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Mundo

Egipto tiene un gobierno interino bajo vigilancia militar

Por CNN en Español

Por Ben Wedeman, Jethro Mullen y Chelsea J. Carter

EL CAIRO, Egipto (CNN) — Los egipcios se despertaron este jueves con un nuevo e incierto orden político, un día después de que los militares depusieron y presuntamente tengan en arresto domiciliario al primer presidente elegido democráticamente, lugar que por el momento ha sido tomado por el presidente del tribunal superior de justicia y la Constitución fue suspendida.

El golpe de Estado que derrocó a Mohamed Morsi este miércoles provocó la salida a las calles de Egipto de cientos de miles de personas para festejar, así como para atacar la decisión de los generales de entrar en una batalla política del país por segunda ocasión en poco más de dos años.

Esta situación dejó una serie de preguntas importantes sin respuesta. ¿Qué va a pasar con Morsi, que insiste en que sigue siendo el líder legítimo del país, y qué pasara con sus partidarios? ¿Los brotes esporádicos de violencia que presuntamente mataron al menos a 32 personas este miércoles aumentarán las propuestas? ¿Y permanecerá la espera por construir una democracia multipartidista?

"No creo que la hoja de ruta del Ejército en realidad vaya a pasar sin problemas", dijo Hani Sabra, director de una rama del Medio Oriente del Grupo Eurasia, una consultoría estadounidense de investigación sobre el riesgo político.

"Creo que hay una gran cantidad de retos a los que se enfrenta", dijo Sabra, teniendo en cuenta la amenaza de más violencia, las posibles divisiones dentro de la coalición anti-Morsi y los problemas económicos de Egipto.

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El jueves por la mañana, la plaza Tahrir en El Cairo se encontraba en calma. Las multitudes salieron la noche anterior para celebrar con altavoces, vítores, fuegos artificiales.

La juramentación

Morsi, un hombre educado en el occidente islámico elegido como presidente hace un año, "no alcanzó los objetivos de la gente" y falló en satisfacer las demandas de los generales que comparten el poder con la oposición, dijo el máximo oficial militar de Egipto, el general Abdel-Fatah El- Sisi, en un discurso transmitido en televisión este miércoles.

Adly Mansour, jefe del Tribunal Supremo de Justicia del país, reemplazará Morsi como presidente interino de Egipto, dijo El-Sisi.

Mansour se convirtió en jefe de la corte solo dos días antes, tras un decreto de Morsi el mes pasado. El ministro fue juramentado como presidente interino en El Cairo este jueves.

Durante la ceremonia de juramentación, Mansour dijo que los egipcios le han dado autoridad "para modificar y corregir" la revolución que en 2011 derrocó al expresidente Hosni Mubarak.

Las nuevas elecciones parlamentarias se celebrarán en una fecha aún sin especificar y en tanto, Mansour tendrá la facultad de emitir declaraciones constitucionales, dijo el líder militar El-Sisi.

Los militares, hasta el momento, no han comentado públicamente sobre el paradero de Morsi. Pero el portavoz de los Hermanos Musulmanes, Gehad El-Haddad, dijo a CNN que el presidente depuesto se encontraba bajo "arresto domiciliario" en la sede de la Guardia Republicana presidencial en El Cairo.

La agencia estatal de Medio Oriente dijo que los dos máximos dirigentes del partido político de los Hermanos Musulmanes tambié fueron detenidos, y un reporte del periódico Al-Ahram dijo que otros 300 estaban siendo buscados por la policía.

El ejército egipcio ha dominado el país durante seis décadas y tomó directamente el poder durante un año y medio después de la destitución del expresidente Hosni Mubarak en 2011 en medio de protestas callejeras generalizadas.

Grupos de manifestantes salieron a protestar contra Morsi esta semana, los opositores acusaron al presidente depuesto de autoritario e imponer una agenda conservadora, los militares le dieron este lunes 48 horas para ordenar reformas.

Los índices de aprobación de Morsi se desplomaron después de su elección en junio de 2012 cuando su gobierno no logró mantener el orden o reactivar la economía de Egipto.

A medida que la fecha límite se acercaba este miércoles, se ofreció a formar un gobierno de coalición interino que supervisaría las elecciones parlamentarias y revisaría la Constitución promulgada en enero. Pero eso no satisfizo a los generales.

Respuestas contradictorias

La decisión del Ejército contra Morsi y los Hermanos Musulmanes, el movimiento político que lo catapultó al poder, provocó reacciones tremendamente conflictivas.

En la plaza Tahrir, ahora el epicentro de dos levantamientos egipcios, una vasta reunión de los opositores de Morsi estallaron en júbilo y fuegos artificiales cuando El-Sisi hizo su anuncio.

"La multitud se acercó a las barricadas y empezaron a golpear utilizando piedras, palos y las manos”, dijo Sultan Zaki Al-Saud en CNN iReport. "Sonó como un trueno cuando las barricadas sonaban huecas con cada golpe".

Durante su tiempo en el cargo, Morsi se enfrentó contra el sistema judicial de Egipto, los medios de comunicación, la policía e incluso algunos artistas.

Los egipcios también se sienten frustrados con el crimen rampante y la difícil situación económica que no ha mostrado mejoría desde que Mubarak renunció. El desempleo sigue siendo alto, los precios de los alimentos están subiendo y hay frecuentes cortes de electricidad en los centros de abastecimiento de combustible.

Mohamed ElBaradei, exjefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica y un dirigente de la oposición, dijo que los planes anunciados este miércoles por los militares eran "una corrección para el camino de la revolución" que sacó a Mubarak fuera del poder.

Pero Abdoul Mawgoud Dardery, exdiputado aliado con Morsi, criticó la decisión de los militares al tomar el asunto en sus propias manos. "No sé cómo alguien con sentido común puede apoyar un golpe militar en una democracia", dijo. Los egipcios "nunca reconocerán a un golpe de estado", afirmó.

Esta preocupación fue compartida por los observadores externos.

"Las protestas populares son el signo de una democracia sólida. Pero el cambio de un gobierno elegido debe ser en las urnas, no a través de la violencia colectiva", dijo Ed Husain, investigador principal de los estudios de Medio Oriente  en el Consejo de Relaciones Exteriores.

Al otro lado del río Nilo desde la Plaza Tahrir, los partidarios de Morsi corearon "abajo el régimen militar" y "la plaza tiene un millón de mártires".

Uno de los manifestantes pro-Morsi en El Cairo dijo que los manifestantes se quedarían ahí "hasta que Mohamed Morsi fuera presidente de Egipto de nuevo". "No somos violentos, pero al final del día queremos un cambio pacífico en el poder", dijo El-Haddad, el vocero de los Hermanos Musulmanes a Anderson Cooper, de CNN. "Pero si la democracia se destruye de vez en cuando en ese tiempo, ¿con qué otras opciones dejas a la gente?

"El mundo está mirando"

Morsi se mantuvo desafiante.

"El mundo nos está mirando hoy", dijo en una declaración grabada entregada a la red satelital árabe Al Jazeera. "Nosotros solos podemos pasar evitar los obstáculos. Nosotros, los hijos de Egipto, los hijos de este país. Esta es la voluntad del pueblo y no puede ser cancelada".

Poco después de la declaración de Morsi, Al Jazeera informó que sus estudios en El Cairo fueron allanadas durante una transmisión en vivo este miércoles, y sus presentadores, invitados y productores detenidos.

Los Hermanos Musulmanes dijeron que sus oficinas de difusión fueron cerradas.

El-Haddad dijo a CNN que supo de cientos de nombres puestos en una "lista de detención", pero no pudo confirmar ninguna detención más allá del jefe del Partido de los Hermanos Musulmanes, Saad el-Katatni y su adjunto, Rashad Al-Bayoumi.

A pesar de los aparentes movimientos contra el grupo político, los militares sugirieron este jueves que proporcionarían protección a los miembros del movimiento. El ejército dijo que no permitiría cualquier ataque o intimidación contra las personas que pertenecen al grupo islámico, informó la cadena de televisión estatal Nile TV.

Morsi dijo que estaba abierto a las negociaciones y el diálogo, y llamó a sus partidarios a manifestarse pacíficamente. Sin embargo, 32 personas murieron y cientos más resultaron heridos en los enfrentamientos en Egipto este miércoles, dijeron funcionarios de Salud a Nile TV.

La violencia esporádica que en cierto momento enfrentó a los partidarios de Morsi contra la oposición y los militares, ha aumentando los temores sobre una inestabilidad social.

Las preocupaciones de una reacción

Algunos observadores advirtieron sobre el riesgo de una reacción extremista como en el pasado.

"La principal lección para los islamistas en el Medio Oriente sobre este episodio es que aprenden que no se les permitirá ejercer el poder sin importar cuántos compromisos hagan tanto en el ámbito de las políticas nacionales y extranjeras", dijo Mohammed Ayoob, profesor emérito de relaciones internacionales de la Universidad de Michigan.

"Es probable que empuje una porción sustancial de los islamistas dominantes en los brazos de los extremistas que rechazan la democracia y el compromiso ideológico", según Ayoob en un artículo de opinión escrito para CNN.com.

El gobierno de Estados Unidos, por su parte, adoptó una postura cautelosa sobre la situación en Egipto.

El presidente Barack Obama dijo que su país está "profundamente preocupado" por la deposición de Morsi y la suspensión de la Constitución, y cambió su discurso al dejar de referirse a esta acción militar como un "golpe de Estado".

Tampoco pidió a los militares a restaurar el poder "al gobierno civil democráticamente elegido", sino a "un gobierno civil democráticamente elegido". En otras palabras, no necesariamente a la gestión de Morsi.

Washington ha suministrado a la milicia de Egipto con decenas de miles de millones de dólares durante más de 30 años, y bajo la ley de EU, el apoyo podría ser cortado después de un golpe de Estado.

Obama dijo que ordenó a "los departamentos y a los organismos pertinentes" estudiar lo que significaría la ley de ayuda estadounidense.

El gobierno alemán fue más enfático en su declaración sobre esta situación.

"Este es un revés para la democracia en Egipto", dijo el canciller Guido Westerwelle. "Es urgente para Egipto regresar al orden constitucional lo más pronto posible".

Lo que ocurra en un futuro próximo aún es incierto.

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Ben Wedeman reportó desde El Cairo; Jethro Mullen escribió desde Hong Kong y Chelsea J. Carter desde Atlanta. Reza Sayah, Becky Anderson, Mohammed Tawfeeq, Hamdi Alkhshali, Ivan Watson, Jill Dougherty, Dan Lothian, Amir Ahmed, Ali Younes, Schams Elwazer, Elise Labott, Ian Lee, Housam Ahmed y Salma Abdelaziz contribuyeron con este reporte.