Chang, reconocido por transformar la industria de fabricación de chips, empezó en el negocio cuando tenía 56 años, edad en la que la mayoría de nosotros estamos preparando la jubilación. El mes pasado, durante las celebraciones del 30 aniversario de TSMC, el licenciado en Stratford y antiguo ejecutivo de Texas Instruments anunció la decisión de retirarse a finales del junio.

Es el fin de una época, un periodo de mucho cambio en el que pioneros como Chang ayudaron a dar forma a la industria actual de ordenadores personales y, desarrollando la capacidad de procesamiento en la revolución de los smartphones. Por tanto, ¿qué le espera a TSMC en un futuro sin Chang, un hombre al que Forbes ha incluido como una de las 100 grandes mentes empresariales vivas del mundo?

Chang dejará tras de sí una compañía con una magnífica salud. El mayor fundidor mundial de chips es el número uno en contratar producciones de chips, con una cuota del 56% del mercado global, un mercado que, según espera TSMC, crecerá un 16% este año. Las acciones de la firma cotizan en Taipei y sus American Depositary Receipts (ADR’s) se negocian a niveles récord. La compañía proyecta ingresos de US$9.200 millones para finales del cuarto trimestre, en medio de la demanda del último smartphone de Apple (TSMC suministra chips de ordenador para el iPhone X).

La firma desempeña un papel crucial en la cadena de suministro de Apple. El fabricante del iPhone es el mayor consumidor de la tecnología de 16 nanómetros (nm). Esta tecnología se emplea en chips que alimentan los modelos anteriores iPhone 6 y iPhone 7. Para el iPhone 8, de este año, TSMC está suministrando una nueva tecnología de 10 nanómetros. Un nanómetro es una millonésima parte de un milímetro. La miniaturización implica que se pueden incrustar más transistores en cada chip, aumentando el rendimiento.

TSMC es uno de los pocos externos con acceso a los nuevos planes de producto de Apple. Esto ayuda a la compañía a gestionar la capacidad de producción, minimizar los desperdicios y prevenir la infrautilización. La relación con Apple es también un buen ejemplo de por qué TSMC lo hace tan bien (refleja la innovación y tecnología puntera combinadas con una colaboración cercana y un gran servicio al cliente). Los competidores como la taiwanesa UMC, que hace solo una década estaba a la par con TSMC, se han ido quedando atrás.

Los chips de TSMC se encuentran en el corazón de la mayoría de la tecnología sobre la que se apoya la sociedad moderna. Al tiempo que aumenta la prominencia de la automatización y la digitalización, habrá una demanda todavía mayor. El Internet de las cosas, la inteligencia artificial y los vehículos sin conductor también serán futuras guías de crecimiento mientras los mercados tradicionales empiezan a madurar. El mes pasado, la compañía informó de que la demanda de ‘circuitos integrados en aplicaciones específicas’ en las criptomonedas contribuyó en cerca de un 5% a los ingresos del tercer trimestre.

Durante las últimas tres décadas, Chang ha creado una cultura del éxito que a grandes rasgos se basa en la capacidad de cambiar con el tiempo. En una entrevista reciente, aseguró: “En la primera década de historia de nuestra compañía, establecimos nuestro mercado en Estados Unidos. En la segunda década, nos establecimos en los negocios de ordenadores personales y tarjetas gráficas. En la tercera década, aseguramos el negocio de dispositivos móviles”.

TSMC fue un disruptor!. Chang prácticamente inventó el concepto de contratar la producción de chips en una época en la que el término ‘externalización’ todavía no se había inventado. La compañía se convirtió más tarde en un navegante habilidoso de la demanda de una industria en la que el riesgo de obsolescencia siempre está presente.

Mark Liu y C.C Wei, elegidos sucesores, llevarán la antorcha en ausencia de Chang. Ambos se han beneficiado de sus enseñanzas y crecieron juntos en la jerarquía –desde vicepresidentes senior, a COOs y, finalmente, co-CEOs en 2013-. Cuando Chang se retire el año que viene, Liu será el nuevo presidente y Wei se mantendrá como CEO, una transición suave.

Sin embargo, la compañía se enfrenta a la feroz competencia de la firma surcoreana Samsung Electronics, otra compañía fantástica, así como a pujantes empresas chinas, un país que está intentando nutrir a su propia industria doméstica de fabricación de chips. El sentimiento inversor hacia las compañías de tecnología no ha sido tan bueno desde la fiebre punto.com a finales de los noventa, pero esto no va durar indefinidamente.

Dicho esto, desde la primera vez que nos convertimos en accionistas de TSMC en 2004, ha sido una de nuestras participaciones más gratificantes durante los aproximadamente 25 años que hemos invertido en la región de Asia-Pacífico. A través de los años, hemos visto a la compañía centrarse en hacer una cosa muy bien: hacer chips informáticos. La nueva generación de líderes tiene ahora una gran base sobre la que construir, los próximos 30 años.

Hugh Young, director para Asia en Aberdeen Standard Investments