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La romántica segunda boda de José Luis Pellicena, que acaba de morir

El gran actor, que ha fallecido este viernes, alcanzó su máxima popularidad en la televisión donde adquirió además crédito e incesante trabajo.

El gran actor, que ha fallecido este viernes, alcanzó su máxima popularidad en la televisión donde adquirió además crédito e incesante trabajo.
José Luis Pellicena en 'Las cartas boca abajo' de Buero Vallejo | YouTube

Fue José Luis Pellicena, uno de nuestros mejores actores, hombre discreto, del que poco se sabía en los últimos tiempos. Acaba de morir a los ochenta y cinco años y sólo sus pocos e íntimos amigos sabían de su existencia, ya retirado del teatro. Su última interpretación, fugaz, fue en el capítulo 282 de la serie Cuéntame, hace ya un par de temporadas, aproximadamente. Es posible que tampoco haya telespectadores que se acuerden de él pero quiénes en los años 60 y parte de los 70 seguían con atención los programas dramáticos de Televisión Española deben retener en su memoria aquellas sensacionales apariciones del actor aragonés en "Estudio 1". Respecto a su vida sentimental, contaremos sus ribetes románticos.

José Luis Pellicena Guijosa era natural de Zaragoza, nació en 1933 y rompió con muchos tabúes familiares, abandonando la carrera de Medicina para embarcarse en la aventura de ser actor enrolado con la compañía Lope de Vega con la que, en 1954, viajó por toda España a las órdenes del entusiasta José Tamayo, uno de los más grandes directores de escena que hemos tenido. La alondra, en el teatro Español, fue uno de tantos éxitos conseguidos por Pellicena, que a su buena estampa y excelente voz, algo impostada hemos de decirlo, reunía toda una técnica teatral impecable.

Fue en Barcelona, año 1957, cuando conoció a Olga Moliterno, recién arribada desde Argentina, país donde convivía con el asimismo gran actor Andrés Mejuto, ambos exiliados. Olga se dedicaría a la producción de espectáculos teatrales, la primera de ellas El diario de Ana Frank, donde tuvo como protagonista masculino a José Luis. Se repitió con Pellicena esa tan sobada historia de aquellos actores dotados de grandes recursos interpretativos pero que, aun contando con su galanura, nunca tuvieron oportunidades en la gran pantalla. Desde su breve presencia en Molokai, el único filme por el que ahora lo recuerdan en las biografías es Historias de la televisión. También En septiembre y Dragón Rapide. En cambio, en la televisión fue donde adquirió popularidad, crédito e incesante trabajo. En El jugador, la obra colosal de Dostoieski, Pellicena estaba soberbio. Y de vuelta a su biografía teatral, espigamos algunos de otros muchos títulos sobresalientes de su meritoria carrera: Eloísa está debajo de un almendro, El médico de su honra, Séneca, o el beneficio de la duda, Marat-Sade

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La diferencia de edad entre José Luis Pellicena y Olga Moliterno no fue impedimento para que formaran una de las parejas más sólidas. Iban juntos a todas partes. A él no se le conocieron otras relaciones sentimentales, hasta que Olga falleció en 2004. Poco después, soportando una gran tristeza, mientras navegaba en Internet para entretenerse, dio en comunicarse vía chats con una joven cubana, cuarenta años más joven que el actor, auxiliar de enfermería. De aquella relación distante pasaron a conocerse personalmente. José Luis viajó a La Habana con la intención de entablar una relación más intensa con aquella mujer que lo había cautivado sólo a través de los mensajes que se cruzaban. Y se enamoraron. Ella, Caridad García Montoya se vino con él a Madrid. José Luis Pellicena comenzó entonces a vivir con más optimismo que en su anterior pasado de viudo y a sus más allegados les hizo ver que gracias a Caridad era otro hombre. Aun alejado de su profesión, por el paso de los años, José Luis Pellicena se confesaba feliz. Hasta que un infarto de miocardio se lo ha llevado al otro mundo.

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