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Política

Elecciones 2019: Así filtra Facebook las noticias que deciden tu voto

La herramienta Control Expuesto es un Facebook sin filtros que permite a los usuarios controlar su algoritmo y recopilar evidencias de intentos de manipulación o influencia ilícita por parte de grupos políticos, potencias extranjeras y otros

Manifestantes en la marcha 'Una Europa para todos' el 19 de marzo en Fráncfort, Alemania.
Manifestantes en la marcha 'Una Europa para todos' el 19 de marzo en Fráncfort, Alemania. Getty Images

Apenas quedan días para las Elecciones Municipales, Autonómicas y al Parlamento Europeo, y la desinformación política campa a sus anchas. Las noticias falsas y las medias verdades que se viralizan llegan a nuestras pantallas, impulsadas por sus grandes fabricantes y viralizadores que -según un informe de la organización Xnet- son los gobiernos, partidos políticos, corporaciones y medios de comunicación de masas. No, no somos los periodistas.

Los algoritmos de buscadores y redes sociales priorizan este contenido y hacen crecer la bola de nieve. Si bien Facebook, Twitter o Google dedican ciertos esfuerzos a intentar paliar este efecto, poco se conoce en realidad sobre cómo funciona exactamente el software detrás de cada una de estas plataformas y cómo estas median la realidad que reciben sus usuarios.

Con el objetivo de evitar y de hacer visible esa intermediación, y ante las inminentes elecciones, se ha puesto en marcha el proyecto Control Expuesto. Se trata de una iniciativa financiada por el Consejo Europeo de Investigación de la Comisión Europea, liderado por el hacker ético Claudio Agosti, investigador asociado a la Universidad de Amsterdam, fundador y presidente del centro Hermes para la Transparencia y los Derechos Humanos Digitales y miembro del colectivo DatActive que se dedica al activismo de datos.

La herramienta tiene diferentes funciones. Por una parte, permite a los usuarios de Facebook seguir las actualizaciones de sus contactos independientemente de cualquier algoritmo de filtrado personalizado. Lo hace mediante una extensión que transforma las publicaciones de Facebook observadas en una fuente RSS. Es -como Agosti lo define- "una manera creativa de ver el debate público sin que un algoritmo lo intermedie". Un Facebook sin filtros.

Esta información pública se envía a los servidores del equipo detrás de Control Expuesto, que las analiza y busca todos los temas con valor enciclopédico, usando Wikipedia como índice. Con estos datos elabora otra fuente RSS donde aparece una lista con los temas más observados por países. Por ejemplo, España. Cualquier persona puede suscribirse a esta fuente con la palabra clave deseada (contaminación, pongamos por caso) para obtener todas las actualizaciones relacionadas. “Es el primer intento de permitir que los lectores tengan el control de su algoritmo. Es algo nunca visto”, afirma el investigador.

Los usuarios pueden también saber cómo se personaliza el contenido para ellos comparando lo que muestra Facebook y lo que muestra la herramienta desintermediada. Permite, además, a los investigadores, analizar la forma en que las empresas, los grupos de interés político y las potencias extranjeras utilizan la información, y también recopilar evidencias de influencia ilícita. El fin último: “capacitar a los ciudadanos para que comprendan el proceso de fabricación oculto de creencias colectivas que se produce en estas plataformas”.

Agosti destaca otros usos de la herramienta. Una es permitir a los científicos probar el impacto de los algoritmos de personalización y acceder a datos abiertos para analizar los fenómenos sociales en torno a ellos sin necesidad de luchar contra las complejidades técnicas de la plataforma. La otra, ayudar a quienes pagan publicaciones patrocinadas a entender cómo el algoritmo trata su contenido.

La iniciativa Control Expuesto forma parte de un programa más amplio, llamado ALEX: Algoritmos Expuestos. Analizando la personalización automatizada y el filtrado para la investigación y el activismo, en el que Agosti lleva trabajando desde 2016. ¿Cuál fue su motivación? “Los algoritmos son la solución tecnológica implementada por las empresas para regular las comunidades y las conversaciones. En este sentido, son equivalentes a las políticas públicas. Con ALEX queremos promover las discusiones en torno a ellos porque deberían estar sujetos al escrutinio público”, señala el activista.

Los algoritmos de personalización constituyen una limitación de la libertad individual".

La primera herramienta que Agosti desarrolló fue Facebook tracking exposed y ahora está disponible también una versión de prueba de YouTube tracking exposed. Esta última muestra las decisiones personalizadas que toma YouTube para seleccionar los vídeos relacionados que muestra a cada usuario. “Demuestra cómo el enfoque utilizado para analizar el algoritmo de Facebook se puede replicar en otras plataformas. Queremos que las personas y los investigadores comprendan sus influencias. Desinformación, burbujas de filtro o publicidad son solo narrativas a explorar; estamos construyendo una infraestructura que ayuda a estos análisis”, afirma.

Su forma de investigar los algoritmos de estas plataformas es diferente de los típicos análisis basados en participación e interacciones. “Esas son las métricas utilizadas por las empresas, los anunciantes o actores como Cambridge Analytica”, señala Agosti. Lo que se considera como participación, sin embargo, es la suma de muchos factores, y no todo es público. Por una parte está el editor, por otra el consumidor y por otra el algoritmo, que no es neutral. “Solo al diseccionar a los actores por separado podemos atribuir las responsabilidades apropiadas en la cadena de información. Nosotros obtenemos (y proporcionamos) datos como un tercero independiente, sin depender de lo que decidan revelar las plataformas sobre su funcionamiento”, explica.

Su principal fortaleza –dice el investigador- es ver el impacto político del algoritmo, “ya que los algoritmos de personalización constituyen una limitación de la libertad individual. “Queremos que las personas vean los efectos de los algoritmos en sí mismos. Estos deciden qué es lo que le importa a cada individuo y, para ser libre, este debe tener control total de dicha lógica”, insiste. El fin último de Agosti es convencer de la necesidad de reclamar un nuevo tipo de derecho digital: el derecho de cada individuo a controlar su propio algoritmo.

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