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Carlos A. Nava, ESPN Digital 7y

Frente a los Vikings, los Dallas Cowboys hallaron nuevas formas de ganar

DALLAS – Los Dallas Cowboys esquivaron otra bala, este viernes amanecerán con marca de 11-1 y podrán descansar en paz el fin de semana en la cima de las clasificaciones completas de la NFL.

Otra vez distó de ser bonito o el más contundente, pero estos Cowboys encuentras maneras para ganar y parece que espantan todos los fantasmas que la organización ha tenido.

Parece increíble que su racha de victorias se alargó a 11, la mejor de todos los tiempos para una franquicia que ha ganado todo y que ha presumido equipos realmente poderosos.

Más difícil de pensar es cuando la temporada parecía perdida antes de empezar; luego de la lesión de Tony Romo en el tercer juego de pretemporada.

Eso parecería que sucedió en otra vida porque dos novatos han inyectado esa adrenalina y, más importante, el talento que parecía hacer falta para que los Cowboys subieran a otro nivel; más allá incluso del que tuvieron en la temporada 2014, cuando estuvieron cerca de avanzar al partido por el campeonato de la Conferencia Nacional.

El quarterback Dak Prescott y el corredor Ezekiel Elliot de nueva cuenta ni siquiera tuvieron que poner los números más impresionantes este jueves por la noche en el triunfo 17-15 sobre los Minnesota Vikings.

Al contrario, Prescott casi regala el partido cuando soltó un balón en el intercambio con el centro que dio revivió por completo a unos Vikings que hasta antes de esa jugada parecían agonizar.

Tampoco fue la mejor noche para Elliott, quien sufrió para ganar cualquiera de las 86 yardas por tierra que acumuló y por momentos puso a sufrir a sus fans cuando soltó su primer balón desde el segundo partido de temporada regular.

La defensiva de los Vikings realizó una gesta heroica inédita frente a Prescott y Elliott. Pero los dos juveniles estrellas de los Cowboys otra vez salieron con la mano en alto.

“Estos son logros de equipos”, dijo Elliott, de 21 años. “Nuestros compañeros hacen que las cosas parezcan fáciles. Nunca perdemos confianza en que podemos hacer jugadas. Somos una familia, una hermandad”.

Los dos, Prescott y Elliott, ayudados por una línea ofensiva que tampoco tuvo su mejor desempeño y cometió castigos absurdos, parecen estar destinados para cosas importantes.

“Estos dos muchachos son increíbles”, consideró el receptor Dez Bryant. “No parecen novatos. Trabajan demasiado fuerte para hacer que las cosas sucedan. Hoy jugamos contra una defensa muy fuerte. Pero los dos pudieron hacer su trabajo”.

Prescott y Elliott tienen que jugar hasta contra su propia defensiva; una unidad que grita por ayuda para presionar quarterbacks o en cobertura de pase, en especial sobre los alas cerrados.

El profundo Byron Jones hace semanas que vive por completo su llamado “sophomore year”, ese segundo año en el que parecería que los ataques rivales ya le tienen tomada la medida.

Ha sido quemado hasta el cansancio, como lo hizo Kyle Rudolph, el ala cerrado de los Vikings.

Seguro Dallas completo está agradecido del surgimiento del novato Anthony Brown, quien ha abierto prácticamente toda la temporada; primero en reemplazo del esquinero interno (níquel) Orlando Scandrick y hasta un mes por Morris Claiborne, del lado izquierdo.

Nada mal para un novato reclutado en la sexta ronda, sin pena ni gloria. Muy similar al caso de Maliek Collins, el tackle defensivo seleccionado en tercera ronda que pasó la pretemporada lastimado.

De cualquier manera, la defensa encuentra maneras para salir adelante y minimizar el daño.

“ Creo que nuestra defensiva hizo un trabajo fantástico manteniendo el marcador bajo”, dijo el entrenador Jason Garrett. “Hicieron jugadas cuando deberían hacerlas”.

“Fue una batalla muy dura”, agregó Garrett. “No fue nuestro desempeño más bonito a la ofensiva. Pero alcanzó y debo reconocerlo”. Su ofensiva en general tiene demasiadas armas; ya sean Bryant; Cole Beasley, Terrance Williams, Brice Butler, Alfred Morris, Lance Dunbar o Jason Witten pueden hacer jugadas.

Pero sin duda, la mayor diferencia la hacen Prescott y Elliott, quienes ya irradian esa confianza alrededor suyo, que contagia a sus compañeros, incluidos equipos especiales, que hicieron la jugada del partido.

En el último cuarto, Kyle Wilbert apenas alcanzó a sacar el balón al regresador de patadas de Minnesota Adam Thielen. De hecho, tuvo que ser revisado en televisión para que los árbitros se dieran cuenta y le dieran la bola a Dallas, que una jugada después anotó con Bryant el touchdown que al final fue definitivo.

“Siempre creímos en nosotros”, dijo Prescott, de 23 años, en entrevista de televisión al finalizar el partido. “Nosotros simplemente nos reagrupamos después de las entregas de balón y las cosas malas que pasaron cuando las cosas no iban en nuestra dirección. Pero nos mantuvimos juntos”.

“Tenemos un excelente grupo de veteranos que han estado aquí, que han hecho esto y nos han mantenido bajo control”, agregó. “Un grupo que nos permite salir a divertirnos y ser nosotros mismo”.

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