En Florida, Uruguay, nació el ídolo de la afición barranquillera que hoy viste los colores de un equipo al que le tiene gran cariño y amor. Sebastián cuenta con sueños, le sobran deseos, ganas y fuerzas para seguir mejorando y seguir aumentando su nivel en este, y en los demás años que el fútbol le siga brindando; porque él lo ha demostrado en cada entrenamiento y en cada partido que le ha tocado defender al equipo en los tres años que ha estado.
La afición lo ha arropado con un cariño eterno retribuyéndole el excelente trabajo que ha tenido desde que se puso la número uno, con las alas a los lados de su espalda, coreando el infaltable "ole ole ole Viera, Viera" y el "uruguayo, uruguayo; uruguayo uruguayo" antes de que el juez central pite el inicio de cada partido que se juega en el metropolitano, y en los demás estadios del pais a los que asiste la banda del tiburón. El sentimiento es tan recíproco como profundo, por eso afirma que "esas son las cosas que lo reconfortan a uno, que lo hacen sentir querido y lo motivan a seguir adelante. Para mí el Junior es un amor, es mi segunda novia. Las cosas que pasan en Junior las llevo a mi casa, tanto las alegrías como las tristezas. Las 24 horas estoy pensando en el Junior; le he cogido mucho cariño a este equipo y a esta ciudad", sotiene con la misma seguridad con la que sale al terreno de juego.
Cuando arribó a la arenosa a finales del 2010, Junior lo contrató por un año; ya lleva tres y le esperan otros tres más. De realizarse esto, llegaría a hacer historia en el equipo, cosa que lo motiva y lo llena de felicidad. "Cuando llegue al sexto año, espero mantenerme en el mismo nivel, intentando superar lo que he hecho e intentando ganar muchos más títulos. Significaría mucho para mí quedar en la historia de este lindo club". Recordando que ya ganó un título con Junior en el 2011 en la segunda temporada que llevaba jugando; siendo una de las principales figuras, especialmente en el cuadrangular final y sobre todo en la tanda de penales, tanto contra Millonarios al atajarle desde los doce pasos a Ciciliano en Baranquilla, como a Pajoy en la final frente al Once Caldas en Manizales. Llegando a salir campeón cuando el último cobro dio en el poste izquierdo de él, y toda la familia juniorista se alegraba con una estrella más en el escudo; alegría que tendrá siempre en su recuerdo.
"Me gustaría retirarme en Junior" suelta Seba sin ningún titubeo, afirmando que en Barranquilla se siente familiarizado y en casa. Se siente feliz y promete dar lo mejor como siempre lo ha demostrado bajo los tres postes. Así mismo lo espera la hinchada que no duda que es de los mejores arqueros que ha tenido últimamente la liga colombiana de fútbol, y que lo seguirá teniendo en su equipo hasta por lo menos el 2016. Por esto y mucho más, "capitán, capitán, muchas gracias capitán".