“Crear en Canarias es creer en Canarias”. Ese es el lema de Armando Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1982) un joven director de cine que reclama la creación “desde el Archipiélago y para el mundo”. Por lo tanto, no es chovinismo, no es autarquía creativa, no es cerramiento, es todo lo contrario: expandir las ideas que se fraguan desde este pequeño lugar del mundo para dar una imagen de lo que somos y de lo que fuimos. Al igual que Akira Kurosawa, cuando contaba historias transcurridas en Japón, que luego inspiraron al universal Quentin Tarantino entre otros o de la misma forma que Martin Scorsese hablaba de los italoamericanos que vivían en Brooklyn, porque él era uno de ellos y porque era lo que había vivido. Ravelo habla de Canarias, de historias que ocurren en este lado del globo, porque es lo que ha visto. “Para entenderse a uno mismo, debemos entendernos como pueblo”, asevera Armando Ravelo.
Su proyecto matriz es Bentejuí, que se basa en tres vertientes: el proyecto Drago, que pretende llevar la historia del líder indígena a centros educativos, el proyecto del cortometraje “Ansite”, que se estrenó el pasado 30 de mayo de 2012 y la realización del largometraje, cuyo primer paso es el rodaje de “Las voces del viento” sobre la historia de la conquista de Lanzarote y Fuerteventura. El cortometraje “Ansite” ha sido visto por más de 10.000 espectadores en salas de Las Palmas de Gran Canaria, Gáldar, La Laguna, Arrecife, Puerto del Rosario, Valencia, Madrid, Agadir y París, además de conseguir varios premios en festivales de cine en ciudades tan dispares como Agadir o París. Armando Ravelo destaca el calado en la gente como su mayor logro. Desde que se presentó el proyecto, las redes sociales ardían en expectación de ver la historia de Bentejuí en las pantallas. El teaser tuvo éxito, pero ya “Ansite” sirvió como un efecto llamada masivo a los telespectadores. Ravelo nos cuenta que muchas personas se acercaban a él para darle las gracias por la emoción que habían vivido con una historia propia, un pasaje que muchos no sabían que había sucedido aquí. Ese es el premio del que presume el cineasta teldense, ya que señala que los premios internacionales en festivales le valen poco más que para salir en prensa canaria, algo que igual no conseguiría sin esos reconocimientos foráneos.
Armando Ravelo anuncia que en enero espera por fin empezar a rodar “Las voces del viento”, que cuenta la conquista de Lanzarote y Fuerteventura. El retraso se debe a la tardanza en llegar la financiación pública. Contará la historia como él quiere: desde su forma de ver el cine, con su prisma de la historia y hablando los indígenas en tamazight y los normandos en francés antiguo. Si lo pudo hacer Mel Gibson en “Apocalypto”, Ravelo lo podrá hacer en “Las voces del viento”. Y en “Bentejuí”, el largometraje, que el director está convencido que va a poder llevar a cabo. “Si no me muero o pasa algo extraño, lo veremos en un metraje de 90 o 100 minutos”, asegura Ravelo. Cuando presentó el corto “Ansite” nos contó en Radio Guiniguada que le habían ofrecido mucho dinero para llevar la idea a la gran pantalla, pero en inglés, quizá con otro equipo técnico y con actores internacionales, pero rechazó ya que hubiera desvirtuado la idea inicial con la que el proyecto fue parido.
Armando se muestra crítico con el poco apoyo a la producción audiovisual en las islas. Para empezar propone el término “inversión” en vez de “subvención” para llamar a las ayudas públicas a la cultura. Por un lado critica que muchos proyectos han sido subvencionados y luego no han visto la luz o la han visto con una importante merma de calidad. Por otro lado, hay muchos creadores con talento que requieren de ese apoyo pero no se les ha prestado. El futuro según Ravelo es “esperanzador”, pero falta una implicación institucional que pueda vehicular esa cantera de cineastas, algo que sí ocurre en lugares como Catalunya o el País Vasco. “Invertir en cultura es invertir en futuro, aunque parezca una obviedad”, señala el director. En cuanto a las producciones foráneas que vienen a grabar a las islas aprovechándose de las condiciones fiscales, considera que este tipo de producciones dejarán de venir porque conseguirán mejores condiciones en otros lugares. Apuesta por crear cine desde aquí y no seguir empeñados en la “industria cultural”, porque la producción propia es la mejor apuesta de futuro. Si no es así, el realizador canario cree que se acabarán marchando los buenos creadores que hay en Canarias.
La producción de este joven cineasta canario no se para en este titánico proyecto. Este verano ha rodado “The sweet girl”, una historia apocalíptica que transcurre en Gran Canaria en el año 2044. “Si el apocalipsis llega también llegará a Canarias, no solo a Estados Unidos”, comenta entre risas. En un mundo que llega a su fin, una joven (Paula García) intenta sobrevivir a los violentos clanes que luchan por el poder. También ha rodado un pequeño vídeo en que se pronuncia en contra de las prospecciones petrolíferas, que posiblemente no será el único que veamos sobre este tema de Armando Ravelo. Ravelo rechaza de plano los sondeos petrolíferos en Canarias, “sea aquí o en cualquier otro sitio”.
Concluye la entrevista haciendo un llamamiento a la unidad en la lucha contras las prospecciones: “Doramas rechazaba la jerarquía de los antiguos canarios, pero acabó uniéndose para luchar contra el invasor. Nosotros tenemos que pensar lo mismo, con nuestras diferencias sentarnos con unos y con otros y parar ésto que nos compete a todos. Unirnos todos al futuro”. Armando Ravelo cree en Canarias y va a poner su granito de arena para que no la destruyan. Al igual que en la producción audiovisual. Demostró a todos que la historia antigua de Canarias puede llegar a la gente, a pesar de que algunos lo acusaron de romántico y otros de impostor, esos que se creen que los personajes de un país son de su propiedad. Armando Ravelo, con apenas 32 años, ha demostrado que lo que tiene de grande en lo que a estatura se refiere, lo tiene de enorme director, de gran creador y por supuesto, de noble y buena persona que esos también son valores esenciales en la vida. Ravelo está abriendo el camino, quién sabe si está construyendo una vereda para que el cine canario sea valorado y se empiecen a contar historias de aquí, desde la historia antigua, a nuestros días o incluso hacer guiños al futurismo. Talento, ganas, ilusión y tesón son valores que le sobran.