La calidad periodística era hasta ahora tema solo de artículos o estudios parciales. La colección universitaria Aldea Global acaba de publicar la primera antología de las principales investigaciones en España sobre este tema. La calidad periodística. Teorías, investigaciones y sugerencias profesionales es el título de este libro, impulsado por la sección de Producción y circulación de contenidos de la Asociación Española de Investigación en Comunicación. Los profesores de la Universitat de València Josep Lluís Gómez Mompart y Dolors Palau, como director y secretaria de este organismo, son los editores de la obra junto a Juan F. Gutiérrez Lozano.

Los responsables del proyecto prefieren hablar de calidad periodística antes que de calidad informativa porque interesa no solo el producto final sino todo el proceso, afirman a Levante-EMV.

La calidad, en materia de periodismo, puede parecer un concepto relativo, pero Gómez Mompart y Palau consideran que, más que esto, es un concepto «difícil de delimitar, por todas las implicaciones asociadas a él» y por «las variables a considerar a la hora de medirlo». Pero no es imposible de evaluar: «Hay bastantes elementos que permiten a profesionales honestos y a ciudadanos democráticos ponerse de acuerdo sobre qué puede considerarse buen periodismo y para qué sirve en una democracia», dice el catedrático de Periodismo de la Universitat.

¿El político es un enemigo de la calidad periodística? «En nuestro país (con una democracia joven y débil) mayoritariamente sí», contesta Gómez Mompart. «No porque los políticos sean en sí mismos perversos, sino porque conciben la información preferentemente en función de sus objetivos a corto plazo», puntualiza. De ahí que busquen controlar ciertas informaciones, «maniatando a algunos medios o comprando a determinados periodistas».

No al periodismo especulativo

Los profesores valencianos no tienen dudas tampoco a la hora de considerar al «periodismo especulativo» como antónimo de la calidad periodística. Gómez Mompart lo compara con la economía de casino: no le interesa la «sustancia» de la información, reflexiona, sino «especular o juguetear con cualquier asunto o personaje, tratándolos de forma trivial o espectacular con el objetivo de tener audiencia y ganar dinero».

S0bre el papel, cualquiera podría pensar que la eclosión de canales de televisión con la TDT ha favorecido la calidad. Sin embargo, el análisis de la realidad indica lo contrario. «La cantidad, la multiplicación de la oferta, no solo no es un sinónimo de pluralidad, sino tampoco de calidad», dice el catedrático, que alude a la proliferación de espacios de debate político que, en lugar de ser de reflexión, «suelen ser prédicas sectarias de ultraderecha».

Los coordinadores del volumen, presentado el pasado viernes en la Fira del Llibre, señalan también cómo uno de los capítulos apunta a un empeoramiento de la calidad periodística en España. Las razones, de manera sintética, serían: «La precariedad profesional, la crisis económica, la adaptación a las nuevas tecnologías, a las actuales formas de trabajo (inmediatez, imprecisión, homogeneidad de contenidos…) y a la pérdida de valores de la profesión».