La noticia corrió ayer como la pólvora en la localidad murciana de Churra. Unas fotos en las que todos los vecinos identificaban a su párroco, Javier Ruiz, fueron la comidilla en la pedanía y el motivo por el que el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, anunciara ayer por la tarde su destitución. Las fotografías, que circularon de móvil en móvil, mostraban al cura con los pantalones y calzoncillos bajados por los tobillos y ante él un joven.

Pero estas fotos también iban acompañadas de un vídeo en el que su autor aseguraba estar en una zona cercana al pantano de Santomera llamada El Coto de los Cuadros (lugar frecuentado por personas que practican el ´cruising´), y en el que se puede ver por unos instantes al párroco con dicho joven. LA OPINIÓN se puso ayer en contacto telefónico con Javier Ruiz, quien negó ser el de las fotografías, sin dar mayores explicaciones. Quien también le llamó fue el alcalde pedáneo de Churra, Francisco Muñoz, requiriéndole su presencia en la alcaldía nada más tener conocimiento de las fotos. Esta redacción fue testigo del encuentro en el que el pedáneo muy consternado y decepcionado, pidió explicaciones al párroco, quien llevaba en Churra cerca de diez años. "Javier, además de cura, sé hombre. Somos humanos y nos equivocamos", le decía Francisco al cura, intentando que éste reconociera ser el de las fotografías.

El párroco, que no paraba de sentarse y levantarse de la silla con signos de nerviosismo, aseguraba que no era él, contestación que no valía para el pedáneo, quien no daba crédito a lo que veían sus ojos. "Sí eres tú, Javier, mírate. Eres tú", repetía Francisco. Manteniendo su postura, Javier no acertaba a dar ningún tipo de explicación, hasta que en un momento manifestó que "sí soy yo, estas fotos son un montaje de alguien que me quiere hacer daño. Me pillarían orinando y han puesto a ese chico ahí". "Un hombre para orinar no se baja los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos, Javier", afirmó en un tono alto el alcalde pedáneo.

Más de una hora de conversación y nada llegó a buen puerto. El alcalde estaba convencido de que era él y el párroco negaba lo que para la mayoría del pueblo era evidente. "No puedo reconocer que soy yo, no puedo acabar así con mi trayectoria", acertaba a decir un acelerado Javier.

El próximo domingo, Churra celebra la procesión de San Isidro, acto al que el alcalde dijo que no asistiría en el caso de que Javier continuara como párroco. "El domingo no puedes participar en la procesión después de esto, reconócelo, no pasa nada, todos nos equivocamos, y pide el traslado", le solicitó Francisco a Javier.

Ayer salieron a la luz las fotos, pero, según ha podido saber LA OPINIÓN, desde hace tiempo existen rumores en la pedanía sobre las prácticas del cura, pero "nunca hemos hecho nada, porque eran rumores. Ahora es todo muy distinto", afirmó Francisco, quien destacó que "un cura que hace estas cosas no lo queremos en el pueblo". Asimismo, anunció su intención de que en la misma tarde de ayer pondría en conocimiento del obispo todo lo ocurrido, aunque esto no fue necesario. Al parecer, según comentó el alcalde a esta redacción, fue el propio Javier el que acudió por la tarde a un encuentro con Lorca Planes.

Tras la misma, sobre las siete y media de la tarde, la secretaría general del Obispado emitía un comunicado en el que se anunciaba: "El obispo ha destituido al párroco de Nuestra Señora de la Encarnación, de Churra, y ha encargado la cura pastoral de la misma al vicario episcopal de la zona Pastoral Suburbana II, Ilmo. Sr. D. Antonio Ballester Serrano, encomendando la parroquia a la intercesión de la Santísima Virgen María, en su advocación de la Encarnación".