Su pasión es el j-pop (pop japonés), se llama Marisa Galiana, aunque sus seguidores la conocen más como Ruki-chan, tiene 20 años y es valenciana. Los casi 10.500 kilómetros de distancia entre España y Japón no han impedido que se haya hecho un hueco en este tipo de música y que le hayan surgido algunas ofertas en aquel país. Hoy coge un vuelo en dirección a Tokio, donde tiene algunos conciertos contratados y confía en abrirse camino en la música que triunfa entre la juventud nipona.

«Me lanzo. Mi sueño está allí. Tengo fans, algunos no me han visto nunca y aquí no puedo hacer nada más», asegura horas antes de partir. Se va, en principio, para tres meses, a la espera de cómo se desarrolla la experiencia.

No es la primera vez que la joven está en Japón. Fue con sus padres en marzo de 2010, en los que se pueden considerar sus primeros pasos como idol (intérprete de pop japonés).

Halko Momoi, la admirada estrella de Marisa, había convocado un concurso para nuevos cantantes por internet, ella se presentó, fue elegida entre las cuatro finalistas „la única extranjera„, se presentó en Tokio para competir y ganó. Lo contó Levante-EMV en su momento. Como premio, grabó un disco con dos canciones en el sello de Halko Momoi.

Marisa ha continuado trabajando por su sueño desde Valencia, al tiempo que estudiaba y mejoraba sus conocimientos de cultura y lengua japonesa.

Ha participado en la mayoría de festivales de manga y anime que se celebran en España, grabó una canción para la popular serie española de animación Clay Kids y ha sumado numerosos seguidores en el canal de vídeos más utilizado en Japón. La web de Ruki ha superado, además, las 148.000 visitas, de las que alrededor de la mitad proceden del otro lado del mundo.

Por todo ello, la aventura del país nipón ha llamado a su puerta en forma de conciertos, compromisos de audiciones y peticiones de fans. Y ella ha decidido no dejarla pasar. Su objetivo , dice, es darse a conocer, cosechar más seguidores y que la industria del pop japoné se fije en ella. Grabar nuevo disco no está tampoco tan lejos.