El Rafa Nadal que ha hecho cosas increíbles en una pista de tenis. Ese jugador capaz de afrontar la adversidad como un elemento natural, de agarrarse a la tierra batida como si le fuera la vida para explotar ese sexto sentido que exige al rival una pelota más, que le conduce al fallo irremediablemente.
Con la recobrada fortaleza mental, afianzada con los novenos títulos de Montecarlo y el Godó, Nadal ha vuelto a protagonizar una exhibición de cómo no dar nada por perdido. Ni siquiera un set con 1-4 abajo y pelota en contra de 1-5.
Remontada espectacular en la manga inicial y triunfo incontestable frente a Sam Querrey, 6-4 y 6-2 (1h.09’), para meterse en los cuartos del Mutua Madrid Open, torneo en el que persigue ser campeón por quinta vez, primera desde 2014, habiendo cedido en la final de 2015.
Empezó el partido estrella de la sesión nocturna del jueves en la Caja Mágica con un festival del estadounidense, 28 años y 37 del mundo. Sumó 8 ‘aces’, metió derechas a placer superando una y otra vez a Nadal.
Pero con 1-4 y bola de 1-5 con saque Rafa, “llegó el milagro”, como subrayó Toni Nadal a los micrófonos de Teledeporte. Salvó esa amenaza de ‘break’ Nadal, y todo cambió de repente. El balear corriendo en cada punto para devolverlo todo hasta pillar a un adversario que empezó a errar todo lo que metía antes. “Hemos tenido suerte, el otro ha empezado a fallar de repente”, subrayó el siempre cáustico Toni.
Del KO inicial a poner el choque de su parte. Siete juegos seguidos de Rafa, para 6-4 y 2-0. Partido dominado, exhibiendo su mejor tenista ante un apenado Querrey, que aun tuvo un suspiro de reacción (2-2), pero puro espejismo porque Nadal había metido la directa y no soltó a la presa.
El viernes, no antes de las 16.00 horas, duelo de cuartos contra el portugués Joao Sousa , que superó al otro estadounidense en octavos, Jack Sock, por 6-1, 6-7 (3) y 6-2.