Durante su larga carrera como profesor universitario, Malaty, ahora jubilado, se ha ocupado de la preparación matemática de los futuros maestros de Primaria en Finlandia. Conoce cómo se trabaja en el aula en España pues ha tenido la oportunidad de visitar escuelas de Andalucía o Extremadura. En Canarias ha mantenido estos días contactos con profesores en ciernes (estudiantes de la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Las Palmas ), y docentes en el Centro del Profesorado (CEP) de la capital grancanaria, en donde impartió la conferencia La enseñanza y aprendizaje de las Matemáticas en Finlandia.

¿Qué es lo que distingue la docencia de esta materia en su país?

Para explicar ese éxito hay que contemplar el contexto y la cultura finesa. Estamos hablando de un país al que le gusta estar en primera línea. El cambio en la enseñanza de las matemáticas en el mundo empezó en 1958 y fue impulsado por los rusos. Cuando los soviéticos lanzaron un año antes el Sputnik -el primer satélite artificial- empezó el cambio. Finlandia lo hizo suyo y siguió trabajando en él.

Si fue un cambio mundial, ¿por qué en Finlandia ha producido tanto éxito y en otros países no?

Por que la escuela en Finlandia no es para aprender. Los niños van al colegio para estar con sus amigos, con sus compañeros. Para pasárselo bien, no para aprender. La escuela es un lugar en el que se encuentran como en casa: no utilizan zapatos y están descalzos; son conscientes de su responsabilidad en el cuidado del centro; todos tienen su taquilla; desde los siete años, cuando ingresan en primer grado de Primaria, tienen correo electrónico y los ordenadores están por todas partes.

¿La escuela no es un lugar ajeno, que les causa presión?.

Cierto. Por ejemplo, entre clases hay 15 minutos para refrescarse en los jardines del centro y, aunque los profesores están cerca, permanecen ajenos. Los niños son los protagonistas. Y hay otros factores: las clases tienen entre 15 y 25 alumnos desde 1º a 6º grado de Primaria, lo que permite al profesor una mayor cercanía a sus alumnos. Esa proximidad y entendimiento también se expresa a la hora de comer. El maestro se sienta con su grupo de alumnos y come con ellos.

¿Pero qué pasa con la dedicación del alumnado? En países, como Corea del Sur, que comparte lugares de éxito en los ránquings con Finlandia, el alumno tiene una vida casi marcial.

La tarea se realiza fundamentalmente en el colegio, no hay deberes para casa. Y se enseña menos que en cualquier país de Europa: tres horas de docencia de matemáticas a la semana, con clases de 45 minutos cada una. Tanto los profesores como los alumnos están en el centro 24 horas a la semana.

¿Se puede trasladar el éxito educativo de Finlandia a España?

Es difícil. Los profesores en España están bien formados y cualificados. La diferencia creo que está en la relación que existe entre el docente y los alumnos. Aquí domina mucho la mentalidad de "Yo soy el profesor y tú eres el estudiante". En Finlandia no es así. Por ejemplo, puede darse el caso de que, hablando de matemáticas, el profesor no sea capaz de resolver un problema. Se lo dice a los niños y les pide colaboración para solucionarlo. Y esa situación se plantea como un desafío, no como algo negativo. Por eso, el vínculo profesor/alumno es algo especial y no lo ves en otros lugares.

¿Cómo encaja esto con el principio de autoridad docente?

El maestro tiene autoridad, y se le reconoce, pero a la vez es muy respetado. Por los alumnos y las familias. Y la razón principal es que no deja a ningún estudiante de su grupo, de su aula, con una mínima dificultad. Si nota que un alumno tiene problemas con una lección se sienta con él y deja que haga lo que pueda. Si, finalmente, no es capaz de entenderla después de la clase emplea el tiempo que sea hasta que venza la dificultad. Es muy importante el lenguaje no verbal: el profesor, más que sentarse se pone de cuclillas junto a la mesa del alumno para que su cuerpo, su cabeza, quede al mismo nivel del chico. De esta manera, el niño pierde tensión, se relaja y está más predispuesto a entender la explicación.

Entonces, ¿piensa que falta en España más pedagogía y capacidad didáctica en el aula?

Cada profesor tiene que hablar más tranquilo y menos. Y realizar más preguntas a los alumnos, permitir más participación. También es muy importante hacer sentir a cada chico que es bueno, que tiene su talento. Al contrario, no es positivo emplear frases en el aula como "Lo estás haciendo mal", por que el profesor es un profesional de la enseñanza. Hay que asumir que el problema no es solo del alumno sino también del profesor. Es una buena receta y con estas consideraciones es suficiente para mejorar los resultados escolares.

¿Qué valor concede al informe PISA para demostrar, por un lado, el aprendizaje de los niños y, por otro, acreditar la buena salud del sistema educativo?

PISA es peligroso por que si los colegios solo trabajan para tener buenos resultados en este informe internacional mataremos las matemáticas y la ciencia. PISA no mide los logros matemáticos, el conocimiento, sino las competencias, su uso en la vida cotidiana.

¿Cómo valora los resultados que arroja PISA en España?

España no es buena en PISA por que no se atiende a los alumnos con dificultades. La principal razón del éxito en Finlandia es que se cuida y presta atención a cualquier problema de aprendizaje que tenga cualquier alumno. Esa es la cuestión para tener o no buenos resultados en el informe. Si se trabaja con estos chicos se logrará aumentar el éxito por que sus resultados son los que ahora lastran la media del país.