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      Leer hasta que salga el sol: el plan para Nochebuena en Islandia

      La costumbre es regalar libros y quedarse leyéndolos. En las plazas se descargan ebooks gratis y en los bares, se lee.

      Leer hasta que salga el sol: el plan para Nochebuena en IslandiaNavidad en Islandia. Las calles de Reikiavik, donde se pasa la noche leyendo.

      Uno podría chocarse con un duende en cada esquina por las calles de Reikiavik, la capital de Islandia. O eso se siente: pequeñas proyecciones en movimiento saludan a los caminantes desde las fachadas de la mayoría de las casas. Esto es Islandia, el lugar que inspiró al escritor francés Julio Verne para escribir su Viaje al centro de la Tierra y el sitio donde todo amante de los libros desearía poder pasar la Navidad. Acá, cada 24 de diciembre, las familias se reúnen frente a sus chimeneas para intercambiar libros. "Después de la cena", cuenta a Clarín Gaukur, una de las empleadas de "Lenguaje y cultura", la segunda librería más grande de la ciudad "nos regalamos un libro y pasamos la noche leyendo bajo una manta mientras tomamos chocolate caliente", explica. Ella le regaló a su hijo, de 12 años, un libro de relatos sobre vikingos.

      Y lo cierto es que el clima acompaña. La temperatura va entre los 2 y los 4 grados bajo cero y en esta época del año el sol ilumina recién a las once de la mañana y se esconde alrededor de las cuatro de la tarde. Pero no sólo es el frío, es también la tradición y el gusto por las historias de los habitantes de estas tierras, donde hay un refrán que dice que "todo el mundo lleva un libro en su vientre". Y es que uno de cada diez islandeses ha escrito -y publicado- un libro. No es casual que, en 2011, la UNESCO declarase a Reikiavik"Ciudad de la Literatura".

      El setenta por ciento de las novedades literarias son lanzadas al mercado entre septiembre y diciembre y con ellas se confecciona un catálogo que es enviado de forma gratuita a todas las casas. Además, en los bancos de la mayoría de los parques, ahora plagados de luces y árboles navideños, hay códigos QR donde cualquiera puede descargar gratis cientos de libros en inglés e islandés. Esta costumbre de regalar libros en Navidad, tiene un nombre: Jólabókaflód, cuya traducción es algo así como "Flujo navideño de libros ". Data de la época de la Segunda Gran Guerra, "cuando no había dinero para comprar regalos. Entonces comenzó la costumbre de regalar libros impresos en el país porque, además, había fuertes restricciones al papel importado", explica Gaukur, y añade que, "según las estadísticas, cada islandés lee unos 40 libros al año" (según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, en la Argentina, en 2013, el promedio era de 6 libros por habitante).

      Los datos son reveladores: cada año se publican en Islandia -cuya población es de 331. 811 habitantes- entre 800 y 1.000 nuevos títulos, lo que convierte a la isla en el país del mundo que más libros publica per cápita -cinco por cada mil habitantes- de los que unos 80 son novelas de autores locales. De cada título, se imprimen unos mil ejemplares. Los favoritos son las Sagas Islandesas, una colección de relatos épicos repletos de monstruos y personajes mágicos procedentes del siglo XIV, época en que los vikingos se asentaron en la isla, pero también los libros infantiles y las novelas eróticas. Este año, por ejemplo, en la lista de los más vendidos, está Cincuenta sombras más oscuras, de la británica E. L. James, así como la más famosa de las obras del escritor islandés Halldor Laxness -Premio Nobel de Literatura en 1955-, titulada Gente Independiente y traducida a multitud de lenguas, entre ellas el español. De forma masiva se vendieron también las novelas negras escritas por Henning Mankell, fallecido en octubre de 2005, y protagonizadas por el detective Kurt Wallander, mientras en lo que se refiere a la literatura infantil, encabezan el ránking los Cuentos de los Hermanos Grimm o los libros de Harry Potter, escritos por la británica J. K. Rowlling.

      Reikiavik, cuyas casas de colores, con enormes ventanales sin cortinas, parecen salidas de un cuento de hadas, se convierte además durante estos días en un auténtico festival literario, en el que los autores locales van de librería en librería leyendo fragmentos de sus últimas obras. Los empleados del hotel donde se hospeda esta cronista, a pesar de tener que trabajar la noche del 24, no quisieron perder las buenas costumbres. Ísak Gimsson, el recepcionista, cuenta a Clarín que lo suyo es el thriller y que este año, disfrutó leyendo una obra del sueco Henning Mankell. Cuenta también que le regalo a su novia un e-book, "que también es un libro", dice con una sonrisa. También su compañera, Berglinel, elige las historias de crímenes y, este año, les regaló a sus padres dos libros de Ragner Jónasson, una de las jóvenes promesas de la literatura negra islandesa. Sólo ellos dos estaban en el hotel esa noche en la incluso el restaurante estaba cerrado. Todos estaban en sus casas, leyendo.

      La ciudad está llena de pequeños y acogedores bares donde, al ritmo de música navideña, y con cálidas velas en cada una de las mesas, sorprende ver que los clientes ni siquiera adentro del local se sacan sus abrigos y gorros de lana, dicen que "para no cambiar la temperatura corporal". Y no es lo único que sorprende: a excepción de los turistas japoneses, que fotografían hasta los vasos, la gente tiene un libro abierto sobre la mesa y el celular guardado en la cartera. En Islandia, se lee.

      Será el clima, será la tradición o puede que sea también el impactante paisaje, dominado por la nieve, el hielo, la tierra volcánica y un silencio sólo interrumpido por el fuerte viento que sopla de forma constante, pero en Islandia, además de la cerveza y la sopa de cordero, hay algo más que nadie se salta durante estas fiestas que tiñen Europa de blanco: un buen libro y una humeante taza de chocolate caliente en familia.


      Sobre la firma

      Bárbara Alvarez Plá

      bapla@clarin.com

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