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Cumple cuatro años al frente de una organización inmersa en una reforma interna de calado para fusionar federaciones y uniones territoriales. Ha reducido un tercio su plantilla tras su tercer ERE desde 2011. UGT-PV tan sólo prevé unos ingresos de alrededor de 5 millones de euros en 2013 a través de programas y convenios con la Generalitat —frente a los 15 millones en ejercicios anteriores la crisis— y sus cuentas sufren el lastre en los pagos de los fondos para la formación profesional por parte del Consell.

UGT-PV celebra la próxima semana su congreso general ¿Habrá una sola lista para configurar la comisión ejecutiva?

En principio sí, aunque la presentación de candidaturas concluye el día 10. UGT es una entidad democrática y todo puede pasar, aunque hasta ahora las diversas organizaciones no han dicho nada.

¿Qué balance hace de su gestión tras cuatro año al frente de la central sindical?

Ha sido una época muy dura por la crisis económica. Pienso que hemos dado respuestas adecuadas ante agresiones de los diferentes gobiernos de España, tanto el de Zapatero, con los primeros planes de recortes y ajustes, como el de Rajoy. Las reformas laborales han sido desastrosas. No hay más que ver los 720.000 desempleados de la Comunitat Valenciana y los y 6,2 millones, en el conjunto de España. De todas formas, si hay nuevos recortes, habrá más movilizaciones en la calle.

¿Qué piensa hacer UGT-PV para adaptarse a los tiempos?

Hemos anunciado esfuerzos en el congreso general. Hay que dar más importancia a los sectores,. Habrá menos federaciones. Vamos a reorganizar nuestra estructura territorial y unificar esfuerzos sin desatender a los trabajadores.

¿Habrá una reducción de federaciones y de territoriales?

Es la tendencia del sindicato en el ámbito confederal, tal como ha decidido el congreso recientemente concluido. Tenemos una decena de uniones territoriales, que podrían quedar en siete. Mientras tanto, las federaciones podrían concentrarse en cuatro. Se creará una comisión para realizar este proceso.

¿Renunciarán a la formación profesional por los impagos del Consell?

No. Es un instrumento fundamental para los trabajadores y reducir el nivel de desempleo. Tanto nosotros como CCOO o la patronal Cierval venimos gestionado cursos durante muchos años.

¿Cuánto les adeuda?

Hablamos de más de ocho millones de euros entre formación, programas y convenios, que son deudas que se acumulan desde 2010. Eso tiene unos costes financieros. Es una estrategia para que nos apartemos de la formación.

¿Qué necesita incluir el pacto social y de empleo que propone el presidente de la Generalitat para que lo firmen los sindicatos?

No tiene contenidos. Queremos defender la imagen de una autonomía que necesita medias urgentes para salir de la recesión. Tenemos que buscar estrategias que beneficien los sectores productivos, que permitan cumplir el apoyo a los sectores públicos, la ley de dependencia o el respaldo necesario a la sanidad y la educación.

Con la crisis y el repunte del paro también cae la afiliación. ¿Lo ha notado mucho UGT- PV?

Hemos mantenido el nivel de afiliación hasta el pasado año. A finales del 2012 cayó un 5 % y nos mantenemos en 120.000 afiliados.

La negociación colectiva en la C. Valenciana continúa estancada y cientos de convenios sin resolverse. ¿A qué lo atribuye?

La negociación colectiva es un caballo de batalla. 140 convenios siguen paralizados, lo que perjudica a miles de trabajadores que se pueden ver perjudicados al finalizar en julio la norma de ultractividad. Los empleados más desamparados serán los de las pymes, que se quedarían sin convenio si no lo renuevan. A partir del 7 de julio, si no hay acuerdo entre sindicatos y patronal, los convenios no renovados perderán su vigencia, los trabajadores quedarán desasistidos y las empresas podrán aplicar el Estatuto de los Trabajadores.