“La cultura artística y literaria en Santiago de Cuba. Medio milenio”, organizado por la Fundación Caguayo y la Editorial Oriente, y que voces autorizadas han caracterizado como el proyecto editorial e investigativo más profundo, abarcador e importante realizado en Cuba en los últimos años, sumó un nuevo volumen a su colección, en esta ocasión el correspondiente a la historia de la danza en los cinco siglos de fundada la llamada Capital del Caribe.

“Placeres del cuerpo. La danza en Santiago de Cuba”, es el título del libro que profundiza en una rama artística que ha tenido aquí importantes compañías y figuras, como el maestro Eduardo Rivero Walker, Premio Nacional de Danza 2001, el Conjunto Folclórico de Oriente, la Tumba Francesa, considerada desde 2003 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial, el Grupo 3 de Diciembre, el Ballet Cutumba…

Según Ernesto Triguero Tamayo, autor del volumen, en esta urbe “la danza está muy emparentada a la historia de la cultura popular y tradicional, a la forma de ser del santiaguero, porque los santiagueros y las santiagueras se mueven de forma diferente; existen códigos universales en el arte de la danza pero el aporte de la identidad, el aporte del ser santiaguero, es algo fenomenal y único, traté de reflejar esa psicología a través de la historia de las instituciones, figuras, personalidades, tendencias… de modo que quedara una historia de la cultura, de la localidad, de la danza, pero que reflejara también aspectos generales de esa manifestación en Cuba y los aportes universales de los santiagueros… Santiago es una ciudad que danza, las personas, incluso cuando caminan por la calle, cuando bajan una loma, están danzando, con una gestualidad manifiesta”.

Durante la presentación del libro, en el Salón de los Vitrales, de la Plaza de la Revolución Mayor General Antonio Maceo, Marta Mosquera, Premio Nacional de Diseño y una de las integrantes del equipo editorial de la colección “La cultura artística y literaria en Santiago de Cuba. Medio milenio”, significó que “en la portada del libro se resaltan protagonistas importantes de la danza, entre ellos el Maestro Eduardo Rivero Walker, Jorge Lefebre, María Elena Hechavarría…, se seleccionó el color naranja porque es el más sensual de todos los colores, tiene que ver con el placer”.

El poeta, editor e investigador León Estrada, quien es una de las personalidades convocadas por la Fundación Caguayo y al Editorial Oriente para la colección “La cultura artística y literaria en Santiago de Cuba. Medio milenio” y tuvo a su cargo el volumen “Santiago Literario” (2003), significó que este proyecto para celebrar los 500 años de la urbe, pone a relieve los aportes de las diferentes manifestaciones de la creación, de la llamada Capital del Caribe, a la cultura nacional, “esta es, a mi juicio, la mayor de las importancias de esta serie de libros a la que creo le falta muy poco para su culminación… cuando todos los libros de estirpe enciclopédica estén juntos, nos hallaremos en presencia de un vasto e inhabitual esfuerzo humano editorial, histórico, cultural e informativo que no tiene precedente en Cuba”, detalló.

“La cultura artística y literaria en Santiago de Cuba. Medio milenio” poco a poco va tomando forma pues ya han salido a la luz varios de los volúmenes que inicialmente se habían anunciado, solo faltan dos, la segunda parte de las artes plásticas y el otro dedicado a la música.

Este proyecto, que ya voces autorizadas han regalado innumerables calificativos, está haciendo historia al rescatar el acervo de la urbe, y aunque nos arriesguemos a predecir su trascendencia en el futuro, solo describimos una página de lo que realmente significará pues solo será apreciado por las generaciones posteriores quienes verdaderamente justipreciarán el descomunal esfuerzo de la Fundación Caguayo y de la Editorial oriente que tuvieron la feliz idea de llamar a figuras muy representativas del arte, la historia y de la investigación en Santiago de Cuba, y ellos, han llenado algunos de los muchos huecos en el arduo proceso de recoger la historia del arte local.

Es este un proyecto inconcluso, siempre será así, pero sí es imprescindible y necesario para indagaciones futuras, para los que años después sigan escribiendo la historia.