Los tres ediles del PP que el viernes fueron apartados del gobierno de Benetússer por la alcaldesa, la también popular Laura Chulià, ya han advertido que no renunciarán a sus actas. "Cuando los patos piquen la luna", proclamó ayer jocoso el exprimer teniente de alcalde, Luis Adell. Su anuncio vaticina dificultades a la mandataria para los dos próximos años, puesto que si pasan al grupo no adscrito -como parece que ocurrirá-, el PP quedará aún más en minoría de lo que ya está. Tiene 8 ediles y gobierna gracias al apoyo del concejal del CDL, el exalcalde socialista Aguar.

Sobre el motivo que ha llevado a la mandataria a retirar las delegaciones a Luis Adell, Mª José García y Ambrosio Andreu, apuntó ayer al "ansia de poder" de Chulià. "Quiere todo el poder, tanto en el ayuntamiento como en el partido, porque tal vez pensaba que en las próximas elecciones locales podría no ser cabeza de lista", sugirió.

La pugna por presidir la agrupación local fue el detonante de una situación insostenible desde hacía meses para todas las partes. Adell, García y Andreu acusaron ayer a la alcaldesa de puentearlos y "meterse una vez tras otra" en sus áreas, lo que no hizo sino enrarecer aún más el ambiente en el gobierno, muy tenso desde finales de 2012. Fue entonces, contaron, cuando la alcaldesa anunció que, además de la reunión que cada lunes mantenía con todo su equipo, también deseaba celebrar encuentros semanales con cada edil. Mª José García le replicó que ya estaban saturados y que, a su modo de ver, era "una pérdida de tiempo y una duplicidad de esfuerzos innecesaria, a no ser que se tratase de algo puntual", relató. Ante su respuesta, Chulià "sacó los pies del tiesto y me dijo: "Soy la alcaldesa y aquí se hace lo que digo"".