¿Qué es lo que hace que nuestros diseños sean rápidos de leer o interpretar? Veamos. Definitivamente nuestras piezas deben funcionar como un “contenedor” de significados y esto tiene que ver directamente con el contenido de las formas. ¿Qué es lo que están diciendo las palabras, las imágenes, etc. en nuestro diseño? Justamente aquí está la clave… el sentido que le demos a cada elemento de nuestra pieza (o mensaje), debe ser abstraído de una forma tan “transparente” que no debe haber ningún error en su lectura o en su interpretación, porque solo hay y puede haber un solo significado. Ahora bien, esa “transparencia” o claridad, es la que le da velocidad a la lectura de nuestros objetos de diseño. Solo contamos con pequeñas fracciones de segundo para captar la atención de la audiencia y pueda percibir la idea que le estamos proyectando. Así que, el público tiene que asimilar la pieza para que inicie el proceso donde digiere el significado, significado que aluda sentido y genere un interés específico para ellos… TODO casi de forma automática. Es por eso la importancia de configurar y optimizar la “velocidad” de la lectura de nuestros objetos. La transparencia es únicamente la esencia del significado. Y esa esencia, es la que debe conquistar la complicidad del público. Ahora bien, si como diseñadores logramos un resultado de complicidad, habremos impulsado en la audiencia alguna reacción emotiva ante nuestra pieza u objeto. Veamos, al ser tan transparentes con nuestro diseño, no lo hacemos pensar demasiado, más bien lo hacemos sentir, lo movemos. Y no le hacemos perder tiempo tratando de decodificar el mensaje, más bien optimizamos la función de la pieza. La calidad del mensaje y la calidad de su configuración, se impregnan (se transmiten) en el nivel de valoración que le otorgue la audiencia. Esto quiere decir, entre menos ambiguos seamos en la forma y sentido de nuestro “contenedor”, el objeto será aceptado más fácilmente por el usuario y se verá percibido como útil… finalmente como resultado, los proyectos de diseño serán rentables. Sabemos que el campo del diseño es un área productiva muy competida, así que el diseñador debe resolver dos desafíos: uno, optimizar la interpretación, y dos, que perdure su impacto… digamos que por lo menos, la pieza no muera antes de su ciclo de vida por la que fue programada. Por supuesto, como ya subrayamos, estos desafíos se pueden superar con la transparencia que proyectemos y con la abstracción pertinente e inequívoca de los elementos que seleccionamos para nuestro proyecto. Me despido, soy Erika, Ustedes ¿qué opinan? ¡Hasta la próxima!
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