El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha defendido las previsiones económicas aprobadas el viernes asegurando que el Ejecutivo "sabe lo que hace", ha pedido "un poquito de paciencia" para ver los efectos de sus políticas en asuntos como el paro, y ha descartado hacer cambios en su gabinete.

Rajoy se ha referido por vez primera públicamente a las nuevas previsiones aprobadas por el Consejo de Ministros en la rueda de prensa que ha ofrecido junto al primer ministro irlandés y presidente de turno de la UE, Enda Kenny, tras la reunión que ambos han mantenido en la Alhambra.

Ante el hecho de que las previsiones del viernes incluyan datos como la persistencia del paro en tasas muy elevadas, ha subrayado que las perspectivas aprobadas son conservadoras, tienen el objetivo de ser creíbles y se trabajará para superarlas y que las cosas vayan mucho mejor.

"Es mejor decir la verdad y no huir de ella que hacer castillos en el aire. Dan credibilidad pese a que pueden frustrar los anhelos de muchas personas, pero el Gobierno sabe lo que hace", ha recalcado antes de recordar los grandes desequilibrios económicos heredados y el rumbo seguido para hacerles frente y empezar a tener datos positivos.

Tras la superación de esos desequilibrios se ha mostrado convencido de que llegará el crecimiento y la generación de empleo, de que en estas fechas del año que viene se estará mejor y de que al final de la legislatura se estará creando empleo.

Pero para ello ha insistido en que es necesario perseverar en la misma política económica aunque los resultados tarden en verse.

"Vamos en la buena dirección y el Gobierno es plenamente consciente de a dónde va", ha recalcado antes de señalar que es muy difícil en sólo año y medio resolver todos los desequilibrios que existían.

Por ello, ha pedido "un poquito de paciencia" y, de ahí, que haya descartado la posibilidad de un cambio de Gobierno al subrayar que ni está planteado ni lo va a hacer.

"Estoy muy satisfecho del trabajo que están haciendo los ministros del área económica y los demás, de su esfuerzo, su dedicación, su pundonor y su coraje", ha añadido.

En cuanto al déficit, ha recordado que el Programa de Estabilidad aprobado el viernes lo fija en el 6,3 en lugar del 4,5 inicialmente previsto, lo que ha dicho que supondrá hacer un esfuerzo menor en 18.000 millones de euros.

"Es ésta una decisión sabia y equilibrada. Me gustaría tener déficit cero, pero si esto se hace por una senda más tranquila, puede repercutir en beneficio del crecimiento y la creación de empleo", ha añadido.

Rajoy ha recordado que, tal y como él avanzó, el Gobierno no va subir ni el IRPF ni el IVA, y ha insistido en que hará todo lo que esté en sus manos para bajar el primero de ellos lo antes posible.

El presidente del Gobierno se ha mostrado dispuesto a acordar lo que se pueda con el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que ha dicho que habla más de lo que la gente cree, pero no vota a favor ni una sola de las reformas que plantea el Ejecutivo.

Pero con independencia de ese diálogo, ha insistido en que la responsabilidad es del Gobierno y es él quien tiene que tomar las decisiones.

Rajoy ha felicitado a Kenny por la presidencia semestral irlandesa de la UE y ha explicado que ha analizado con él la situación económica de los dos países y de la Europa comunitaria, y ambos han compartido la necesidad de demostrar que se "va en serio" en asuntos como el proceso de unión bancaria.

Asimismo, ha señalado que los dos consideran que desde las instituciones europeas se puede hacer un esfuerzo mayor para lograr liquidez para las pymes.

En concreto, han analizado el papel del Banco Central Europeo, y ante las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, en las que se mostró partidaria de que aumentaran los tipos de interés, Rajoy ha señalado que todo el mundo debe respetar su independencia.

Kenny ha mostrado su solidaridad con los esfuerzos que está haciendo España y ha recordado que su país también está pasando por esa situación y es "un ejemplo" en la senda para el progreso.

Entre los asuntos a los que ha dado prioridad en su presidencia semestral de la UE, se ha referido a la necesidad de conseguir un mandato para iniciar las conversaciones comerciales entre la UE y Estados Unidos.