«El tren del accidente del metro fue una trituradora. Se desplazó durante 120 metros triturando a personas porque las ventanas estaban mal selladas con una silicona común y se cayeron al volcar el convoy. Tras el accidente nos encontramos los cristales enrollados en el suelo del túnel como si fueran una manta. Y eso no es normal». El maquinista de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) y representante del Sindicato Independiente Ferroviario (SIF), Jorge Álvarez, reveló ayer en el programa del periodista Jordi Évole, «Salvados», en La Sexta, el deficiente mantenimiento que FGV realizaba en las UTA (unidad de tren articulado), como las que sufrieron el accidente del 3 de julio de 2006 en el que murieron 43 personas. Según Álvarez los cristales de las UTA se reparaban con una silicona «normal» y no especial, como requería el protocolo de mantenimiento de los trenes, porque «los rompían a pedradas y las reparaciones con la fijación especial eran más costosas» en tiempo y dinero, por lo que se optó por una solución más ligera. Fue una decisión que, con toda seguridad, agravó las consecuencias del accidente de la estación de Jesús. De los dos trenes que se vieron implicados en el siniestro, sólo volcó el primero. La mayoría de las víctimas fallecieron porque, al desprenderse los cristales de las ventanas, los cuerpos fueron succionados por la fuerza centrífuga del convoy arrastrándose sobre las vías y sus cuerpos acabaron destrozados entre el tren y los raíles. «Los cristales de las puertas aguantaron, pero la mayoría de las víctimas se produjeron al ser succionados los cuerpos por los huecos de las ventanas», según explicó Jorge Álvarez al periodista Jordi Évole.

En el programa especial dedicado al accidente del metro de Valencia también participó el exjefe de seguridad de FGV, Arturo Rocher, que ha sido despedido en dos ocasiones, la primera tras denunciar el presunto amaño de los contratos de seguridad de la empresa ferroviaria que investiga un juzgado de Valencia, y la segunda en el ERE que ha afectado a la mercantil. Rocher explica cómo se amañaron las comparecencias de los técnicos de FGV en la comisión de investigación del accidente del metro en las Corts, para que todos coincidieran en defender que el accidente de la Línea 1 era «impredecible e inevitable». «Se ensayaban las intervenciones en el despacho de Marisa Gracia, con ella presente, y quien contestaba mal se llevaba unas broncas impresionantes de Vicente Contreras (ex gerente y director de explotación durante el accidente del metro) en las que llegaba a faltar el respeto». Todos los técnicos debían aprenderse unas respuestas preparadas por la consultora de comunicación H&M Sanchis que, además, debían coincidir con las respuestas de los comparecientes propuestos por el PP en la comisión y con los representantes de la Conselleria de Infraestructuras que acudieron en las Corts. «En las respuestas había palabras tabú que no podíamos mencionar como tragedia, deficiencia. Y las balizas también eran un tema tabú». Las balizas son el mecanismo de frenado automático de los trenes instaladas a lo largo del trazado ferroviario y que, según explicaban todos los expertos ferroviarios, podrían haber frenado el tren y, por tanto, evitado el siniestro. En el túnel de Jesús donde se produjo el accidente sólo existían balizas de frenado en las entradas y salidas de las estaciones de metro, para evitar que los trenes sobrepasaran la velocidad fijada. Pero, tal como publicó Levante-EMV tras el siniestro, no existía ninguna baliza en la curva donde se produjo el accidente que frenara a un tren desbocado como en el que murieron 43 personas aquel fatídico 6 de julio.

El presidente de las Corts, Juan Cotino, evita hablar de las víctimas

El presidente de las Corts, Juan Cotino, el político que fue nombrado por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, como el «enlace» con las víctimas del metro tras el siniestro, se negó a hacer declaraciones al programa que «Salvados» dedicó ayer al accidente del metro. Cotino es perseguido de forma insistente por el periodista Jordi Évole para que explique si ofreció trabajo a las familias de las víctimas, a cambio de que desistieran de personarse en la causa judicial, y mostrara su opinión sobre las circunstancias que rodearon el accidente de metro más grave de España y el quinto de Europa. «No le quiero responder a usted sobre este tema», responde un Cotino visiblemente molesto, aunque sonriendo, al ser interrogado sobre un tema que molesta profundamente a todos los responsables del PP (de hecho ningún representante popular o de FGV han querido participar en el programa «Salvados»). Sí ha participado la Asociación de Víctimas para denunciar «la estrategia del olvido» sobre el siniestro.