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Los expertos financieros y económicos no se creen ni las previsiones de ingreso que recoge el presupuesto de la Generalitat ni tampoco que el Gobierno que lidera Alberto Fabra vaya a cumplir con el objetivo de déficit previsto por Cristóbal Montoro.

El informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) sobre la situación de las arcas autonómicas revela que el Consell, cuando las previsiones apuntan a una contracción de la economía, «sobreestima» sus fuentes de recaudación y al tiempo alerta de que, en el mejor de los escenarios posibles, la Generalitat no bajará de un déficit del 3,2% que, en principio y siempre que Bruselas no acceda a abrir la mano para aflojar los agujeros del cinturón, supondría cuadruplicar la previsión inicial del Ministerio de Hacienda que, como se recordará, ha marcado un déficit máximo del 0,7% en 2013, lo que supone unos 700 millones de desvío.

El estudio de Fedea desarma, de alguna manera, los datos con los que el Consell elaboró su presupuesto de este año y deja claro que, con el objetivo de encajar a martillazos los números, se ha realizado una previsión ficticia de ingresos a base de inflar los datos asignados a la recaudación de los impuestos de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados -muy ligados ambos a la actividad económica vinculada a la venta de viviendas- y también las transferencias que recibe la Generalitat. Por ejemplo, la conselleria de Hacienda fija para 2013 una recaudación de 8.564 millones por los conceptos derivados del sistema de financiación autonómica, una cantidad casi calcada a la de 2012.

Sin embargo, por otras vías de ingreso de fondos y a pesar deque el FMI augura que la economía española caerá un 1,6% en este ejercicio, la Generalitat ha reflejado en sus partidas un incremento de la recaudación de 889 millones, algo que el propio informe de los técnicos de Fedea considera como una «sobreestimación». El descuadre de los ingresos, obviamente, tendría una incidencia directa en el incumplimiento del déficit. A mayor caída de los fondos disponibles, se incrementan las dificultades para que el desfase negativo entre ingresos y gastos se ajuste a las previsiones del Gobierno.