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Los "indignados" brasileños mantienen el pulso con las autoridades

Por CNN en Español

SAO PAULO, Brasil (CNN) — Después de los llamados a gritos por justicia por las calles de Brasil, los manifestantes pidieron un "tiempo fuera" este miércoles tras las fuertes demostraciones de descontento por varias ciudades un día anterior.

A pesar de la pausa, el gobierno anunció este miércoles que desplegará un equipo de élite con policías y bomberos, durante las marchas posteriores.

Originalmente las multitudes se manifestaron por el alza a las tarifas de los autobuses y han denunciado la injusticia social a través de las amplias avenidas de las ciudades. Las protestas han tenido algún tipo de efecto.

Seis estados han aprobado leyes para reducir el precio del transporte público desde que comenzaron las protestas; otros políticos cedieron ante la presión pública de este martes, y se comprometieron a analizar una posible reducción de tarifas.

Las marchas callejeras comenzaron la semana pasada por un aumento en el precio del transporte público de 3 a 3,20 reales en varias ciudades. Sin embargo, reducir el costo tendría consecuenias, dijo el alcalde de Sao Paulo después de una reunión con los representantes de Tarifas Libres. "Esto significa menos inversión en otras áreas", dijo Fernando Haddad.

El cuidado de la salud y la educación en la ciudad podrían verse afectados.

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Los manifestantes no están satisfechos

Las personas no quedaron conformes con esa declaración. "El dinero está ahí", dijo este martes Marina Ramos, la portavoz de Tarifas Libres. Se trata de cómo se gasta, y esa es la razón de las manifestaciones masivas, agregó

Los manifestantes aseguran que los más pobres son los más afectados, mientras el gobierno gasta el dinero recaudado en grandes proyectos de nuevos estadios y en la infraestructura deslumbrante para el Mundial de futbol Brasil 2014 y para los próximos Juegos Olímpicos en 2016.

La inversión del país en esos proyectos incluye dinero para la salud y el transporte público, aseguró el viceministro de Deportes, Luis Fernandes. "No hay absolutamente nada contradictorio entre la organización de una Copa del Mundo y la inversión en salud y educación", dijo.

Pero esas garantías no han sido suficientes para los manifestantes, quienes retomarán las movilizaciones este jueves. Decenas de miles de personas han confirmado vía internet que saldrán a las calles en contra de los altos impuestos y los costos de vida, para una mejor atención de la salud y una mejor educación.

Más grande, más festivo

La pausa de este miércoles no es algo inusual, ya que la misma decisión se repitió el sábado y el domingo pasado; pero si contrasta con las manifestaciones del día anterior por varias ciudades brasileñas.

En un principio las multitudes se quejaban del nuevo costo en el transporte público, pero a estas denuncias se sumaron las de injusticia social, a las que se sumaron miles de manifestantes. Al menos unas 200,000 personas participaron, de acuerdo con el organizador del Movimiento de Tarifa Libre.

Las protestas se producen en medio del torneo de futbol de la Copa Confederaciones, una serie amistosa de partidos, en los que el país anfitrión del Mundial, Brasil, juega en contra de un pequeño grupo de equipos nacionales de todo el mundo. La copa sirve como un precursor de la Copa del Mundo.

La Fuerza Nacional, que se compone de bomberos y policíaas especialmente entrenados, reforzará la seguridad en los estados que albergan los juegos que continúan este miércoles, dijo el Ministerio de Justicia.

El gobierno ha insistido en que la misión de la fuerza es la de mediar y no reprimir.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo este a los manifestantes pacíficos que sí atiende sus peticiones. Los elogió como participantes activos en la democracia y dijo que su gobierno está comprometido con la "transformación social".

La policía retiró a la mayoría de sus elementos y el ambiente festivo y ruidoso se ha incrementado, con una multitud cantando y tocando tambores.

"En realidad me recordó al Carnaval de Río", dijo el manifestante Fernando Jones. "A lo largo de la avenida, las personas que apoyan la causa apagan y encienden sus luces dentro y fuera de sus oficinas, y gritan en apoyo desde sus ventanas".

Camino de escombros

Pero ocultas en las multitudes pacíficas se encuentran las bandas de alborotadores, que derribaron puertas, rompieron ventanas, saquearon tiendas, volcaron automóviles y les prendieron fuego.

Ese grupo dejó un rastro de escombros por las vías de protesta.

Amandeep Gill descubrió este escenario tras las manifestaciones de la madrugada de este martes. El estadounidense que vive y trabaja en Río de Janeiro, grabó un video de las fachadas de las tiendas destrozadas cuando llegaba a su lugar de trabajo y lo envió a CNN iReport.

El humo se elevaba de las tiendas saqueadas. Al otro lado de la calle, una fila de cajeros automáticos estaba vaciada y destrozados. Sus colegas vieron desde la ventana de la oficina cómo le prendían fuego a un coche, le dijeron.

"Ellos fueron testigos de un coche incendiado en frente de nuestro edificio", contó Gill. "Me dijeron que estaban preocupados de que también prendieran fuego al edificio".

Mientras que se le ha pedido a la policía mantenerse alejada de los manifestantes pacíficos, Dilma ha condenado los "actos de violencia aislados", y autorizó a la policía a hacerles frente "con vigor".

Los compañeros de Gill en Río aseguran que el vandalismo no los alejará de las calles. Tienen planeado unirse a las manifestaciones de este jueves, de forma pacífica.

Shasta Darlington reportó desde Sao Paulo; Mariano Castillo escribió desde Atlanta. Micheal Pearson, Marilia Brocchetto y Bem Brumfield también contribuyeron con este reporte.