Bazoer, el pívote que sigue el Barça, decidió el clásico holandés

Máxima tensión y emoción en el 'Klassieker' holandés. Tensión porque la afición ajacied recibió a su exportero Vermeer, ahora en las filas del eterno rival, con un muñeco ahorcado, y emoción porque la hubo hasta el pitido final por lo incierto de un marcador que comenzó de cara para los visitantes.

Se adelantó el Feyenoord con tanto de Toornstra en el 13’ en una jugada iniciada por el veterano Kuyt pese al hasta entonces inicio dominador de los de Frank de Boer. Pero pese a ese contratiempo inicial, el Ajax supo dar la vuelta al marcador a base de golazos. 

El primero (21') lo marcó el extremo alemán de origen libanés Amin Younes, que el Ajax rescató de la Bundesliga 2, donde jugaba en el Kaiserslaurtern cedido por el Borussia Moenchengladbach.  Un gol digno de vídeojuego en el que, tras abordar el área desde el flanco izquierdo, regateó a varios contrarios y ajustó al palo contrario con un toque enroscado de mucha calidad. 

Y si el primero del Ajax fue bueno, el segundo resultó superior. Lo consiguió el pívote seguido por el Barça y que sueña con jugar en el Camp Nou, Riechedly Bazoer. Corría la segunda mitad y el Ajax intentaba deshacer el empate a base de combinación cuando el antillano-holandés de 19 años se sacó un impresionante disparo desde 30 metros que se fue envenenando endiabladamente para acabar incrustándose casi en la escuadra izquierda de Vermeer.

Un Vermeer para el que la tarde pudo acabar con un cuadro mucho peor. Y es que tres minutos después del gol de Bazoer en el 65', el guardameta cometió un claro penalty sobre Davy Klaassen que Nemanja Gudelj lanzó a las nubes.

Mucha intensidad hasta el final, pero el marcador ya no se movió hasta el final, permitiendo al Ajax encaramarse al liderato provisional de la Eredivisie por unas horas, puesto que el PSV de Cocu ganó después al Utrecht (0-2) y se puso otra vez al frente con un punto de ventaja sobre los de Amsterdam