El edificio situado en el número 7 de la Plaza de Manises, junto a la Diputación Provincial y el Palau de la Generalitat, se convertirá en un hotel de lujo que recreará la atmósfera burguesa de la ciudad. Después de que la Diputación de Valencia haya dejado de alquilar este edificio para oficinas, el Ayuntamiento de Valencia ha decidido atender la petición de la familia propietaria de cambiar su uso administrativo a uso terciario-hotelero.

El citado edificio goza en la actualidad de una protección del nivel 2, lo que obliga a mantener la fachada y los elementos estructurales. En los últimos años había sido alquilado por la Diputación para albergar oficinas, pero ese alquiler ha quedado en suspenso y los propietarios del edificio han pedido un cambio de usos dentro de lo permitido por el Plan de Reforma Interior de la Seu-Xerea. Concretamente ha pedido que deje de tener un uso administrativo para tener un uso terciario-hotelero, pues es éste el fin al que se quiere destinar.

El primer paso se dio ayer en la Comisión de Urbanismo al aprobarse la salida a información pública de este cambio de usos. El propio concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, defendió la medida admitiendo que se trata de una zona "sensible" de la ciudad en la que, en cualquier caso, respetando los niveles de protección establecidos, se garantizará la "pervivencia" del edificio.

La idea, sin embargo, no le ha gustado mucho a la oposición. Esquerra Unida admite que después de quedar vacío corría el riesgo de "deterioro y abandono",pero cree que debería haber pasado a manos públicas. A juicio de Amadeu Sanchis, ahora se convertirá en "un edificio elitista y aislado de las necesidades administrativas", pues la idea es convertir el inmueble en un "centro de relación social que recree la atmósfera burguesa", con una segunda planta para "clientela exclusiva e ilustre" y con un número reducido de suites de lujo.

Por parte del grupo Socialista, que se abstuvo en la comisión, el problema reside en la falta de compensación en dotaciones públicas.