Bankia completará el próximo viernes el proceso de cierre de 175 oficinas en la Comunitat Valenciana fruto del proceso de reestructuración al que se ha visto obligada a cambio del rescate europeo que la ha recapitalizado. La red quedará reducida a 409 sucursales (284 en Valencia, 61 en Castelló y 64 en Alicante), pero lo más problemático es que 32 municipios de la autonomía (15 en Castelló y 17 en Valencia) se van a quedar sin asistencia financiera de ningún tipo. La solución que Bankia ha encontrado para estas poblaciones abocadas a la exclusión financiera es poner en marcha un autobús que semanalmente acudirá a una hora determinada a cada una de estas localidades -puede ir uno, dos o tres días, en función del volumen de negocio que generen- para dar el servicio. El autobús -el banco cofundado por Bancaja aún no ha cerrado los horarios ni las rutas- estará equipado con dos mesas de trabajo para poder ofrecer a todos los clientes los mismos servicios que prestaría una oficina normal, según explicaron a este diario fuentes del banco. En todas las sucursales de pueblo que se cierran el viernes se mantendrá abierto durante tres meses el cajero automático.

El director territorial de Bankia, Antonio Soto, mantuvo ayer una reunión con el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, y con 37 alcaldes de la provincia afectados por los cierres para explicar los motivos, el proceso de reestructuración de la entidad y las medidas que va a tomar para paliar los efectos de la clausura de sucursales. Pese a que la reunión, según fuentes de Bankia, "fue cordial y satisfactoria", antes del inicio de la reunión algunos alcaldes expresaron su malestar por la citada exclusión financiera. Así, el primer edil de Llaurí, Juan Carlos Ribes, declaró que "no va a mover un dedo para que Bankia permanezca en el pueblo", ya que "no hay derecho a que la gente del pueblo haya sufrido estos timos con las preferentes", según Europa Press. El alcalde de Algímia de Alfara, Paco Salt, criticó la situación "injusta" que obliga a personas de 70 años a desplazarse hasta otros pueblos situados a siete u ocho kilómetros para extraer sus ahorros.