Empezaron con un artículo para la universidad con el objetivo de recuperar la memoria histórica de Benimaclet y acabaron realizando la investigación antropológica «Descosint la invisibilitat: les jaqueteres de Benimaclet» „II Premio Joan Francesc Miras, que otorga la Associació Valenciana d´Antropologia„ y haciendo el documental «Tirant del fil», premiado también por la Asociación de Vecinos de Benimaclet. Y es que las sociólogas Arantxa Alfaro e Isabel Gadea encontraron en aquellas mujeres una mina de oro informativa y decidieron, además, darles voz para que ocuparan, al menos por una vez, el protagonismo que les negaron en una época difícil de posguerra y franquismo.

La base de datos generada para este proyecto consistió en el testimonio oral de 48 personas nacidas entre 1918 y 1948 en Benimaclet, o instaladas en la que antaño fue una pedanía de la ciudad, durante sus primeros años de vida. De los 48 informantes, 30 eran «jaqueteres» y las encontraron saliendo por el barrio en su búsqueda.

El objetivo de la investigación quedó claro desde el minuto cero: «Queríamos rescatar del olvido la vida de aquellas mujeres que habitaron en el Benimaclet de la posguerra y que contribuyeron, de manera activa, a la recuperación económica del país». Y lo han conseguido.

Las investigadoras quisieron destacar la «dureza de las jornadas de trabajo» de unas mujeres que se pasaban cosiendo hasta 14 y 16 horas al día y que, sin embargo, «no sentían como un oficio esta tarea». «Las chaqueteras se han sorprendido de que sus tareas fueran un oficio en sí mismo porque para ellas era un trabajo invisible, socialmente mal visto, desarrollado por mujeres de clases populares y cuyo reporte económico, a pesar de ser muy bajo, era vital para el sustento familiar», explicaron las autoras de «Descosint la invisibilitat».

El estudio enmarca y explica la vida de estas mujeres en el contexto social y económico en el que vivieron. De esta forma se analiza con rigor las relaciones de género, la educación que recibieron, el trabajo en el hogar y la economía sumergida.

Sin embargo, y para hacer su estudio «visible», las autoras se embarcaron en la aventura de grabar un cortometraje para «romper la barrera entre el ámbito académico y la realidad social».