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ingeniería

Las medusas nadan chupando el agua

Un experimento preparado por ingenieros y biólogos permite descartar que estos animales acuáticos empujen hacia atrás el agua para propulsarse

Foto: reuters_live | Vídeo: reuters live
J. M. A.

No tienen cerebro y han sobrevivido los envites de la evolución millones de años. Habitan por igual las aguas heladas y las tropicales. Algunas especies se aventuran, incluso, en las dulces. Un único orificio les vale para comer, excretar y reproducirse. La sencillez de las medusas, su elegancia para moverse en el agua, ha cautivado a la Escuela de Ingeniería de Stanford, que ha determinado que para nadar estos animales cnidarios succionan con delicadeza el agua que tienen por delante en lugar de empujar la que tienen por detrás. La investigación, publicada en la revista Nature Communications, también analiza la técnica natatoria de otro animal sencillo, la lamprea.

Los ingenieros y biólogos del equipo, expertos en biomímesis, buscan modelos naturales en los que inspirar sus modelos de barcos o submarinos más acuadinámicos. El líder del proyecto, el profesor de ingeniería civil y medioambiental de Stanford John Dabiri, sospechaba que él y sus colegas habían malinterpretado el mecanismo de transporte de las medusas y daban por supuesto —y erróneamente— que era por impulsión.

Para simular el movimiento de las moléculas de agua, el investigador llenó un pequeño acuario de millones de cuentas de cristal

Dabiri echó mano de las ecuaciones del movimiento de fluidos que Euler creó nada menos que en 1755, llenó un pequeño acuario de millones de cuentas de cristal para simular las moléculas de agua, colocó dos láseres y una cámara de alta velocidad, y sumergió en varias sesiones a medusas y lampreas. La cámara fotografió los millones de cuentas en movimiento y consiguió presentar así las turbulencias del agua para desenmascarar cómo se desplaza el líquido alrededor del animal y, en consecuencia, su mecanismo de propulsión.

Uno de los biólogos del equipo de investigación, John Costello, considera que el hallazgo permite conocer cómo la evolución ha optimizado la relación entre distancia y esfuerzo en los animales subacuáticos. "Los animales que se mueven en un fluido se sirven de estructuras flexibles más que rígidas y de propulsión", ha señalado, a diferencia de lo que se creía hasta la fecha.

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Sobre la firma

J. M. A.
Es redactor de la sección de España de EL PAÍS. Antes formó parte del Equipo de Datos y de la sección de Ciencia y Tecnología. Estudió periodismo en las universidades de Sevilla y Roskilde (Dinamarca), periodismo científico en el CSIC y humanidades en la Universidad Lumière Lyon-2 (Francia).

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