Seguramente este sea el auténtico duelo de titanes de lo que llevamos de 2013. Con otros invitados de lujo como el Sony Xperia Z o la BlackBerry Z10, ahora mismo estos dos son los terminales que han logrado atraer la atención. Y no en vano, aunque por motivos diferentes. En cualquier caso, tanto nosotros como la crítica en general han puesto a ambos terminales por las nubes, quizás de una forma más sorpresiva en el caso de HTC (realmente es muy bueno), y como algo que ya tenía fuertes expectativas en el caso del Samsung. Las notas finales de nuestras reseñas ya dejan entrever que no defraudan: 9 para el HTC One, 8,5 para el Samsung Galaxy S4. Y ahora sí, vamos con la comparativa: HTC One vs Samsung Galaxy S4.
Contexto
Por un lado, la exitosa y ascendente trayectoria de Samsung en los últimos tiempos. El S4 es la cuarta generación de una saga que ha ido a más; a mucho más, en el contexto de una compañía que poco a poco ha ido imponiendo sus reglas hasta convertirse en -de lejos- el principal fabricante del mundo, con la contundencia y la masificación como sus principales baluartes. Lanzar al menos un smartphone o tablet por semana, cubrir absolutamente todos los tamaños de pantalla del mercado, abarcar con la misma intensidad todos los segmentos de precios... El resultado: que cualquier consumidor, cualesquiera que sean sus gustos y presupuesto, pueda optar por un Samsung.
El One viene de una compañía cuyo peso en el mercado ha ido de más a menos, que atraviesa problemas financieros, y que se acoge a su terminal estrella de 2013 como uno de sus últimos cartuchos, algo a la desesperada, como quien sabe que si sus planes no salen bien las consecuencias pueden ser dramáticas.
El norte y el sur. El fabricante que mantuvo silencio durante una década, y ahora lleva más de tres años arrasando. La compañía a la que todo le iba bien cuando Android empezaba a levantar la cabeza, y que comenzó a experimentar una sangría de usuarios que le han dejado en una situación delicada. En mi opinión, ninguno de los dos merece tanto, ni bueno ni malo. Pero el mercado manda, y eso es lo que atemoriza a HTC.
Diseño y acabados
Si miramos ambos terminales el uno junto al otro, rápidamente nos damos cuenta de la diferencia de conceptos entre uno y otro. El Samsung Galaxy S4 viene de un origen llamado Galaxy S, un terminal muy similar al iPhone 3GS, de una época en la que muchos fabricantes de smartphones aún necesitaban mirar de reojo el patrón del iPhone. Con el paso del tiempo, y de las generaciones, las diferencias han ido aminorándose. El Samsung Galaxy S III supuso la culminación: un diseño propio y bonito que no necesitaba mirarse en el espejo de nadie. El S4, la línea continuista que, sin ser perfecto, pule algunos detalles. Otros, los más 'graves', no: sigue habiendo policarbonato, y sigue siendo muy fino y endeble. La imagen de su tapa es reveladora:
El HTC One tiene algunas reminiscencias de los diseños propios de HTC, como el One X o el One S, aunque con una parte frontal cuyos bordes recuerdan a la BlackBerry Z10. Es un diseño plano, elegante, sobrio, con acabados en aluminio, que desde luego da una sensación mucho más premium, más cuidada. En definitiva, más propia de un terminal que supera los 700 dólares / 600 euros. Pero un buen diseño implica una buena manejabilidad, y aquí es donde se ven las diferentes opciones que ha escogido cada fabricante.
Por un lado, la excelente estética del One, pero su mala manejabilidad. Pero no es en balde. Su frontal es más largo, la pantalla ocupa menos porcentaje de superficie que en el Galaxy S4. El principal motivo es que sus dos altavoces, inferior y superior, están en ese mismo frontal, y ocupan un lugar que en el S4 queda despejado para pantalla, botón de inicio y capacitivos, y sensores y cámara frontal. Lo mismo que también incorpora el One, pero a los que se suman los altavoces, sobre todo el añadido del inferior.
El S4, con un diseño menos bueno, es más manejable y agradable en la mano. Aunque su pantalla es más grande (5 pulgadas frente a 4,7), la sensación es de que se llega mejor a cualquier zona de la pantalla que con el One, y en la mano resulta incluso quizás más fino, aunque el One también tiene bordes redondeados que lo hacen agradable y más fino de lo que dicen los números.
Pantalla
Aquí HTC no ha dejado mucho espacio para las comparativas: el One gana de calle. Y eso que el S4 tiene una pantalla bastante mejor que la del S III, que fue seguramente su talón de Aquiles. Ya pudimos decir adiós al PenTile, pero tanto a nivel general, como con dos puntos clave, sale ganadora la pantalla del One:
- Nitidez: es imposible distinguir un sólo píxel en la pantalla del One. Es increíblemente nítida. No hay secretos, tiene una resolución Full HD en 4,7 pulgadas, lo cual da una densidad de 468 píxeles por pulgada, la mayor del mercado. La tecnología empleada es un panel SuperLCD3, que es la siguiente generación del SuperLCD2 que ya le valió al HTC One X el título de mejor pantalla de 2012, compitiendo con el iPhone 5. El Samsung Galaxy S4 tiene una buena pantalla, pero no llega a este nivel. Los píxeles son ligeramente distinguibles, y mantiene la resolución Full HD pero en más espacio -5 pulgadas-, bajando la densidad a 441 píxeles por pulgada, en un panel SuperAMOLED.
- Bajo la luz solar: Un mundo de diferencia entre ambas pantallas. La del HTC One se ve de maravilla en exteriores durante días soleados, con el brillo al máximo, sin una pérdida de calidad excesiva. El Galaxy S4 es otra historia. No llega a niveles paupérrimos como muchos terminales de gama baja (aunque mucho más baratos, claro), pero verdaderamente decepciona, sobre todo en aplicaciones con fondos oscuros. Samsung podría haber cuidado más este aspecto.
Cámara
Dos conceptos bien diferenciados. Por un lado, la línea continuista del Samsung Galaxy S4. Más megapíxeles para llegar a los 13, un mejor sensor, nada extraño en este salto evolutivo. Por otro lado, el nuevo concepto con sello propio de HTC: la tecnología Ultrapixel del HTC One, que renuncia a resolución (sólo 4,3 megapíxeles) a cambio de imágenes más luminosas con píxeles más grandes. Un movimiento sorprendente que tiene como objetivo dar sentido a la cámara para subir fotos a redes sociales o a la web.
Más allá de su resolución, el Samsung Galaxy S4 tiene una apertura máxima de f/2.2, mientras que el HTC One la tiene de f/2.0. La distancia focal del primero es de 31 mm, por los 28 mm del segundo, una diferencia muy notable en la práctica que tiene un resultado sencillo: con el S4 tenemos la impresión de que la cámara está 'más cerca' del objeto a fotografiar, de que ocupa un mayor porcentaje de la pantalla. Esto se ve bien en el siguiente ejemplo: la foto de la izquierda está hecha con el HTC One. La de la derecha, con el Samsung Galaxy S4:
En situaciones de baja luz, el HTC muestra su mejor luminosidad y consigue unos colores más suaves, fruto de sus ultrapíxeles. Además, el One tiene estabilizador de imagen óptico, al contrario que el S4, lo cual juega a su favor sobre todo para corregir la trepidación y obtener imágenes nocturnas menos borrosas. En este ejemplo, lo mismo que en el anterior: izquierda, One; derecha, S4.
Ahora vamos con un ejemplo de resolución de detalles al ampliar la imagen. De paso, señalo una vez más la diferencia más notable, sea cual sea la condición lumínica, entre estos dos terminales: la longitud focal. No es una diferencia muy excesiva, y evidentemente no puede modificarse (salvo haciendo zoom, y empeorando la calidad de la imagen) o desplazándose físicamente antes de hacer la foto. Pero ahí está, y podría ser un motivo de decisión entre una u otra. Foto de arriba, One. Foto de abajo, S4:
El nivel de detalle puede apreciarse en la silueta de las esculturas. Los 4,3 megapíxeles del HTC One quedan retratados en el momento en que aspiramos a hacer ampliaciones de las imágenes, y lo que parecía claro viendo las especificaciones se confirma, como no podía ser de otra forma: el S4 resuelve mucho mejor los detalles. Arriba, One. Abajo, S4:
Capa de personalización
Aunque este aspecto suele considerarse como el más subjetivo, no creo que lo sea del todo. Hay aspectos bastante objetivos, y HTC vuelve a ganar con el Sense 5.0 que incluye en el One. Siendo el competidor el TouchWiz del S4, no es algo que conlleve un gran mérito. No es una crítica gratuita, tanto por la estética de los menús e iconos como por la de las aplicaciones nativas, no hay color.
HTC Sense 5.0 no es una capa de personalización perfecta, ni mucho menos. Sus tipografías me parecen mejorables (y no pueden modificarse), y meter Blinkfeed a la fuerza, un error; es una buena propuesta pero debería poder desactivarse sin tener que recurrir a un launcher de terceros. TouchWiz, a pesar de ser más pobre estéticamente, sí es algo más modificable, empezando por las tipografías. Por otro lado, me gusta más su manera de mostrar las carpetas de iconos que la de Sense 5.0. También tiene otros detalles que golean a la capa de HTC, como mostrar el porcentaje de batería restante en la barra de notificaciones (sin hacerlo por duplicado, como permite HTC con aplicaciones de terceros) o que al deslizarla hacia abajo veamos de forma predeterminada los accesos rápidos a activar o desactivar servicios como Wi-Fi, datos móviles, Bluetooth, etc. HTC tampoco lo permite. En resumen, Sense sigue superando a TouchWiz, pero tiene bastantes carencias frente a ella, y HTC debería tenerlo en cuenta para futuras actualizaciones.
Sonido
Lo que más llama la atención en este punto es el acuerdo de HTC con Beats Audio, amado por muchos y detestado por otros tantos. Así, HTC tiene una ventaja comparativa teórica frente al Galaxy S4. Pero falta ver qué tal responden ambos en el cuerpo a cuerpo:
Si miramos lo que llevan uno y otro, no hay color. Mientras que el HTC One monta dos altavoces en la parte frontal que abarcan exactamente el 60 % del ancho de la pantalla, el Samsung Galaxy S4 apenas tiene un altavoz en la parte trasera que supone un pequeño resquicio. El One tiene HTC BoomSound, una característica que junto al amplificador y a sus dos altavoces consigue un volumen superior. Muy superior, tanto que incluso hay que bajar el volumen de las notificaciones en muchos casos. Algo similar con el despertador. Con música y vídeos ocurre lo mismo, y es muy satisfactorio el alto volumen que alcanza el terminal sin perder claridad ni apenas calidad. Con los videojuegos, la sensación es superior.
El S4 también logra un volumen aceptable, sobre todo teniendo en cuenta su pequeño altavoz, aunque comparativamente no puede acercarse al One. El hecho de estar en la parte trasera dificulta también el buen sonido al apoyarlo en superficies planas (una mesa, un sofá que además absorberá el sonido), como ya dije en la parte de diseño. Tampoco logra la sensación de sonido envolvente (relativizando un poco su significado, claro) que consigue el HTC One. Incluso con auriculares, el sonido del HTC es más potente.
Conclusiones
Si tiene que haber un ganador, no iré con rodeos: me quedo con el HTC One. Pero es una forma simplista de resumir lo buenos que son estos terminales. Los dos. Cada uno en cierta forma a su manera, con sus puntos en los que destaca y los que queda por detrás del otro. Una de mis conclusiones es que el Samsung Galaxy S4 es quizás el más compensado de los dos, sin tener puntos brillantes. Seguramente porque los que aspiraba a que fueran, para mí son algo totalmente prescindible, como sus gestos en el aire y seguimiento de nuestra mirada. El HTC One le gana en algunos puntos clave: pantalla, materiales y acabados, y capa de personalización. Con estos tres pilares es complicado no salir ganador. Pero insisto: ambos son muy buenos smartphones. Para ir un poco más allá, podéis echar un ojo a los dos análisis a fondo que hicimos sobre ellos en Celularis: el del HTC One y el del Samsung Galaxy S4.