domingo, 22 de octubre de 2017

El dedo en el botón 155


El jueves soñé que me aplicaban el artículo 155, que debe ser algo así como el artículo 33 con mala hostia, y me desperté sobresaltado. El 155, tía. Eso es droga dura. Palabras mayores. El copón de la baraja. Un arma de destrucción, más IVA. Hasta el gato se ha asustado. Tanto es así que no se atreven a dispararlo contra Catalunya por si se produce una reacción en cadena y los dos millones de catalanes independentistas trasladan su domicilio fiscal a Andorra. A Montoro le da un yuyu. Sobre todo, ahora que anda el hombre anunciando en Bruselas que el presupuesto de Sanidad y Educación va a caer a mínimos históricos. Concretamente un 6 y un 4%, respectivamente.
El espantajo de ese artículo y la pelea de manguis en que han convertido una declaración de independencia en diferido, les viene genial para distraer la atención mientras le dan a la manivela de los indultos, pasan desapercibidos juicios por corrupción, atraen el voto de la ultraderecha fascista y ocultan 11.000 millones de gastos en el Ministerio de Defensa, por solo poner ejemplos de esta semana.
Me cuentan que ya han probado el efecto del 155 en los Monegros con resultados totalmente satisfactorios. Se han hecho con las administraciones de tres pueblos y los vecinos ni se han enterado. Rajoy tiene el dedo en el botón rojo. Sálvese quien pueda. Y si todo falla, está dispuesto a rodear Catalunya con un muro y, como le aconsejó Trump, que lo paguen los catalanes. Con un par.
Josetxu Rodríguez
@caducahoy
 

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