Análisis Robinson: The Journey

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El juego más juego de todo el catálogo de PSVR no es apto para todos los estómagos
Por Javi Andrés 8 noviembre, 2016

Era de los más esperados y vistosos, apuntaba maneras. Los creadores de Crysis probando fórmulas. Y Robinson: The Journey ha acabado cumpliendo en muchas cosas, pero decepcionando especialmente en dos muy importantes: duración y mareos. El viaje en este planeta alienígena cargado de vegetación, preciosas estampas, retos de supervivencia y dinosaurios, es una de las experiencias más hardcore o de videojuego de aventuras tradicional que existen en los catálogos de todos los dispositivos de realidad virtual. Pero también tiene un precio muy caro para el contenido y duración de los que hablamos, y no ha conseguido lidiar con lo que ya en el E3 2016 os decíamos que más miedo nos producía de este llamativo título, las náuseas que provoca, el control sin perfilar hacia el que arriesga con sus niveles verticales y de exploración libre.

En este viaje de vista en primera persona el jugador interpreta a un Robinson del futuro, espacial, que llega en su nave accidentada a un entorno virgen y, tras años de supervivencia extrema y búsqueda de autonomía para subsistir en su campamento, decide ir en busca de otras formas de vida inteligente y los restos de otras civilizaciones humanas que estuvieron también allí. Y dos compañeros de viaje para ello, una cría de tiranosaurio y una esfera levitadora de inteligencia artificial llamada HIGS y especialmente preocupada en encontrar otros chips como el suyo para seguir atando cabos hasta saber qué pasó en Tyson III, el planeta virgen que acoge todos los paseos y aventuras del cortísimo juego.

Son 59,99 euros a cambio de unas 4 o 5 horas que durará, sin mucha invitación a segunda vuelta si en la primera ya se completan todos los escaneos y posibilidades. Que sí, que es el más vistoso de todos los títulos de PlayStation VR junto a Batman: Arkham VR y es el que más se acercaría a una aventura de acción y puzles tipo The Legend of Zelda o incluso las partes sin tiroteos de Uncharted o Tomb Raider. Pero, una vez más, nos damos de bruces con un precio desajustado que bien tenía que haberse quedado en la mitad para que hablásemos de un pleno imprescindible del dispositivo. El escaneado de especies y elementos, una de las partes del viaje, es la forma que tiene este título de alargar su duración, algo así como coleccionables.

Y, como ocurre en Here They Lie o en la Mansión Croft recorrida con realidad virtual de Rise of the Tomb Raider: 20 Aniversario, la exploración libre marea que da gusto, aquí un poco más si no vamos rápido a Opciones y cambiamos el control a giros de ángulo suaves, pues Robinson: The Journey requiere usar el stick derecho para cambiar dirección y ángulo de avance. Y eso, probados otros productos más certeros al usar esto como Resident Evil 7, me parece un fallo garrafal de manejo que buscara no marear a nadie. Además, queda abierta la posibilidad a que en el futuro se pueda controlar con PS Moves, lo que indica que no todo estaba fírmemente atado y bien decidido en el estudio antes de lanzar.

Y esto es verdaderamente peliagudo en un gameplay muy centrado en la escalada, donde colocas las manos de Robin en los salientes anaranjados que miras, pues el juego se maneja solo con DualShock 4 aunque parezca diseñado para los Moves y veamos un instrumento parecido en forma en la mano derecha del superviviente. Todas las secciones de escalada y enganche funcionan bien, pero se abusa un poco de ellas y llegan a dar pereza en los últimos tramos. Lo mejor a lo que se enfrentará el jugador de Robinson es a los puzles, nunca demasiado exigentes pero que plantean algunas ideas muy bien llevadas con el casco puesto, resueltas de forma creativa aprovechando la nueva tecnología o la IA del pequeño dinosaurio compañero.

Como no podía ser de otra forma viniendo de los que pusieron en marcha Crysis, Ryse: Hijo de Roma o el primer Far Cry, Robinson: The Journey es una delicia visual, dentro de las limitaciones de los juegos de PlayStation VR. El dominio de este estudio de los entornos frondosos y llenos de vida y plantas, con una iluminación más que sugerente y gran cantidad de polígonos y color, es deslumbrante. Tiene algo de popping muy visible, pero nada preocupante. Completamente y bien doblado al español, con buen trabajo sonoro de los rugidos de cada especie, con distancias de dibujado muy dignas para los miradores… Lo cierto es que en aspectos técnicos muy poco hay que tacharle.

68
Jugabilidad: 5
Gráficos: 8
Sonido: 7.25
Satisfacción: 7

Análisis

Si eres de los que no se marean nada y te sobran 60 eurillos, Robinson: The Journey es uno de los juegos más juego de todo el catálogo de lanzamiento de PlayStation VR. Bonito audiovisualmente, bien llevado en ritmo, tan corto como para no hacerse repetitivo y con mecánicas muy de videojuego tradicional. Eso sí, no es apto para todo tipo de públicos, es caro para lo que es y hay que perdonarle algunos desaciertos en manejo cruciales.