Un vecino de Villar del Arzobispo, Lamberto Ramón García, ha presentado hasta 53 quejas contra uno de sus vecinos porque los perros de caza que tiene en el corral de su vivienda "no me dejan descansar por las noches". El hombre sostiene que estos animales incumplen la ordenanza local de esta población en materia de salud pública ya que la referida norma municipal fija que cada residente podrá tener en su casa un máximo de 3 animales de una misma especie, y según su relato, en la vivienda de su vecino, "hay veces en que se juntan 4 y 6 perros en el solar".

Además, según su testimonio, los propietarios incumplirían otros requisitos previstos en el artículo 36 de la ordenanza municipal, en cuanto a las características que tienen que tener los espacios destinados a los canes, dentro del recinto de la propia vivienda.El reclamante, sólo en abril y marzo, presentó una decena de quejas los días 1, 7, 13, 19, y 20 de abril, este último tres, a diferentes horas; y el 22 de marzo y el 23 de marzo, dos quejas y una, respectivamente.En sus escritos, registrados en el propio consistorio del Villar, hace constar que llama a la policía local a horas, siempre nocturnas, "cuando molestan los perros", pero tan dispares como las 21.50, las 22,30 , la 1,18, las 6,50 y las 7,30 horas.

Y en todas ellas, afirma que se ha comunicado con la policía local, que ha mandado un SMS por móvil y que en todas esas franjas horarias, "los perros están ladrando". El denunciante explica además que la solución que debería poner en marcha su vecino, colocar a los canes unos collares que provocan que los animales no ladren, "no funcionan porque el propietario no les pone pilas". En medio de este conflicto vecinal, la alcaldesa de Villar del Arzobispo, Mari Carmen Porter, reconoció que está al tanto de este problema y que ha recibido más de medio centenar de reclamaciones desde el año 2010: "Todos los fines de semana, cuando el reclamante viene al pueblo". "Nosotros -indica- como ayuntamiento cumplimos las normas, enviamos a la policía cada vez que hay una queja y la policía me dice que cuando los agentes van, los perros no están ladrando, que viven en un recinto adecuado y que el número de animales es el permitido por la ordenanza". Además, "el otro vecino nos asegura que los perros no ladran a horas inadecuadas, y de hecho, este hombre es el único de la zona que se queja". Hay que entender, subrayó, "que vivimos en un pueblo con las ventajas e inconvenientes que comporta, y le aseguro que en este asunto el esfuerzo municipal no sé si compensa", finalizó.