Viendo las últimas noticias relacionadas con Windows Phone, como la presentación de Windows Phone 8.1, la comercialización de nuevos equipos como el Lumia 530, el Lumia 630, el Lumia 930 o el más reciente de todos, el HTC One M8 for Windows el cual cuenta con una mejor autonomía que su primo en Android, muchos dirían (yo incluido) que Windows Phone está en un estado de forma envidiable y está mejor que nunca.
Windows Phone 8.1 fue la gran actualización que todos esperamos, y que tenía que haber llegado antes.
Sin embargo, esto no deja de ser insuficiente. El sistema operativo móvil de Microsoft puede y debe mejorar mucho más. No me malinterpreten: Windows Phone ha avanzado muchísimo y es una plataforma muy madura, especialmente con su última actualización en la que, además de incluir cosas necesarias como Cortana o el Notification Center, también han añadido algunas cosas que tenían que haber llegado mucho antes, como el bloqueo de rotación de pantalla, o los volúmenes de llamadas y multimedia separados entre sí. Pero no me refiero a esta clase de mejoras, ya que estas características podrán ser solucionados en distintas actualizaciones.
Me refiero a dos ámbitos críticos para un sistema operativo si quiere sobrevivir a largo plazo: catálogo de aplicaciones y fabricantes. Estos dos factores son imprescindibles para que un sistema operativo, por muy innovador que sea (véase webOS, pueda sobrevivir en este ambiente hostil. Obviamente y, como he repetido anteriormente en este artículo, esta situación ha mejorado muchísimo en los últimos años, pero a Windows Phone no solo le interesa mejorar con respecto a su yo pasado, sino también con respecto a iOS y Android, sus dos principales competidores y los que mantienen un duopolio de usuarios en la mayor parte del mundo.
Comencemos primero hablando del catálogo de aplicaciones. Windows Phone cuenta con una enorme cantidad de apps provenientes de desarrolladores independientes, y esto es una muestra del amor incondicional que profesan algunos desarrolladores por Windows Phone, pero la mayoría de las grandes compañías tienen a esta plataforma como una de segunda fila, y muchas no tienen una aplicación oficial. Feedly no cuenta con app oficial, Clash of Clans no existe en Windows Phone, Dropbox o Snapchat no estarían sino fuera por clientes independientes, Flipboard fue prometido y aún no ha llegado... Y estas son sólo algunas aplicaciones.
Microsoft debe mejorar el status de Windows Phone, y hacerlo ver como una alternativa real.
¿Por qué comento esto, sabiendo que si hay alternativas? Porque la cuestión no es que haya alternativas o no, la cuestión es que las compañías siguen viendo a Windows Phone como un objetivo secundario, una meta opcional, y concentran sus esfuerzos en iOS y Android. Este status es el que debe solucionar Microsoft para su pequeñín, antes de que este problema llegue a más. Al igual que en otras plataformas, muchos usuarios de Windows Phone no saben que existen estas alternativas a no ser que busquen un poco en la web (y muchos no lo hacen), por lo que preferirán siempre algo que les sea más conocido y que cuenten con apps que les sean más familiares.
El segundo problema que Microsoft debe atajar son los fabricantes, concretamente la falta de los mismos. Recientemente vimos que Windows Phone contaba con una tasa de market share del 2.5%. Comparado con el casi 85% en Android o el 12% en iOS, es un gran varapalo para los fans de este sistema operativo. Evidentemente, estas cifras van a mejorar de cara al tercer cuatrimestre del año, con la venta de dispositivos que han llegado recientemente al mercado, como el Lumia 530, el Lumia 630 o el Lumia 930. Sin embargo, el verdadero problema es precisamente el que acabo de mencionar sutilmente hace un momento, junto con la siguiente imagen.
De los dispositivos que tienen Windows Phone 8.1, ¿hay alguno que no sea un Lumia, aparte del One M8 for Windows? Obviamente, no me refiero a fabricantes más humildes como Micromax, sino a grandes fabricantes como LG, Samsung o Sony. A pesar de los múltiples rumores, aún no se ha hecho oficial ningún dispositivo de estas compañías con WP8.1, compañías que además son muy reconocidas en el panorama internacional y que ayudarían a darle un empujón a las ventas. Por desgracia, Nokia sigue manteniendo su monopolio en el mercado de Windows Phone con mano de hierro como podemos ver en la imagen inferior. No digo esto de Nokia porque no me guste, más bien al contrario, pero este es mi caso en concreto. No a todo el mundo le ha de gustar Nokia, y en la variedad está el gusto.
Quizá haya más problemas de los que he mencionado anteriormente, o quizá usted pueda ver estos problemas como un poco exagerados y no demasiado preocupantes. Pero lo que está claro es que Windows Phone está tercera actualmente en el panorama internacional y si quiere cambiar eso y llegar al segundo puesto, algo debe mejorar. Además, hemos de tener en cuenta que, mientras Windows Phone mejora, sus competidores también lo hacen, por lo que Microsoft deberá trabajar el doble para ponerse a la altura de sus rivales.