El gobierno provincial y el nacional lograron coordinar la entrega y destrucción de tres mil armas. Después de los cortocircuitos políticos de los últimos días, el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro agradeció “a la Nación el esfuerzo y el compromiso que pone en la destrucción de armas que tienen que salir de circulación” y que fue el fruto de "trabajar conjuntamente con Nación”.

El funcionario recibió este viernes a la titular de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), ex Registro Nacional de Armas (Renar), Natalia Gambaro, para formalizar la entrega de armas de fuego para ser destruidas. 

Pullaron detalló que la Anmac “colaboró sacando armas en desuso de la Policía de la provincia de Santa Fe”. Por ello remarcó “el compromiso que tiene el gobierno nacional en esto que plantea claramente, que es la lucha contra la violencia”. Las 2950 armas entregadas se encontraban en el Departamento de Logística (D4), de la jefatura de Policía. En el protocolo de rotulación, etiquetación y carga de datos intervinieron la secretaría de Control de Fuerzas de Seguridad y la dirección provincial de Control de Armas, conjuntamente con la dirección provincial de Asuntos Internos, como así también personal técnico de la Anmac.

El procedimiento

“La provincia informa cuáles son las armas que tiene fuera de circulación, en segundo término se cargan en un sistema, y en tercero, el Estado nacional manda etiquetas para precintar cada una de esas armas, en función de un protocolo determinado, para que ninguna pueda ir a los circuitos ilegales. Y, finalmente, con una importante custodia de fuerzas de seguridad de la Nación, esas armas ya partieron rumbo a su destrucción que será en unos días”, describió Pullaro según un comunicado oficial. Por su parte, Gambaro expresó que “este es un primer avance desde el gobierno nacional y provincial para comenzar a reducir la cantidad de armas que se encuentran tanto en depósitos judiciales como en policiales a fin de evitar que queden en lugares con pocas medidas de seguridad, sin control estricto y puedan pasar al mercado ilegal”.

Asimismo, la funcionaria nacional explicó en que consiste el procedimiento y dijo que “primero se incorporan todos los datos relativos al arma como número de serie, titular, lugar de fabricación, etc.; luego se las traslada a un depósito nuestro en la provincia de Buenos Aires y allí esperan hasta el momento en que se llevarán al horno de fundición para ser destruidas”.

Sobre la importancia de la destrucción del armamento, Pullaro dijo que “este trabajo significa que estamos teniendo realmente una política de control de armas, sobre un problema que no había sido agendado en nuestro país durante mucho tiempo, porque lamentablemente las fuerzas de seguridad no tenían una mirada precisa sobre lo que era el control de armas y no existía un control preciso de los arsenales. Esto no es nuevo, pero muchas de estas armas iban a los circuitos ilegales”, dijo.