PNL fue aprobobada por unanimidad con el respaldo de los cinco grupos de la cámara regional.

Airbus cuenta con cuatro plantas en Andalucía, dos de ellas en Sevilla (San Pablo y Tablada), centradas en la rama militar, cuyo máximo exponente es la línea de ensamblaje final del avión de transporte militar europeo A400M. Actualmente, trabajan en estas factorías unos 4.600 empleados, 2.600 puestos directos y 2.000 de subcontratas.

Además, en Cádiz cuenta con otras dos factorías: el CBC (Centro Bahía de Cádiz) situado en El Puerto de Santa María, también dependiente de la división de Defensa y Espacio de Airbus, con otros 800 empleados aproximadamente, la mitad de ellos de subcontratas, y la factoría de Puerto Real.

Foto: La visión de Airbus para la cabina de sus aviones en 2030. (Airbus)

Esta última fue inaugurada hace 32 años, en octubre de 1988 como respuesta a la falta de espacio de la antigua fábrica de CASA en Los Puntales. Al contrario que otras plantas, está adscrita a la división de Operaciones, dedicada a la construcción de aviones civiles. De hecho, en estas más de tres décadas ha experimentado diversas transformaciones para especializarse en la fabricación de grandes piezas de enormes aeronaves como el A380 o el A350.

Es precisamente la cancelación en el año 2019 del programa del A380 lo que ha dado la puntilla a la planta portorrealeña. Durante los últimos años, tanto la norteamericana Boeing como la europea Airbus apostaron por los grandes aparatos, con el 747 en el caso de EEUU, y con el europeo A380 o 'Superjumbo'. Este último se convirtió en el avión comercial más grande del mundo.

La fábrica de Puerto Real podía presumir de hacer algunas piezas destacadas como la 'panza' o 'belly fairing', el HTP o timón de profundidad y el estabilizador de cola, de 40 metros de largo, que se envía en barco desde el muelle de La Cabezuela a Toulouse (Francia), donde se encontraba la línea de montaje final. Sin embargo, el fracaso de ventas de estos grandes aviones (las compañías aéreas prefieren aeronaves de menor tamaño para sus vuelos) ha hecho cambiar la estrategia tanto de Airbus como de Boeing.

Foto: Boeing 737 MAX (EFE)

A esta situación se ha unido la pandemia del coronavirus, que ha provocado la mayor crisis que ha vivido la aviación civil, con miles de aparatos en tierra por la falta de turismo y de viajes de negocio en todo el mundo.

En este contexto, Airbus planteó el año pasado el recorte de 1.611 puestos de trabajo en España, de los que 899 corresponden a la división de Operaciones, y otros 722 a la división militar, a ejecutar a lo largo de 2021. La compañía perdió 1.133 millones el pasado año, aunque este resultado fue menos malo que el de 2019, cuando registró 1.362 millones de euros negativos debido a diversas provisiones excepcionales.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió el 4 de febrero con el CEO de Airbus, Guillaume Faury, y llegó a varios acuerdos de ayudas estatales y compra de aviones a cambio de minimizar el impacto en el empleo. Así, concretaron una serie de medidas de apoyo, como el PTA o Plan Tecnológico Aeronáutico, ligado a los fondos de recuperación de la UE, que será gestionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), con 160 millones y financiará diferentes proyectos protagonizados por Airbus.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el CEO de Airbus, Guillaume Faury. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el CEO de Airbus, Guillaume Faury. (EFE)

Otro de los temas concretados fue la puesta en marcha del llamado Aerofondo, dotado con 100 millones para apoyar a las pymes proveedoras de Airbus. Junto a estos 260 millones, el Gobierno destacó la existencia del Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva, con 600 millones de los presupuestos del 2021 y gestionado por Sepides, para prestar apoyo financiero en la promoción de inversiones de carácter industrial.

Por otra parte, el Ejecutivo español puso a total disposición de Airbus el centro de experimentación de El Arenosillo, en Huelva, dependiente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, para el desarrollo y pruebas de aeronaves no tripuladas. Además, se concretaron la adquisición de 40 helicópteros en una compra conjunta de los ministerios de Defensa e Interior. De estos, 36 serán del tipo H135, modelo que ya usan instituciones como el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil, los Bombers de la Generalitat de Catalunya, la Ertzaintza y buena parte de las comunidades autónomas como ambulancias aéreas. Los cuatro restantes serán H160 de uso exclusivamente militar.

Sin embargo, apenas unos días después, el jefe de operaciones del grupo, Michael Schöllhorn, trasladaba a la junta de portavoces del comité intercentros que la compañía "veía difícil mantener dos centros en Cádiz". Desde entonces, la tensión ha ido en aumento en la bahía gaditana, donde la empresa no dice nada oficialmente pero traslada a las autoridades y a los sindicatos extraoficialmente el cierre de Puerto Real.

Foto: (EFE)

El propio presidente de Airbus España, Alberto Gutiérrez, ha reiterado que la decisión no está tomada definitivamente, si bien los trabajadores creen que el anuncio es cuestión de días y que podría llevarse a cabo este próximo miércoles 21 en una reunión prevista en la sede de Toulouse. Allí se anunciaría el traslado de la producción del A350 a Getafe y la del A320 a El Puerto de Santa María, así como los posibles traslados y recolocaciones de los empleados.

El presidente del comité de empresa de Puerto Real, Juan Manuel Trujillo, prefiere no responder a los "rumores" y explica a El Confidencial que los trabajadores responderán "en la calle si es necesario, una vez conocida la postura oficial de la empresa".

El presidente de los empresarios gaditanos y del Consejo Andaluz de Cámaras de Comercio, Javier Sánchez Rojas, considera que "sería un gran error desprenderse de una planta puntera como la de Puerto Real, la única de Airbus en España con acceso directo a un puerto para el transporte de componentes por barco". Por otra parte, asegura que "no nos meteríamos en la estrategia de ninguna empresa si fuera El Corte Inglés o Carrefour, que son privadas, pero es que en el caso de Airbus creemos que el Gobierno tiene mucho que decir".

Plan industrial alternativo

En términos parecidos se expresa el presidente del Consejo Empresarial Aeronáutico, Antonio Conde, quien lamenta que todas las inversiones del Estado en la planta de Puerto Real, en accesos portuarios, carreteras, etc. no se hagan valer en estos momentos.

La situación de las empresas subcontratadas y proveedoras de Airbus en la zona es dramática. Son cerca de 25, que a finales de 2019 contaban con una plantilla de 1.500 trabajadores especializados (ingenieros, mecánicos, logística, maquinaria, utillaje...). Tras la suspensión del programa A380 se redujeron a unos 1.000, de los que más de un 60% se encuentran acogidos a un ERTE. "Si se confirma el cierre de la planta y el traslado de la producción será el desmantelamiento de la industria auxiliar en Cádiz y una ruina para la zona", insiste Conde.

Junto a ello, el representante empresarial denuncia ante El Confidencial que este colectivo ha presentado a las autoridades un plan que salve a la industria auxiliar sin que nadie les haya respondido hasta la fecha. Ese plan pasa por dedicar sus empresas, ante la falta de pedidos de nuevos aviones, a la reparación de aviones de transporte de mercancías, que se han multiplicado en los últimos meses gracias al aumento del comercio electrónico de grandes plataformas como Amazon. Su intención era aprovechar las instalaciones del cercano aeropuerto de Jerez, si bien AENA rechazó el proyecto para construir en su espacio una planta solar fotovoltáica. Los empresarios ofrecen otras alternativas, que van desde la construcción de drones hasta la entrada en la industria ferroviaria.

Proyección de futuro positiva

Lo cierto es que la situación del sector aeronáutico atraviesa una crisis momentánea que ha dado un giro de 180 grados a las previsiones para la próxima década. A final de 2019, Airbus y Boeing se frotaban las manos tras hacer públicas sus previsiones sobre el número de aviones que van a precisar las aerolíneas en los 20 próximos años, hasta 2038, tanto para la renovación de flotas como para su ampliación.

Las proyecciones de las dos firmas señalaban que el mercado pasaría de los 23.000 aviones actuales, a una flota global de cerca de 48.000. Airbus y Boeing estimaban que en los próximos 20 años se construirán unos 40.000 aviones, por valor de unos 5 billones de euros. Según la Asociación Internacional de Compañías Aéreas (IATA), 2019 se cerró con más de 4.000 millones de personas que se movieron por el mundo en aviones.

Foto: EC.

Sin embargo, al comenzar el confinamiento, el tráfico aéreo en Europa disminuyó cerca del 91%, según Eurocontrol. Así mismo, IATA pronosticó una recesión económica y pérdidas de producción dos veces mayores que en la crisis financiera de 2008. En un primer momento, la falta total de ingresos de las aerolíneas les llevó a congelar nuevos pedidos, retrasar calendarios de entrega e incluso rechazar entregas de aviones por falta de tesorería. Todo ello conlleva impactos extraordinarios a nivel comercial, industrial y tecnológico.

Esta situación ha hecho temblar los cimientos de una de las industrias estratégicas de la región, el sector aeronáutico andaluz, que está compuesto por 124 empresas –la mayoría en el eje Sevilla-Cádiz– que viven en un 80% de la producción de Airbus, tanto en su rama militar como en la civil.

La industria aeroespacial andaluza facturó 2.530 millones de euros y empleó a 15.931 personas en el año 2019, según el informe elaborado por Andalucía Aerospace. Desde 2007, la facturación del sector se ha triplicado y el empleo es más del doble. Este sector representa un 1,57% del PIB global andaluz. De hecho, en 2017, las exportaciones de aviones (3.293 millones de euros) se situaron por primera vez por encima de las de aceite (3.193 millones de euros).

El Rey y el presidente del Gobierno asistieron el jueves a la inauguración del nuevo Campus Futura de Airbus en Getafe (Madrid), que ha supuesto una inversión en torno a los 400 millones de euros. La seguridad del evento se blindó para evitar que el acto se viera empañado por la concentración que a pocos metros protagonizaban una parte de los trabajadores contra el cierre de la planta de Puerto Real, que cuenta con una plantilla directa cercana a los 400 empleados.

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