La derrota en Anoeta alterará la planificación deportiva de la próxima temporada si finalmente el Valencia no logra alcanzar la cuarta plaza y se queda fuera de la Liga de Campeones. El trastorno económico sería superior al mazazo en el prestigio deportivo. La diferencia entre jugar la Champions o la Liga Europa puede estar en 15 millones, en estimaciones ya publicadas por Levante-EMV y ayer confirmadas por Aurelio Martínez. Por lo tanto, la venta de futbolistas volverá a ser una imperativa urgencia: "Será absolutamente imprescindible", avisaba ayer Aurelio Martínez, porque no entrar en Champions "puede costarnos unos 15 millones".

Quedar fuera de los cuatro primeros rompería el equilibrio que en las últimas temporadas ha permitido al Valencia cuadrar los números, y que consistían en clasificarse para la Liga de Campeones y, además, vender cada temporada a uno de los futbolistas más destacados del equipo, caso de Villa, Silva o Mata. Sin el colchón de la Liga de Campeones, y con la pretensión de la Fundació VCF de pagar su préstamo con fondos del club sin caer en asistencia financiera, la necesidad de vender jugadores será mayor, prácticamente inevitable. El Valencia no puede tener más remedio que escuchar las ofertas que lleguen por los principales activos de la plantilla, como ocurre con Roberto Soldado, Vicente Guaita, Jonas Gonçalves, Adil Rami, Sergio Canales y Soso Feghouli, o por otros jugadores que se han revalorizado esta temporada como Jérémy Mathieu o Dani Parejo. Su tasación no es tan alta como la de Villa, Silva y Mata, que sólo entre los tres reportaron 100 millones de euros a la tesorería del club, pero el caché, sobre todo en el caso de Soldado, sería alto. La primera división continental garantiza, en el peor de los casos, unos ingresos de veinte millones de euros, por los 14 que, como máximo, se pueden recaudar en la Liga Europa en el caso de que se logre el título. Por contra, el club sólo se ahorraría el pago de las primas a la primera plantilla.

En la medida en la que se vendan jugadores variará el dinero destinado a fichajes. Las cantidades no serán elevadas, por la obligación de refinanciar los dos préstamos con Bankia, como ya se dejó entrever en las primeras conversaciones entre Amadeo Salvo, que apunta a futuro presidente del club, y el director deportivo Braulio Vázquez, en las que quedó casi descartada la incorporación de Iago Aspas, cuyo precio es de 10 millones. El reto pasaría por contar a medio plazo con más efectivos de la cantera y conformar un bloque competitivo a partir de esa nueva filosofía. Si Valverde decidiera renovar su contrato, se haría bajo unas premisas parecidas a las que ya trabajó en el Athletic y Espanyol, con presencia destacada de la escuela.