"Como en una lata de sardinas". Así se sentían los aspirantes a una de las 40 plazas para fisioterapeuta o a una de las 60 para matronas que se examinaron ayer en el Aulari Nord de Tarongers, en la Universitat de València. "Me chocaba los codos con mis compañeros al escribir. Si me hubiera querido copiar, lo habría hecho", lamentó una de las examinadas.

La indignación de los aspirantes explotó al finalizar el examen, cuando no pudieron estar ni diez minutos en la puerta de las aulas para comentar "el hacinamiento" y el "poco tiempo" del que habían dispuesto durante las pruebas. Y es que precisamente la falta de tiempo fue otro de los hechos que los afectados sufrieron. "Nos dejaron sólo cincuenta minutos para realizar el examen, una prueba que llevamos dos años preparando. Solo para leer las preguntas ya hacía falta más de un minuto", criticó otra de las examinadas. "A parte del poco tiempo del que disponíamos, hemos tenido que hacerlo con los hombros del compañero de al lado rozándonos. Escuchando cómo le caían los bolis, como respiraba, todo", se quejaba la misma, que prefiere no dar el nombre dada la importancia de la prueba.

"No es humano"

"Lo que nos han hecho no es humano, han jugado con nosotros. Convocaron en 2011 las oposiciones y a finales de marzo publicaron las plazas. Llevamos mucho tiempo preparándonos, acudiendo a academias para estudiar y ahora, con los tiempos que corren y con la necesidad de trabajo que hay, nos hacen esto el día en el que nos lo jugamos todo", lamentaba una de las afectadas. "Era imposible realizar un examen en las condiciones en las que lo hemos hecho", sentenció.

La razón de todos estos problemas de logística y organización es económica, según las mismas fuentes. Los miembros de los tribunales aseguraron a los opositores que las prisas se debían a que " el aulario era muy caro de alquilar" y por ende, tenían "poco tiempo". De ahí que nada más salir a las 10?.30 horas de la mañana las aspirantes a una plaza de matrona en cualquiera de los hospitales de la Comunitat Valenciana se vieron obligadas a desalojar rápidamente las inmediaciones de la entrada para dar paso a los opositores de fisioterapia y trabajo social.

La justificación del hacinamiento, en cambio, radica en que se esperaban más opositores de los que al final fueron, aunque también está ligado a la causa económica. "No estábamos apretados porque no cupiésemos, sino porque no tuvieron tiempo de reorganizarnos. Tenían las salas alquiladas solo los minutos justos". La organización calculó el número de examinantes según las preinscricpiones (595 aspirantes a matrona, 2.488 personas a fisioterapia y 1.548 a trabajo social). "Al ver que no todos se habían presentado, nos podrían haber separado un poco, pero no, el tiempo se les echaba encima", explicó una de las afectadas. "No sabemos si lo han puesto tan difícil porque no quieren cubrir esas plazas fijas, pero sentimos que la conselleria de Sanidad ha jugado con nosotros, que hemos pagado nuestras tasas y no nos las van a devolver", lamentan.

No fueron los únicos

No sólo en las oposiciones para Sanidad hubo problemas. 2.200 personas se presentaron a las plazas de técnico administrativo y también se sintieron hacinados y perjudicados: «Tuvimos 50 minutos para hacer un examen de 55 preguntas. Es menos de un minuto por pregunta», criticaba uno de los afectados.