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Ingenio Festival de Folclore

La vida secreta de Los Clérigos

La cueva ubicada en la zona alta de Ingenio esconde en su interior tesoros de la evolución biológica de la Isla

José de León, durante la conferencia que ofreció en el Festival de Folclore de Ingenio. LP / DLP

Puede que las cucarachas no sean los animales más apreciados por los seres humanos, pero hay unas que tienen entusiasmados a los científicos canarios desde hace un tiempo. Se trata de las que viven enclaustradas en la cueva de Los Clérigos, un tubo volcánico ubicado en la zona alta de Ingenio que atesora en su interior vestigios del pasado más remoto de Gran Canaria junto a algunas especies que, como estos insectos que tanto llaman la atención de los investigadores, han evolucionado adaptándose a las particulares condiciones de este entorno subterráneo.

"Es una formación excepcional con un gran valor para interpretar la historia de la Isla", destaca el arqueólogo José de León, que ofreció hace unos días una conferencia sobre este singular espacio en el marco del Campus de Etnografía vinculado al Festival de Folclore de Ingenio. Creada tras el paso de las coladas de lava líquida durante una de las etapas eruptivas que dieron forma a Gran Canaria, la cueva permaneció aislada del resto del mundo durante más de un millón de años, el tiempo que pasó desde su formación hasta que la ciencia del siglo XXI puso su foco sobre ella.

"Hay que destacar la labor de Luis Felipe López Jurado, el investigador que la descubrió", apunta De León. Lo cierto es que la cueva de Los Clérigos siempre había formado parte de las leyendas orales de la zona, aunque lo que guardaba en las oquedades de su interior estaba envuelto en el misterio: "Existen bastantes leyendas sobre su extensión y naturaleza", apuntaba en su libro de 2007 sobre la toponimia de Ingenio el cronista oficial de la villa, Rafael Sánchez. Las recientes expediciones realizadas por López Jurado sustrajeron buena parte del halo secreto de esta caverna, pero a cambio aportaron la certeza que otorgan las investigaciones científicas.

Especies extintas y únicas

La cueva está dividida en dos partes. La de más fácil acceso se encuentra en el exterior y fue usada por los humanos durante algún tiempo para albergar animales. Aquí se hallaron restos óseos animales que pertenecían a la extinta rata gigante de Gran Canaria (Canariomys tamarani), una especie de roedor que podía alcanzar los 25 centímetros de longitud y que también ha sido investigada por López Jurado.

Al fondo, hacia la derecha, se encuentra la segunda parte, el tubo volcánico, tapado durante mucho tiempo por los materiales procedentes de las escorrentías. En sus profundidades, escondidas del resto del mundo, tienen su hábitat las enigmáticas cucarachas que tanto llaman la atención de los investigadores, evolucionadas hasta perder los órganos visuales y similares a otras cuya presencia ha sido certificada en otra cueva localizada al oeste de la Isla, en La Aldea de San Nicolás. "En su interior se desarrolló una fauna única, porque evolucionó de forma aislada al encontrarse confinada en este espacio", destaca De León.

Como es habitual en las ciencias naturales, los primeros hallazgos se convirtieron en la base necesaria para formular nuevas preguntas que todavía están pendientes de resolución. ¿Cuál es la extensión real del tubo volcánico? ¿Está conectado con otros? ¿Qué más especies evolucionaron en su interior, y en qué condiciones lo hicieron? Para responderlas sería necesario "excavar un paquete sedimentario por parte de arqueólogos, sin descartar tampoco que pudieran aparecer restos aborígenes", avanza el arqueólogo.

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