Mon Laferte triunfa en su primera noche en el Caupolicán

Imagen-unnamed-11-820x385

Con un público mayoritariamente femenino la cantante chilena del momento debutó en sala de San Diego a tablero vuelto para presentar su álbum La Trenza. El concierto fue filmado.


Falta media hora para el arranque de la primera noche de Mon Laferte en el teatro Caupolicán y la sala está a punto de repletarse con mujeres jóvenes dominando por paliza. La mayoría lleva en el cabello una imitación de las flores que la artista nacida en Viña del Mar, fogueada primero en los bares de Valparaíso y más tarde en televisión, suele lucir en sus videos y presentaciones, ese símbolo entre coqueto y dramático consonante a su música, y que a su vez conecta con una estética que al menos suma medio siglo. La artista tiene un nuevo álbum publicado a fines de abril, La Trenza, y la misión de la noche es su interpretación íntegra, once temas de un total de 23 canciones programadas. El show, lo advierten varios carteles al interior del Caupolicán, está siendo registrado audiovisualmente con ocho cámaras repartidas entre platea y galería.

Mon Laferte, que repite este miércoles en la misma sala para luego actuar en su ciudad natal este fin de semana, y que además anunció un show para el 18 de diciembre en el Movistar arena -confirmación absoluta de su carácter como fenómeno popular-, se hizo acompañar por siete músicos convenientemente trajeados como una regia orquesta. A las 21.12 se tomó el escenario engalanado con tres árboles como escenografía y cálidas luces. El público no se aguanta y grita entre nervioso y raudo su nombre como un mantra "Mon, Mon, Mon". Parte con "Tormento", la primera canción de Mon Laferte Vol.1 (2015), el álbum con el que irrumpió hacia la fama. De inmediato se activó un karaoke que no cesó en toda la noche. El público se mece. La viñamarina remata el corte y estira la última nota haciendo gala de su vozarrón.

Con "Vuelve por favor" dejó que la audiencia se apropiara de las primeras líneas mientras ella observaba encantada y sonriendo. Luego bailó haciendo gala del carrete que ganó aprendiendo cómo dominar un escenario gracias a sus años en Rojo de TVN. Porque Mon Laferte no solo canta sus canciones sino que las interpreta. Intercala pausas dramáticas, risas coquetas, otras pudorosas ante algunas alusiones al sexo, siempre con encanto y naturalidad.

Hubo una partida en falso en "Si tú me quisieras", luego siguió con "Salvador", ambas del disco anterior. Retomó el nuevo álbum con "Primaveral", uno de los mejores temas de La Trenza. A partir de la siguiente canción el espectáculo bajó en intensidad por el carácter íntimo de los cortes, incluyendo "El Cristal", "canción que le escribí a mi mamita que se fue al cielo", y luego la composición que da nombre al último trabajo, originalmente fuera del disco, y que se centra en su abuela, una figura fundamental en su vocación como artista.

Al momento de Que si y su cadencia con aires de bossa nova, el espectáculo retomó ritmo y energía, seguida de "Yo te qui", una de las más coreadas de una noche donde prácticamente el concierto completo fue cantado por la asistencia. Porque lo de Mon Laferte es así. Sencillamente un fenómeno que se salta las reglas del pop femenino actual. Aquí el arte y la imagen valen lo mismo.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.